A lo largo de los últimos años, la economía ha sido testigo de la digitalización de las transacciones económicas a nivel global. La desaparición de efectivo ha sido una de las principales consecuencias de este hecho, que se ha visto desplazada a un segundo plano, mientras que la mayoría de transacciones se llevan a cabo de forma digital.
Una de las principales opciones con las que contamos para realizar cualquier tipo de transacción digital es la tarjeta de débito. Se trata de uno de los dos medios electrónicos de pago fundamentales para llevar a cabo cualquier operación, y posee ciertas diferencias sustanciales con una tarjeta de crédito.
Todo los que debes saber sobre la tarjeta de débito
La principal duda que surge a la hora de hablar de este medio de pago es su diferencia con la tarjeta de crédito. Una diferencia que gira en torno al método de pago, ya que mientras en la tarjeta de crédito el pago es cobrado cuando vence el mes natural, la tarjeta de crédito hace el cargo de manera instantánea, para lo cual es imprescindible que la persona en cuestión tenga fondos en la tarjeta.
La diferencia fundamental, como su propi nombre indica, es que este tipo de tarjetas no ofrecen ningún tipo de crédito al usuario, y paga las transacciones con los fondos disponibles de la cuenta en cuestión. No obstante, además de para hacer pagos a través de cualquier medio electrónico, también es un tipo de tarjeta que, de la mano de su chip electrónico, permiten la retirada de dinero en efectivo de cualquier cajero.
No obstante, muchas personas tienen ciertas dudas en torno a si realmente es efectivo hacer uso de una de estas tarjetas. Lo cierto es que el uso de las mismas, cuenta con varias ventajas, comenzando por un mayor control del gasto, ya que el poder utilizar solo aquello que está disponible en la cuenta, ayuda a ser consciente del dinero que estamos gastando y, además no nos permite endeudarnos.
También la seguridad que le brinda a este tipo de tarjeta tanto el chip electrónico como el código pin son ideales para ayudar a no caer en estafas de robos de datos. Además, la comodidad que brinda el hecho de poder pagar en cualquier lugar con este tipo de tarjeta. Por no hablar, además, de que cuentan con un detallado registro de transacciones, de la mano del cual los usuarios podrán comprobar de manera minuciosa todos los gastos que ha llevado a cabo en un periodo de tiempo concreto.
Pero no todo es bonito, y es que estas tarjetas de débito también cuentan con algunas desventajas. Comenzando por un mayor riesgo de fraude, ya que si perdemos esta tarjeta, un delincuente lo tendrá fácil para hacer uso de sus fondos en compras online antes de que el banco pueda hacer nada. Además, algunas de ellas incluyen un límite de transacciones que puede limitar las compras que el usuario hace en un periodo de tiempo concreto.