Estas son las causas por las que te pueden despedir sin indemnización

Las diferentes modalidades de despido no implican siempre que el trabajador reciba un pago extra

La normativa que fija las condiciones para despedir un trabajador es el Estatuto de los Trabajadores. Foto: Freepik.

La normativa que fija las condiciones para despedir un trabajador es el Estatuto de los Trabajadores. Foto: Freepik.

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Existen distintas modalidades de despido, es decir, de poner punto final a la relación laboral de una empresa con alguno de los empleados que conforman su plantilla de trabajadores. Al despedir a un trabajador, este tiene derecho a cobrar un finiquito, pero no siempre va a recibir una indemnización.

La legislación que los regula es el Estatuto de los Trabajadores, donde se concreta que para que sea efectivo es necesario comunicarlo por escrito, especificando los hechos que lo motivan. Concretamente, los motivos por los que una empresa puede despedir a un trabajador están recogidos tanto en el artículo 52 como en el 54 de esta normativa.

A continuación, te desgranamos los diferentes tipos de despido que una empresa puede aplicar a un trabajador, así como sus características y condiciones.

Despido improcedente

Una de las modalidades es el despido improcedente. Se caracteriza porque la compañía no es capaz de demostrar los motivos por los que ha decidido despedir al trabajador. Por tanto, se considera improcedente cuando la empresa no puede probar los hechos recogidos en la carta de despido, o bien, cuando los motivos aducidos no son lo suficientemente graves.

Cabe destacar que también se considera improcedente cuando la empresa no cumple con las formalidades exigidas a nivel legal, como comunicar de forma escrita el cese al trabajador o por describir de forma insuficiente los motivos que lo han provocado.

La indemnización por despido improcedente se sitúa en los 33 días por año trabajado. Foto: Freepik.
La cuantía de la indemnización por despido improcedente equivale a 33 días por año trabajado. Foto: Freepik.

En este caso, hasta la entrada en vigor de la reforma laboral de 2012, la indemnización era de 45 días por año trabajado, si bien a partir de entonces es de 33 días por año con, un tope de 24 mensualidades.

Despido objetivo

Otra de las formas con las que una compañía puede romper la relación con un trabajador es a través del despido objetivo. Se trata de una modalidad que se pone en práctica por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas.

Por ejemplo, si la empresa está perdiendo dinero o estima que lo hará en un futuro inmediato, o bien, está registrando una caída en su nivel de ingresos o de ventas, puede despedir al trabajador.

Cuando esta tipología afecta a un número determinado de empleados, se trata de un despido colectivo.

Despido disciplinario

Las empresas también cuentan con la posibilidad de aplicar un despido disciplinario. Los motivos que lo pueden motivar son múltiples y muy variados.

Por ejemplo, pueden llevar a la empresa a despedir un empleado por las faltas de asistencia o puntualidad al trabajo, indisciplina o desobediencia en el trabajo, ofensas verbales o físicas, transgresión de la buena fe contractual, disminución del rendimiento, embriaguez o toxicomanía o el acoso discriminatorio son algunas de las razones.

Se trata de la única modalidad que contempla el cese sin indemnización, si bien no comporta que el empleado no reciba el finiquito acorde a su retribución mensual.

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