Yolanda Díaz castiga a las empresas: la subida del SMI les costará 1.500 euros más por trabajador
Cepyme estima que subir el Salario Mínimo Interprofesional a 1.080 euros conllevará un sobrecoste anual para las empresas de 1.485,68 euros
La Confederación Española de la Pequeña y la Mediana Empresa (Cepyme) estima que subir el Salario Mínimo Interprofesional a 1.080 euros en catorce pagas a partir de 2023 supondrá un sobrecoste anual para las empresas de 1.485,68 euros y una «fuerte subida» de cotizaciones a la Seguridad Social del 28,37%, incluyendo otras novedades, como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
La patronal rechaza totalmente la subida pactada entre el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz y los máximos responsables de UGT, Pepe Álvarez, y de CCOO, Unai Sordo y calcula que el último aumento del SMI se amplifica en coste mensual hasta los 1.100,47 euros, incluyendo cotizaciones. Por ello, Cepyme pide «poner fin a las incesantes subidas de cotizaciones» de los últimos años: «El Gobierno ha elevado las bases mínimas de cotización en más del 47% y las bases máximas cerca de un 20%», aseguran.
Los distintos gobiernos han subido el SMI un 64,8% desde 2016, de 655 euros mensuales en 14 pagas a los 1.080 actuales, pero, según Cepyme, la productividad de las pequeñas y medianas empresas medida en términos de ventas reales por ocupado y ajustadas a la inflación, ha caído en ese mismo periodo un 3,6% y la productividad total de la economía hasta un 4,9%.
La Confederación de las pymes advierte: «la aprobación de las consecutivas subidas del salario mínimo ajenas a la evolución de la productividad perjudicará la situación de las pymes españolas». Y calculan que la subida del SMI de 2023 perjudicará al 40% de las pequeñas y medianas empresas, frente al 15% del total de compañías españolas, y a los colectivos que más difícil acceso tienen al mercado laboral «los de baja cualificación, jóvenes y mujeres».
Alerta del «efecto arrastre» sobre el resto de sueldos
Cepyme critica que la subida del SMI produce un «efecto arrastre» en el rango salarial de las empresas, al «deparar la subida de otros sueldos de personal de superior escalafón, cargo o antigüedad». Además, consideran que actúa como «una herramienta de intervención de algunas ramas de actividad», como la hostelería, donde el SMI «supera el sueldo del 95% de los trabajadores». «La subida se impone sobre la voluntad pactada en los convenios colectivos y limita la autonomía del empresario para fijar las remuneraciones en función del entorno económico al que se enfrenta», argumentan.
Insisten además en que el aumento del SMI «no es neutral para el mercado de trabajo», según sus cálculos, el aumento del umbral salarial mínimo desde 2018 ha provocado la destrucción de 105.800 puestos de trabajo y ha evitado la creación de 150.400 empleos.