Yolanda Díaz lanza un dardo a Calviño por el ERE de Caixabank
La vicepresidenta tercera del Gobierno vaticina riesgo de exclusión financiera a pesar de que Economía ha trabajado con la CNMC para evitarlo
Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, ha puesto en tela de juicio el papel que ha desempeñado Nadia Calviño en el proceso de fusión entre Caixabank y Bankia.
En una entrevista en La Sexta este lunes, Díaz fue preguntada por los ERE en la banca. En concreto por el de Caixabank, donde el Gobierno es segundo accionista a través del Frob. El banco ha anunciado su intención de despedir a 8.300 personas después de fusionarse con Bankia, una entidad que fue rescatada en 2012 y que solo ha devuelto una pequeña parte de las ayudas que recibió.
“Fui clara en septiembre, se jugaban su propia reputación y desde luego el Gobierno de España no comparte en absoluto estos procedimientos” insistía la ministra, después de que el pasado viernes ya explicara en una entrevista en La Ser que antes de la fusión advirtió a estas entidades de lo que podía pasar si llevaban a cabo un ajuste de empleo muy severo.
Pero este lunes fue un paso más allá y destacó que el caso Bankia “no es comprensible” porque después de recibir casi 23.000 millones de euros pagados con los impuestos de todos los españoles, “no solamente no han devuelto nada”, sino que además la respuesta a la sociedad es “muy grave”.
Pues por una parte hay despidos, por otra “un proceso de concentración bancaria altamente peligroso en nuestro país”, y a su vez, riesgo de exclusión financiera, comentaba.
“Yo soy gallega y sé muy bien lo que significa el cierre de las oficinas bancarias, es un drama. Por tanto el tema es de país y el Gobierno de España está involucrado” aseguraba. Al tiempo que pedía a las entidades financieras que repensaran los ERE y estuvieran a la altura de las circunstancias.
De esta manera Yolanza Díaz lanzaba un dardo a Nadia Calviño, que es la responsable de que la fusión haya salido adelante. No solo porque fuera la propia Calviño quien impulsó el pasado verano la fusión de Bankia y Caixabank junto a Isidro Fainé, presidente de Criteria Caixa y primer accionista de la entidad catalana.
O porque el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (el suyo) aprobara el pasado 24 de marzo la fusión, que también. Sino porque la CNMC, organismo que depende a su vez del Ministerio de Economía, trabajó durante meses para poder dar luz verde a la fusión y evitar el riesgo de exclusión financiera.
De hecho, no fue hasta que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia dio el visto bueno a la absorción de Bankia por parte de Caixabank, cuando el Gobierno aprobó la operación.
La CNMC aprobó la fusión pero subordinada al cumplimiento de algunos compromisos pues identificaron riesgo de exclusión financiera en aquellos lugares donde están presentes únicamente los dos bancos.
En relación con estos riesgos y el posible endurecimiento de comisiones y condiciones comerciales, la nueva Caixabank se ha comprometido a no abandonar ningún municipio en el que actualmente esté presente una de las partes (o ambas) y no haya ninguna oficina competidora con el fin de evitar la exclusión financiera en dichos municipios.
Fuentes cercanas a la entidad explican que este propósito se mantiene y que el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, ha insistido en ello en varias ocasiones. Así, solo un día después de que la CNMC hiciera pública su decisión, el presidente aseguró que en 290 municipios donde solo están Bankia o Caixabank, van a mantener la presencia para evitar un riesgo de exclusión financiera.
Por su parte, desde la CNMC destacan que la fusión se autorizó con una serie de compromisos que tratan de resolver los problemas de competencia detectados. Y que la resolución de la operación se publicará una vez resueltos los aspectos confidenciales de la fusión. De esta manera, el banco y comisión encargada de velar por la competencia, aseguran que no hay riesgo de exclusión financiera.
Podemos siempre quiso una Bankia pública
A pesar de que el ERE de Caixabank no ha gustado ni a Díaz ni a Calviño, cada una ha puesto el foco en algo distinto. La vicepresidenta segunda del Gobierno fue la primera en pronunciarse y ya lo ha hecho dos veces.
Destaca que los altos sueldos y los bonus pagados a directivos de entidades financieras son “inaceptables” porque se trata de remuneraciones “que no se corresponden con la situación económica del país y aun menos en entidades que anuncian fuertes recortes de personal y cierres de oficinas”.
Y es que solo unos días antes de que Caixa desvelara a cuantos trabajadores prevé despedir, se conoció que Goirigolzarri cobrará en la nueva entidad tres veces más que en Bankia. Un salario fijo de 1,65 millones de euros al año y un variable de hasta 200.000 euros.
Por su parte, Yolanda Díaz, se ha centrado en el tamaño del ERE y en la reputación del banco. La pasada semana dijo que las cifras que Caixabank ha puesto encima de la mesa son “muy preocupante”. También que el Gobierno trabajará para minimizar el ERE.
Y aunque reconoce que todos los bancos que están haciendo ERE (Sabadell, Santander, BBVA y Caixabank) no están cometiendo ninguna ilegalidad -pues al no acogerse a ningún ERTE en pandemia no tienen prohibido despedir- critica que estén acudiendo a este mecanismo “en una crisis de estas características”.
Unidas Podemos siempre ha querido una Bankia pública y desde que anunció su fusión con Caixa se ha notado el descontento en el partido. El pasado 4 de septiembre, unas horas después de que las dos entidades anunciaran que iniciaban conversaciones para fusionarse, el partido de Pablo Iglesias hizo su primera valoración.
Lo hizo el secretario de Economía y secretario de Estado de Derechos Sociales del partido, Nacho Álvarez, en su cuenta de Twitter pero acto seguido lo compartía Iglesias. En un mensaje señaló que la operación era “preocupante” por los riesgos que conlleva de oligopolio, la falta de competencia, la recuperación de ayudas y el recorte de plantilla.
Desde la formación morada rechazaron una “reprivatización” de la entidad y reivindicaros la necesidad de contar con “una banca pública eficiente”. En este sentido señalaron que Bankia era “el embrión para ello”.
En ese momento, Nadia Calviño evitó hacer comentarios. Cuando por fin lo hizo, ya en diciembre, defendió que con esta operación el Frob mejoraba las posibilidades de recuperar las ayudas públicas, esas que tanto preocupan a Podemos.