Yolanda Díaz aleja un posible acuerdo con Ciudadanos sobre la reforma laboral
La vicepresidenta dice que la norma va "en contra" de lo defendido por Cs y tendría que "rectificar" para un pacto, al tiempo que ha pedido respetar "en la medida de lo posible" la reforma y ha segura que "no arrincona a nadie" en la negociación
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, insiste en la intención de que se mantenga «en la medida de lo posible» el texto de la reforma laboral y aleja en cierta medida las expectativas sobre un posible acuerdo con Ciudadanos sobre la reforma laboral en su tramitación en el Congreso, a no ser que rectifique y acometa un cambio en su posición.
Así lo ha expresado la vicepresidenta después de que la presidenta de la ‘formación naranja’, Inés Arrimadas, tendiese ayer la mano al Gobierno para aprobar la reforma laboral sin ERC y Bildu, al calificar de «bluf’ la norma pactada respecto a las propuestas iniciales.
Díaz ha alejado las expectativas de un eventual pacto con los ‘naranjas’ al señalar que la norma pactada con los agentes sociales va «en contra» de lo defendido por Cs, proclive a acometer una reforma liberal que establezca un contrato único, la introducción de la mochila austriaca y nuevas rebajas en las indemnizaciones por despido.
Con todo, la vicepresidenta ha dejado la puerta abierta asegurado que «si rectifica y hay un cambio en su posición, se dice por qué y estupendo», según ha señalado en declaraciones a TVE. Fuentes gubernamentales señalan a Economía Digital que el eventual pacto con Cs y PNV es la «opción b», priorizando volver a revalidar un acuerdo con los socios de investidura, es decir, ERC, Bildu y PNV.
Prioridad de los socios de investidura: «Yo dialogo, no arrincono a nadie»
Y es que Yolanda Díaz trabaja para intentar sumar a las formaciones nacionalistas al acuerdo, a pesar de que tanto ERC, como Bildu, PNV, BNG o la CUP ven insuficiente la norma acordada por no derogar de facto la reforma laboral de 2012 del PP, exigiendo además la prevalencia de los convenios autonómicos sobre el estatal, entre otros puntos.
En este sentido, Díaz insiste en vender la veleidades de una reforma consensuada tras nueve meses de negociaciones con la patronal y los sindicatos, y que a la postre cree que es «muy difícil decirle que no» al recuperar derechos para los trabajadores, mantener los ERTE e incluir medidas contra la temporalidad y la precariedad. Por ello, busca preservar todo lo posible el texto de la norma.
«Estoy confiada en que los grupos de la investidura comprendan esto», ha dicho, apelando una vez más a ERC, Bildu y PNV. Tras los primeros contactos los pasados días 30 y 31 de diciembre, ha confirmado que este mismo miércoles se sucederán los contactos.
Con todo, ha querido dejar claro su «respeto» al papel de los grupos parlamentarios, pero les ha recordado que ella «dialoga» pero no pone a nadie «contra las cuerdas». «Los grupos de la investidura lo saben, que yo no arrincono a nadie», ha apuntado.
Aprobación sin cambios el 3 de febrero
Mientras, el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, lleva días manteniendo conversaciones con miembros de los distintos partidos para intentar recabar los apoyos y que la reforma laboral pueda obtener el respaldo de los socios de investidura el próximo 3 de febrero.
Y es que a pesar de los vericuetos en la negociación para la tramitación parlamentaria de la norma, en el Gobierno confían en que vea la luz ese día la norma sin cambios en el texto, tal y como ha afirmado en una entrevista en Servimedia el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.
Aunque en el PSOE estudian la vía de sumar a Ciudadanos (10 diputados), más los seis del PNV y los cuatro del PDeCAT, en el ala gubernamental de Unidas Podemos prefieren optar por repetir un nuevo acuerdo con sus socios de investidura (ERC; PNV y Bildu). Pero, claro, reclaman cambios, y en el PSOE presionan para que los socios de investidura abracen la reforma sin exigir modificaciones.
«Votar en contra de la reforma laboral es votar a favor de la reforma de 2012 del PP», subrayó Bolaños, en un claro mensaje a los aliados habituales. En Moncloa no ven «ningún margen» para introducir modificaciones en el texto pactado con patronal y sindicatos. En el PP confirman su voto en contra y celebran las palabras de Bolaños.
ERC avisa de que no dará un cheque en blanco
Entre tanto, los partidos nacionalistas mantienen su postura contraria a la reforma en los términos actuales, aunque negocian ya con el Ejecutivo algún posible encaje, como impulsar los acuerdos autonómicos que permitan la prevalencia de los convenios autonómicos sobre el estatal, una férrea exigencia del PNV.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha asegurado este miércoles que están «lejos» de alcanzar un acuerdo con el Gobierno sobre la reforma laboral, aunque ha dejado entrever que finalmente podrían respaldarla al asegurar que su formación es «poco sospechosa» de «frenar avances», eso sí, sin que ello suponga dar un cheque en blanco al Ejecutivo.
Rufián ve un «éxito» el pacto con sindicatos y patronal pero lamenta que el Gobierno no haya contactado con la formación catalana en los nueve meses de negociaciones, y para apoyar su aprobación en el Congreso pide mejoras en las indemnizaciones por despido, el salario por tramitación, la prevalencia de convenios autonómicos y mecanismos de la Administración para frenar los ERTE De empresas que despiden masivamente tras recibir ayudas públicas.
«Insuficiente», «decepcionante», un «maquillaje» de la reforma laboral del PP y una «venta de humo». Con estos calificativos se refirió la portavoz y secretaria general adjunta de Esquerra, Marta Vilalta, a la reforma laboral, por no derogar la anterior del PP.