Ventajas y problemas de firmar un contrato indefinido
Los contratos indefinidos aportan numerosos beneficios al trabajador, como una mayor estabilidad laboral, pero también algunas condiciones que pueden perjudicarle
Son muchos los trabajadores que buscan un contrato indefinido, por la seguridad y la estabilidad que comporta en su vinculación a la compañía. Y es que, tal y como destaca el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), este tipo de contrato no establece ningún límite de tiempo en la prestación de servicios en el marco del contrato.
Del cerca de millón y medio de contratos que se han firmado en junio, el 44,32% han sido de carácter indefinido. Concretamente, el porcentaje equivale a 631.810 contratos de este tipo, según evidencian los datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía social.
Dentro de la contratación indefinida, la mayoría de contratos firmados han sido fijos-discontinuos, con 251.967, mientras que 242.351 se han firmado a tiempo completo y 137.492 fueron a tiempo parcial.
Del conjunto de contratos firmados en junio, 631.810 son indefinidos
Por su parte, 860.993 contratos han sido temporales, por lo que se ha reducido un 12,6% la contratación de este tipo, respecto el mes de junio del año pasado.
Firmar un contrato indefinido
Las personas que consiguen un contrato indefinido tienen una mayor estabilidad laboral, puesto que, a diferencia de los contratos temporales, no existe una fecha de expiración.
Sin embargo, conviene tener en cuenta que, a pesar de que un contrato indefinido aporta estabilidad tanto a la empresa como al trabajador, no comporta que desaparezca la posibilidad de un despido.
Entre los motivos por los que se puede despedir a un empleado con un contrato indefinido, tal y como concreta el Estatuto de los Trabajadores, figura la ineptitud del trabajador, falta de adaptación, así como causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
La indemnización en un despido procedente asciende a 20 días por año trabajado
Si el despido se produce por estos motivos, es decir, se trata de un despido procedente, la indemnización es de 20 días por año con un máximo de doce mensualidades, según recoge el portal España Diario.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que el despido disciplinario no exige el pago de una indemnización, pero sí del finiquito. También existen los despidos colectivos o que se enmarcan en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Además, la compañía cuenta con la posibilidad de despedir a un trabajador con un contrato indefinido sin ningún motivo, lo que se conoce como despido improcedente y comporta el desembolso de una indemnización de 22 días por año trabajado con un límite de 24 mensualidades.