Variaciones sobre un mismo tema: las cajas de ahorro

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Desde que empecé a hacer periodismo económico, de lo que pueden imaginarse que hace ya unos cuantos años, asisto a un debate que no avanza pero que no para: ¿tiene sentido en la actual fase capitalista el modelo de las cajas de ahorro españolas? ¿deben privatizarse y dotarse de una estructura de capital similar a la de los bancos, sus compañeros y competidores?…

Personas a las que admiro desde un punto de vista intelectual me aseguran que la influencia política en las cajas es creciente y que eso las convierte en peligrosas. Ya se sabe, los políticos son caprichosos, tienen tendencia a confundir sus propios intereses electorales con el bien común, y pueden meterlas en aventuras que les acarreen problemas de solvencia.

Cuando hablo de estas cosas con amigos míos que trabajan en cajas de un cierto tamaño, esbozan una sonrisa irónica y me recuerdan que las crisis más importantes las han protagonizado bancos y que, oye, dejémonos de monsergas y vayamos a los números, a los balances, y veamos allí la verdad de unos y otros.

Lo cierto es que en el larguísimo ciclo de bonanza que antecedió a la crisis actual, las cajas fueron ganando terreno a los bancos (es que no pagan dividendos, argumentan los bancarios; tampoco podían captar recursos como los bancos, pensaba yo) y desarrollando modelos tan exitosos y de una fortaleza tan impresionante como la Caixa, o incluso Caja Madrid, u otras. No desarrollaron un negocio tan diversificado e internacionalizado como el Santander o el BBVA, pero…

Hago esta introducción porque, más allá de la salud financiera de las cajas que parece estar estos días más que nunca en el centro del huracán mediático, me resulta difícil separar su actualidad de ese largo y tedioso (por las formas) debate del que les hablaba en el primer párrafo. Al margen de cómo el crecimiento de la morosidad o la caída de la actividad económica, ¿tiene alguien interés en señalar con especial énfasis, por algún particular motivo, las posibles vergüenzas de estas instituciones?

Ésa es posiblemente una pregunta retórica y marginal, pero creo que conveniente. En cualquier caso, vayamos de nuevo a los números, a lo sustancial. Los artículos que siguen constituyen una aproximación a los balances de las cajas, pero la virtud que creo que tienen es que permiten una visión poliédrica, desde diferentes ratios y valores, de la situación de las cajas de ahorro, en algunos casos apoyados en gráficos publicados en diversos medios de comunicación.

Se trata, en definitiva, de proporcionarles una visión más global que la que pueden tener al leer un día en un periódico una información basada en una determinada partida y al día siguiente otra en sentido contrario o diferente deducida de otros lugares del balance. Saquen ustedes sus conclusiones.

Vea aquí los activos de las cajas españolas.

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