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Más de la mitad de los usuarios de coche de los alrededores de Barcelona no tienen alternativas en transporte público para entrar o salir de la capital

El RACC presenta un estudio que también recoge que el 60% de las personas que utilizan el vehículo privado presentan un perfil socioeconómico medio o bajo

Coches en la carretera

El RACC ha presentado el estudio ‘Perfil de los usuarios del vehículo privado en día laborable en la Gran Barcelona‘, que pone cifras a la movilidad entre Barcelona y los municipios de sus alrededores. El 56% de los usuarios de coche de los pueblos y ciudades de la primera corona dicen no tener alternativas de transporte público para entrar o salir de la capital. Además, el 46,9% de los conductores tanto de coches como de motos considera que el transporte público es muy lento, mientras que el 29,9% argumenta que este es demasiado incómodo.

El estudio se basa en una amplia encuesta a más de 2.000 ciudadanos de Barcelona y 17 municipios de la primera corona metropolitana, hecha a lo largo de 2023. El objetivo es recoger las percepciones de estos ciudadanos para entender su grado de satisfacción con el uso de su vehículo y cómo valoran otras alternativas, como la del transporte público, o futuras medidas de la gestión de la movilidad, como el peaje urbano.

En cuanto al perfil de los usuarios, la encuesta determina que, en días laborables, los usuarios del vehículo privado de coche y moto de Barcelona y alrededores son principalmente hombres, de 30 a 64 años. El 60,7% de los usuarios son ciudadanos con un perfil socioeconómico bajo o medio y 7 de cada 10 viajan solos en el coche. Además, el 56,5% realizan trayectos fuera de Barcelona, mientras que un 43,5% hacen desplazamientos dentro de la capital. También destaca la presencia de las motos: un tercio de los trayectos son en este vehículo y, en el caso de los desplazamientos internos, las motos representan el 64,6%.

Los usuarios del vehículo privado se muestran satisfechos con la movilidad en Barcelona y alrededores en los días laborables, pues la puntúan en un 8,3, en el caso de los que se mueven dentro de la capital, y en un 8,4, los de los municipios de la primera corona. Además, más del 70% de los encuestados califican su satisfacción con entre un 8 y un 10 –un 71,8% en el caso de Barcelona, y un 75,9% los de los alrededores.

Valoración de la zona de bajas emisiones, del peaje urbano y de los coches eléctricos

En referencia a las distintas normativas ambientales que hay en Barcelona, más de la mitad de los usuarios de vehículos privados tienen una etiqueta C. Las etiquetas ECO representan un 12,3%, mientras que las de cero emisiones son un 3,1%. Solo un 2,8% no tienen un distintivo ambiental –aunque el 8,5% no lo sabe o prefiere no contestar.

Asimismo, un quinto de los vehículos tienen una etiqueta amarilla. Si la Generalitat finalmente prohíbe la circulación de estos coches por las zonas de bajas emisiones a partir de 2028, más de la mitad de los conductores aseguran que renovarían el vehículo, un 10,6% iría en transporte público y el 35,1% aún no ha decidido todavía que haría.

En cuanto a la aplicación de un posible peaje urbano, el 82,7% de los usuarios de la primera corona se muestran en contra; cifra que desciende hasta el 75,2% en el caso e los usuarios de Barcelona. En global, la valoración de esta medida suspende con creces, con un 1,9.

Por otro lado, la encuesta también refleja que el 13% de los usuarios de vehículo privado de Barcelona y alrededores tienen pensado comprase un coche en los próximos años. De estos, el 45,3% optaría por uno híbrido; el 18,6%, por uno de gasolina; el 10,9%, por un diésel; y el 11,3%, por un coche eléctrico. Los motivos para no cambiar el vehículo a uno eléctrico son principalmente el precio –el 71,7% considera que son muy caros–, la autonomía –el 65,9% no confía mucho en esta– y los puntos de carga –el 59% no tienen acceso a estos puntos cerca de sus casas.

Planificación integral de la movilidad

Según el RACC, la radiografía del usuario que pone de manifiesto la encuesta subraya «la necesidad de una planificación integral de la movilidad«, que tenga en cuenta «las necesidades de la movilidad de toda la población y los perfiles de todos los usuarios». Por eso, antes de realizar actuaciones que afecten a la movilidad de los ciudadanos, apuntan que «es necesario conocer el estado de los modos de transporte alternativos».  

De esta manera, consideran que esta planificación debe «encontrar un equilibrio entre las restricciones a los vehículos privados y las alternativas«, para que la movilidad «sea accesible para todos«. Por ello, reclaman incrementar la inversión en el transporte público «para mejorar su calidad y así disminuir la dependencia de los vehículos privados y las congestiones».  

Además, debido al aumento en los desplazamientos diarios, desde el RACC piden una infraestructura de movilidad robusta, así como impulsar incentivos económicos a los usuarios de vehículos contaminantes para la renovación de sus coches, una integración tarifaria que favorezca el uso recurrente y responsable del transporte público, la disponibilidad de sistemas de vehículos compartidos y todas las opciones «que fomenten una movilidad más sostenible y asequible».