De la universidad de activistas a la eléctrica pública: las promesas energéticas más disparatadas para Barcelona y Madrid

Pese a la importancia aparente de la energía en los programas electorales, las promesas son poco realistas

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. EFE/ Toni Albir

La alcaldesa en funciones de Barcelona, Ada Colau. EFE/ Toni Albir

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Ha llegado la hora de prometer. Se abre un periodo electoral en muchos puntos de la geografía española, y los diferentes partidos juegan sus bazas. Este año la energía, así como la emergencia climática, serán elementos clave, y los candidatos lo saben. Ahora bien, quizá no todas las promesas tengan sentido o, algunas de ellas, quizá aporten pocas soluciones reales.

Ante este contexto, desde ECONOMÍA DIGITAL se analizan las medidas más peculiares y que, quizá, menos aportan de dos de los principales focos en estas elecciones: las municipales en Madrid y Barcelona; y el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Para empezar este análisis todos los ojos miran a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que, entre otras cuestiones, ya se sacó de la chistera una comercializadora de electricidad pública que, por el momento, económicamente no está siendo rentable. Ese no era su objetivo, pero perder dinero para que tenga que ser subvencionado por impuestos, tampoco parece razonable.

Para este nuevo periodo electoral tiene una extraña propuesta: una universidad de activistas climáticos. Así lo recoge en su programa electoral, donde explica que es «necesario crear una universidad climática que asuma la labor de formación de activistas y al mismo tiempo sirva como alojamiento de estas personas cuando realicen estancias en la ciudad». Asimismo, la actual alcaldesa tiene entre sus grandes medidas la compartición masiva de vehículos mediante el uso de aplicaciones. Veremos cómo afronta el sector del taxi esta medida.

Sin salir de Barcelona, el candidato a la alcaldía de Junts, Xavier Trias, propone una Barcelona autosuficiente a nivel energético, y de forma plena. No se explica muy bien cómo una de las ciudades de España con mayor consumo eléctrico sería capaz de dotarse a sí misma de la generación suficiente.

Madrid llena de entes públicos

Por lo que respecta a la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento de la capital, las propuestas van de blanco a negro. Es decir, desde la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que en materia energética todavía no ha deshojado sus intenciones, a las de Más Madrid que aspira a tener una capacidad de potencia renovable que es irreal.

En cuanto a la actual presidenta, por ahora tan solo se conoce una extraña propuesta relacionada con el medio ambiente que consiste en «una línea de ayudas destinadas a las comunidades de vecinos, para que los madrileños disfruten de la naturaleza dentro de sus propias casas aprovechando espacios comunes como azoteas y patios comunitarios». Habrá que esperar a conocer más detalles, si es que los hay.

Por su parte, el que puede ser partido de la oposición en la comunidad, Más Madrid, la líder de la formación verde, Mónica García, se desmarca con la creación de una agencia de eficiencia energéticas, la creación de oficinas de orientación energética, y pone sobre la mesa la aspiración de que Madrid tenga una potencia fotovoltaica de 9,3 GW entre suelo y autoconsumo. En estos momentos, cabe recordar que la comunidad cuenta con poco más de 100 MW. Algo no encaja.

Por su parte, el candidato socialista a la comunidad, Juan Lobato, menciona en su programa que van a llevar a cabo un Plan Regional de Transición Ecológica, pero no hay ningún detalle al respecto. De igual modo, el PSOE se decanta por la innecesaria creación de entes públicos como una Agencia de Residuos y oficinas de asesoramiento energético.

En cuanto a las propuestas municipales, Más Madrid mira a Barcelona, y Rita Maestre tiene pensado colocar una empresa pública de electricidad en la capital. Aunque no hay muchos detalles de cómo hacerla rentable. Por su parte, la exministra de Industria, Reyes Maroto, vuelva todo al autoconsumo. No obstante, poca claridad sobre las medidas reales para acelerar la implantación.

Raúl Masa

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