Un cliente reclama a Barclays 30.000 euros por una hipoteca

La entidad comprometió la concesión de un préstamo, pero se demoró e impidió obtener bonificación fiscal además de cobrarle los gastos

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El mundo al revés. Si lo habitual es que los consumidores sean apremiados por las entidades bancarias por cuestiones como impagos o gastos derivados de los préstamos, en esta ocasión ha sido todo lo contrario.

Un joven reclama 30.000 euros a un banco por prometerle un préstamo que luego demoró y que le ha provocado gastos y le ha impedido obtener una desgravación fiscal a la que tenía derecho. Las reclamaciones se han formalizado ante el Banco de España y la Junta de Andalucía.

Alberto Romera contó con la filial española de Barclays para sus planes de futuro. Quería adquirir un piso y potenciar sus ingresos. Llevaba años confiando en el banco. Tras hacer números para lograr una fiscalidad favorable, optó por comprar un inmueble y aprovechar el último año de desgravación por adquisición de viviendas habituales.

Oficina contra central

Todo se fue al traste. Pidió un préstamo hipotecario de 120.000 euros (el 60% de la tasación) a principios de diciembre. En la oficina dieron el visto bueno a la operación, según su versión. El contrato de formalización, sin embargo, nunca llegó a realizarse y el cliente se siente engañado. “He reclamado daños y perjuicios y he puesto el caso en conocimiento del Banco de España y de la Junta de Andalucía”.

Sólo faltaba el veredicto final de la central de riesgos de Barclays en Madrid. En ningún momento, como es habitual en las entidades, se garantizó la operación por escrito. Pero Romera no recibió la respuesta oficial hasta finales de enero. El daño, según el consumidor, ya estaba hecho.

Sin garantías temporales

El plazo de Hacienda se había superado holgadamente y sobre la línea temporal, la oficina de Barclays continuaba insistiendo en la concesión. “Ya solo estamos a espera de la tasación. Me dijeron en la tasadora que estaría entre hoy y mañana. Les llamaré hoy de todas formas. Tenemos 15 días incluido hoy, vamos con tiempo, no te preocupes”.

Una empleada le tranquilizaba con ese correo electrónico, al que ha tenido acceso Economía Digital. Pasadas las dos semanas, el 31 de diciembre, “me aseguraron que se firmaría, pero no podían garantizar la temporalidad”.

La posibilidad de ahorrar 30.000 euros en impuestos (857 euros al año de media) se desvanecía. Así que antes de agotar los plazos, Romera movió cielo y tierra para saber qué sucedía. “Hice unas 70 llamadas, sin exagerar, a la central de Madrid el 28 de diciembre”. La operación seguía en estudio.

Explicaciones

Dos meses después aún no ha recibido una explicación de la entidad que justifique el comportamiento de la oficina de Cádiz con la que tramitó el crédito. Sólo una carta estándar de disculpas, asegura. “Éramos clientes de toda la vida. La relación era familiar”. “No entiendo por qué no fueron claros”.

El joven de 32 años ha logrado su vivienda. “En ocho días formalicé con otra entidad”. Unicaja le facilitó el préstamo para adquirir el piso, valorado en 220.000 euros.

Daños

Romera, con un perfil laboral estable, ha reclamado a Barclays 1.000 euros de gastos generados por tasación y comisiones financieras y el lucro cesante. La entidad se ha dado más prisa en contestar esta vez. Rechaza cualquier indemnización. Barclays ha declinado contestar a las reiteradas peticiones de información realizadas por este medio para obtener su versión.

Ismael García Villarejo

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