Un aval del ICF asegurará la continuidad de Boí –Taüll
La continuidad de la estación de esquí de Boí Taüll y sus instalaciones hoteleras anexas parece asegurada después que el Institut Català de Finances (ICF) habría accedido a avalar una cantidad equivalente a 2 millones de euros para permitir que se inicie la temporada con toda normalidad, según ha sabido Economía Digital.
La operación, que aún no ha concluido, ha supuesto una negociación a diversas bandas entre el propietario del grupo Nozar, Luís Nozaleda, los bancos que otorgarán los créditos para mantener la actividad de la estación de esquí y el banco público de la Generalitat. El nexo entre estos elementos ha sido el ayuntamiento de la Vall de Boí y el Consell comarcal de la Alta Ribagorça, ambos organismos presididos por Lluís Perelada.
“Nuestro trabajo ha sido mediar entre Nozar, la dirección general de Boí-Taüll y la Generalitat para encontrar una salida al problema”, explica Perelada. Esta solución es temporal, ya que consiste en que el ICF avale los créditos bancarios que se necesitan para que la temporada próxima la estación de esquí de la Alta Ribagorça pueda funcionar con toda normalidad.
Por el momento las negociaciones van por buen camino, según indica Perelada, que mantiene el contacto directamente con Luís Nozaleda. “Yo creo que si no surge nada en contra, la continuidad de Boí-Taüll durante la temporada próxima está casi asegurada”, dice el presidente de Consell Comarcal, que valora como estratégica la continuidad de las instalaciones deportivas y hoteleras: “piense que son directa o indirectamente unos 400 puestos de trabajo en una comarca que tiene 4000 habitantes”.
La temporada de esquí está previsto que se inicie durante el puente de la Constitución y dure hasta el mes de abril de 2010, si la meteorología acompaña. Durante este tiempo se buscará una solución definitiva a la estación de Boí-Taüll, que desde el consell comarcal se desea que esté en el sector privado y no en el público como en otras instalaciones del pirineo catalán.
Nozar presentó el viernes de la semana pasada una de las mayores suspensiones de pagos de la historia de las constructoras españolas. El pasivo total superaba a 31 de diciembre de 2008 los 2052 millones de los que las deudas bancarias superan los 700 millones.