Un año del decreto de ahorro energético: el consumo cae por la debilidad de la industria
Según datos del Gobierno, el consumo de gas se redujo un 21% hasta el 31 de marzo y la demanda ha caído un 18% entre abril y julio. Los expertos lo achacan a un menor tirón de la industria
Esta semana se ha cumplido el primer aniversario del Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto, la norma impulsada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para ahorrar energía y contener los costes de unos precios del gas y la electricidad desbocados. Un primer aniversario que, lejos de lo ocurrido hace 365 días, ha pasado con unos costes energéticos por debajo de lo esperado y después de un invierno suave en el que no se produjo el peor de los escenarios para el conjunto de los Veintisiete.
Un año después, en el Ministerio de Transición Ecológica, de donde partió el paquete de medidas incluido en el texto, se felicitan de su resultado. Fuentes de la Vicepresidencia Tercera que dirige Teresa Ribera apuntan a los buenos datos de ahorro que se ha producido en este año. Así, el consumo de gas se ha reducido en un 21% (excluyendo las exportaciones de electricidad) y un 23% (considerando la variación de saldos de flujos) hasta el 31 de marzo, en comparación con la media de ese mismo periodo en los últimos cinco años. Entre el 1 de abril y el 14 de julio, los últimos datos disponibles en la cartera de Energía, la reducción de la demanda se estima en un 18%.
En lo que respecta a la demanda de electricidad, Transición Ecológica cifra el ahorro en un 7% hasta el 31 de marzo, comparado con la demanda media de los últimos años. Un ahorro que es equivalente a 24 días de consumo de gas, se felicitan.
El año pasado España partía de una posición ventajosa con respecto a los socios europeos. Por un lado, el Gobierno de coalición consiguió la luz verde de Bruselas a la excepción ibérica, el llamado tope al gas, para limitar los precios de la electricidad y su traslación al consumidor. Según los últimos datos, esta medida ha supuesto un ahorro de 5.100 millones de euros desde su puesta en marcha. Pero, por otro lado, España se beneficiaba por una vez de ser una ‘isla energética’ y no depender de los productos energéticos rusos, como sí le ha sucedido a otras potencias vecinas como Alemania o Francia.
Con todo, el ahorro solidario que se impuso desde Bruselas -a un menor consumo del conjunto de los Veintisiete, una mayor facilidad para hacer frente a un posible escenario caótico en invierno- hizo que el Gobierno tomara las medidas contempladas en el citado decreto ley. A saber, límites en aires acondicionados y calefacción en edificios administrativos, recintos públicos y comercios; la exigencia de puertas de acceso con cierres automáticos y las luces de los escaparates se apagarán a las diez de la noche. Un año después, estas medidas siguen en vigor, aunque comunidades como Madrid ya piden la retirada de la prohibición de iluminar edificios emblemáticos pasadas las diez de la noche.
Ahora bien, ¿son las responsables de este recorte de la demanda de gas y del consumo energético? Para el COO de la consultora Enerjoin, Carlos Martín, la respuesta no hay que buscarla en el decreto, sino en un sector concreto: la industria. «La previsión de ahorro energético se ha visto sobrepasada por la destrucción de demanda», explica en conversación con Economía Digital. Así, según los datos que ha recogido de Red Eléctrica, la variación del consumo industrial es de un -11% en el último año móvil. «Es testimonial», responde, preguntado por las medidas de ahorro que contenía el real decreto. «El gran impacto viene por la parada brutal de la industria», defiende.
Como ya hemos analizado anteriormente en estas páginas, la industria no está pasando por su mejor momento. A pesar de que los precios energéticos han bajado, siguen representando una importante partida en sus cuentas. Además, al tratarse de un sector donde la deuda es muy intensiva, la subida de tipos de interés está afectando también con mayor dureza. Sin contar, además, el enfriamiento que está viviendo el resto de Europa y que ya se está dejando sentir en la caída de las exportaciones, así como en índices como el de Producción Industrial, los precios industriales o las cifras de negocios.
«En las horas nocturnas, hemos perdido 3.000 MWh», detalla Martín. «La demanda eléctrica tiene un consumo medio de 17.000-18.000 MWh. El consumo máximo diario es de 40.000-42.000MWh. Ahora estamos en 34.000-35.000 MWh por el día y en 15.000 MWh por la noche. Esto se explica básicamente por la parada de la industria, no por la eficiencia», destaca el consultor.
De hecho, otra de las variables que destaca el experto en energía es el hecho de que las reservas estratégicas de gas, después de que el año pasado se iniciara una carrera contrarreloj contra el resto de naciones europeas para llenar los tanques, están al 100% y eso no ha implicado la elevación de los costes. «Cuando consigues llenarlas tan rápido significa que no se están gastando… Como en septiembre no se recupere la demanda, el precio del gas seguirá cayendo pero porque no habrá nadie que lo consuma», zanja.