Teresa Ribera planta al sector del gas y evita las explicaciones sobre la bajada de la luz
Desde hace semanas no hay una explicación formal sobre la aprobación de la 'excepción ibérica'
Este martes se celebra en Madrid la reunión anual de la patronal del gas. En el encuentro se darán cita las principales compañías del sector como Naturgy, Enagás o Redexis, así como importantes asociaciones muy dependientes de esta tecnología. Pero no estará en el congreso, ni en la apertura ni en la clausura -el evento dura todo el día-, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Una ausencia muy notable en un momento crítico para el sector, principalmente porque todavía no se sabe nada sobre la aprobación definitiva de la denominada ‘excepción ibérica‘.
Cubrirá a la ministra, que no está en la ‘Reunión Anual Sedigas 2022‘ por motivos de agenda, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. Y tendrá que ser ella -ante los principales actores del sector- la que explique por qué se está tardando tanto en aprobar el tope del gas y, asimismo, cuándo se prevé que entre en vigor de manera efectiva. Todo ello sin Teresa Ribera, que desde hace unos días simplemente se limita a decir que estará en vigor lo antes posible.
Los motivos de agenda de la ministra Ribera para no asistir a la gran cita anual del gas natural incluyen, junto la reunión del Consejo de Ministros de por la mañana, la primera reunión de la Comisión de Seguimiento y Gestión del Programa Campus Rural; y la entrega los ‘I Premios Escarabajo Verde de RTVE’.
Así, durante el congreso de la patronal del gas, que tiene como plato fuerte una mesa redonda con Enagás, Naturgy, Nortegas y Redexis para hablar de seguridad, faltarán las explicaciones de la ministra más allá del tope del gas. Por ejemplo será de vital importancia saber cómo avanzan los asuntos de interconexión con Francia, o los rumores que han aparecido con respecto a Italia. De igual modo, la relación con Argelia vuelve a necesitar de explicaciones ante las renegociaciones que se han hecho al alza con los precios del transporte.
Asimismo, faltarán las palabras de la ministra Ribera para explicar a la industria cómo se ha podido tardar tanto en dar una respuesta a los elevados costes del mercado mayorista. En este caso estarán la Asociación de Líneas Aéreas (ALA); así como Aspapel; Ascer y Gas Industrial.
Junto con otros actores económicos, como Funcas o el Banco de España, y empresas de interés nacional como Repsol; cerrará el evento la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, que tampoco tendrá el ‘feedback’ directa de la ministra sobre la ‘excepción ibérica’. Y sobre todo porque el regulador juega un papel importante en su aplicación y el control de precios.
Todo esto parecen motivos más que suficientes para que la ministra Ribera se hubiera personado ante una industria esencial para la transición energética que aborda España, por más que se criminalice a una tecnología sin las cual no se podría abordar la actual crisis energética.
Sin noticias del tope
Sobre este asunto tan delicado, el Gobierno echa los balones fueras, y simplemente argumenta que debe ser la Comisión Europea quien dé el ‘ok’ definitivo para su entrada en vigor y que, mientras tanto, el Gobierno está avanzando todo lo posible.
Pero asunto va con un retraso considerable. La aprobación definitiva española tuvo lugar el pasado 13 de mayo, de manera conjunta con el gobierno portugués; aunque en ese momento ya se advirtió de que no se trataba del ‘ok’ final. Una fecha que no tiene marco temporal. Así, el pasado 19 de mayo ECONOMÍA DIGITAL publicaba que Bruselas mantiene como prioridad la aprobación de la ‘excepción ibérica’, pero que es imposible determinar una fecha.
Ante esta tesitura, el Ministerio para la Transición Ecológica se ha limitado a decir que quizá para julio ya se podrían ver de manera efectiva los primeros efectos positivos en cuanto a la reducción del precio de la factura. Una situación que a muchas empresas les puede llegar excesivamente tarde, y con un importante deterioro por el sobrecoste que llevan meses pagando.
Un ejemplo es la compañía industrial Acerinox. Hace unos días ECONOMÍA DIGITAL se hacía eco sobre las denuncias de la empresa sobre la dificultad que estaba teniendo para conseguir contratos a largo plazo ante los enormes costes energético, algo que el máximo responsable de la acerera ha confirmado hace poco.