Teresa Ribera prepara el recorte a las energéticas ante la resignación de las empresas
La próxima semana el Gobierno podrá hacer retoques en el mix energético, y esta vez será más sencillo que hace seis meses cuando tuvo el choque frontal de las empresas
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, trabaja a marchas forzadas para tener preparados los cambios que ejecutará en el mercado eléctrico español con el objetivo de aminorar el impacto de los altos precios de la luz. Se trata de un plan que debe consentir Bruselas, cuyo pronunciamiento será la próxima semana, aunque el Gobierno español se prepara para tomar decisiones unilaterales llegado el momento. Algo que será más sencillo de acometer que hace seis meses.
Y es que las tensiones en el mercado eléctrico no son nuevas. Por ello, la también vicepresidenta intentó maniobrar el pasado verano para controlar el recibo de la luz. El problema fue que Teresa Ribera se encontró con la oposición frontal de las grandes eléctricas, que amenazaron con dejar todo en manos de los tribunales si los recortes planteados -en formato de hachazo a los ingresos por nuclear e hidráulica- eran excesivos. Pero todo eso ha cambiado.
Así lo confirma a ECONOMÍA DIGITAL el socio del área de Derecho Público de Cuatrecasas, experto en Energía e Infraestructura, Juan Carlos Hernanz, al asegurar que «lo que ha cambiado es que hace seis meses había sensación de provisionalidad, que ha saltado por los aires. Lo que pensaba que podría mitigarse en la primavera, estamos viendo que la situación es peor que hace seis meses». Este es el contexto que va a aprovechar Teresa Ribera para forzar al límite la máquina y, llegado el caso, tomar esas medidas unilaterales en caso de que países como Francia no estén en la misma línea.
En esta línea, señala Hernanz, «la necesidad de tomar algún tipo de medida es más importante que el rigor jurídico que podía haber pesado hace 6 meses. También ha habido un cambio de sensaciones en la Comisión Europea, que hace seis meses lanzó mensajes bastante desalentadores al Gobierno español, y eso parece que se está suavizando».
Bajo estas premisas, el Gobierno quiere ir más allá de lo que está sugiriendo la Unión Europea, sobre todo en lo relacionado con el tope del gas, o la propia intervención de precios. Por suerte para el Gobierno, y quienes se vean beneficiados, lo bueno es que se podrá elevar la presión sobre empresas o tomar medidas que hace seis meses eran impensables.
El apoyo eléctrico a Teresa Ribera
Cuando faltan 10 días para que Bruselas matice las indicaciones previas que ha dejado en la última cumbre de Versalles, el Gobierno está teniendo menos resistencia por parte de las grandes eléctricas de cara a las posibles medidas que hace seis meses.
Así, según ha podido saber ECONOMÍA DIGITAL en fuentes cercanas a Iberdrola, desde la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán asumen que la situación es diferente a lo que sucedió hace seis meses, y el contexto ha afectado a todos de una u otra manera.
Desde la energética señalan que «la invasión de Ucrania enfatiza más que nunca la importancia de la seguridad y la autosuficiencia energética de Europa, objetivo que es plenamente compatible con la descarbonización. Como señala la comunicación de la Comisión, ambos pueden alcanzarse acelerando el despliegue de nueva capacidad renovable; aumentando las interconexiones y redes eléctricas para permitir la electrificación; y maximizando la capacidad de almacenamiento de energía».
Qué herramientas tiene Ribera
De cara a ejecutar las reformas, el Gobierno estará pensando en dictar un Decreto Ley, precisamente porque es un instrumento que dificulta reaccionar contra esas decisiones que se pueden tomar.
En este sentido, el socio de Cuatrecasas destaca que «un DL, como es una norma con rango de ley no puede ser discutido por las empresas ni por lo particulares, y hace que cualquier discusión posterior sea a los afectados a los que les tome tiempo, mientras que su aplicación es inmediata según la aprueba el Gobierno«. No obstante, también recuerda que «todo lo que se haga en España tiene que estar en línea con lo que se dicte desde Bruselas. La cosa es que pueda hacer una interpretación más o menos amplía de esa regla europea de que todo debe ser establecida por los mercados».
Aunque en estas reformas urgentes, no todos pueden ganar lo mismo. Juan Carlos Hernanz destaca que «si se quieren tomar medidas que no tengan efecto retroactivo, seguramente no se salvarán todas las medidas que el Gobierno quiere tomar. Hoy ya están los contratos firmados, y el margen para solamente modificar lo que esté por hacer tendrá poco efecto práctico. Alguien tendrá que salir perdiendo en las medidas que se van a tomar. O el que vende, porque va dejar de vender a un precio alto que ahora mismo puede vender; o el que compra. No todos pueden ganar a la vez».