Tercer parón en dos meses: Volkswagen Navarra cierra otras dos semanas
Desde el comité de empresa alertan que la situación de los trabajadores, que perciben ingresos reducidos al haber pasado al ERTE, comienza en algunos casos a ser crítica
La escasez de semiconductores sigue afectando al sector de la automoción en España. Tan es así que la fábrica de Volkswagen Navarra volverá a echar el cierre durante casi dos semanas debido a la imposibilidad de mantener el ritmo de producción al que es capaz de ir la fábrica.
Según ha remitido la compañía a sus trabajadores a través de un comunicado, la producción se paralizará del 29 de noviembre al 12 de diciembre, aunque dicha situación podría alargarse algún que otro día más, un dato que desde el comité de empresa anuncian que revelarán el próximo mañana jueves.
Y es que “la situación en todo el sector de la automoción y de todo el sector industrial en general es de incertidumbre”, explican desde la compañía, lo que, aseguran, obliga a que el sector tenga que valorar su estado cada semana para decidir si se hacen nuevos parones.
Como ya ocurrió el pasado mes de octubre, momento en el que la fábrica tuvo que hacer otro parón de varios días, el problema en la producción reside en la escasez de materiales semiconductores, necesarios para la elaboración de microchips, indispensables a su vez para cualquier componente o producto electrónico que llevan los coches.
De hecho, el presidente del comité de empresa, Alfredo Morales (UGT), ha apuntado a la falta de un microchip que acciona la llave del Climatronic, que llega directamente desde Tailandia, como causa de no poder continuar con la producción. “Hasta ahora esta falta nos afectaba en un día o dos, pero este impacto tan fuerte nunca lo habíamos tenido”, ha añadido.
Trabajadores al límite
No se trata del primer parón de la compañía debido a la incapacidad para mantener la producción de coches. De hecho, este es el tercer parón en dos meses, si bien los anteriores no han sido tan largos como el que está por llegar. No obstante, Morales explica que al echar el cierre, los trabajadores pasan al ERTE, una situación que garantiza que sigan percibiendo ingresos, aunque reducidos.
“Si además le sumamos la falta de pago por parte del SEPE de las prestaciones desde el mes de junio la preocupación en muchos casos de la plantilla se está convirtiendo en una cierta angustia porque hay muchos pagos que hacer y pocos ingresos”, algo que ha ocasionado “situaciones dramáticas” en la plantilla, ha agregado.
Durante los días de cierre, algunos trabajadores acudirán a la fábrica a realizar tareas como tapar los coches o purgar masillas, tareas de las que se encargarán voluntarios. También, durante los días 29 y 30 de noviembre se requerirá de unos 5 o 6 trabajadores durante el turno de mañana para retirar plásticos y trabajos de mantenimiento puntuales.