La mitad de los municipios no dispone de una sucursal bancaria física
Un informe basado en datos de registros públicos muestra que el 50% de los municipios en España carecen de una sucursal bancaria
Un informe de la Federación Fuerza Independencia Empleo (Fine) muestra que el 50% de los municipios españoles no dispone de una sucursal bancaria física. El estudio del sindicato independiente más grande del sector financiero (con 900 delegados que representan a 30.000 afiliados) refleja los ajustes de personal en el sector y desecha el argumento de la necesidad de los clientes de una digitalización bancaria.
El I Estudio «Empleo Postcrisis en la Banca Española» analiza la caída del empleo en la banca española desde 2008, cuando comenzó la crisis económica, hasta 2016, basado en datos recopilados de registros públicos. El informe cita números del Banco Central Europeo y explica que en 2008 el sector financiero español era el segundo menos competitivo en la comparativa con los principales países de la UE, para situarse en 2016 a la cabeza de esa comparativa.
«El empeoramiento en tan sólo ocho años, en un 89% de nuestro índice de competencia supone doblar al de otros países de la UE, algunos de los cuales, como Francia, no sólo no han empeorado sino que han mejorado», dice el texto. «Este es un buen argumento para rebatir a aquellos que sostienen que la concentración de bancos debe continuar en España», agrega.
El autor del estudio, José Manuel García, consideró que en 2008 se primaba el concepto de sostenibilidad, sobre todo en las Cajas de Ahorro, se garantizaba la accesibilidad de los clientes y la no exclusión financiera. Ese año las cajas de ahorro representaban más de 2.000 millones de euros de retorno a la sociedad a través de la obra social, pero se dio un salto atrás de «35 años» con la finalidad de la rentabilidad, sin tener en cuenta a la sociedad ni a los trabajadores.
El análisis muestra que desde 2008 se crearon 8.000 oficinas bancarias pero se destruyeron 17.500
Consideró en este sentido que los empleados empezaron a aumentar sus jornadas y subió el absentismo, con relaciones laborales que se judicializaron y con despidos generalizados, más de 84.000. García insistió en la «reducción drástica» en términos de obra social, con 2.000 millones de euros que ya no retornan, y con una judicialización que también llegó a los clientes.
El informe rechaza que el problema se centra en la expansión financiera por el «ladrillo» y argumenta que se crearon 30.000 empleos con este sector y se destruyeron 85.000, 55.000 más de los que surgieron en España. Sobre las oficinas bancarias, manifestó que se crearon 8.000 pero se destruyeron 17.500, y sobre la recuperación de las cifras de negocio la atribuyó al aumento de la productividad -millones de negocio gestionados por empleado-.
Para García, ese incremento de la productividad abarca jornadas más largas sin cobrar más, de forma generalizada, una situación que conlleva «presión empresarial», «miedo a ser despedido» y desemboca además en absentismo, debido a que «la gente se rompe».
El autor se mostró contrario a que el cierre de oficinas y los despidos tengan que ver con la banca digital o los servicios financieros por Internet y argumentó que la banca digital no tiene la suficiente entidad ni ahora ni a corto plazo para justificar las clausuras.