Subir el SMI a 1.000 euros pone en riesgo 130.000 empleos
Un estudio de Randstad y Cepyme advierte de que elevar un 5,3% el Salario Mínimo, hasta 1.000 euros, destruiría entre 60.000 y 130.000 empleos hasta 2023
El Gobierno ultima para el último trimestre del año la subida inminente del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), congelado en 950 euros en 14 pagas desde finales del año pasado, tras haber consensuado con los sindicatos la subida frente al rechazo de los empresarios. CEOE se opone a un nuevo incremento del SMI por su posible impacto en el empleo y la recuperación ante los mayores costes laborales.
Un estudio realizado por Randstad Research con la colaboración de Cepyme parece confirmar su tesis, ya que señala que elevar el Salario Mínimo un 5,3%, hasta los 1.000 euros en 14 pagas en 2022 podría tener un impacto negativo en el empleo de entre 60.000 y 130.000 puestos de trabajo desde su entrada en vigor hasta 2023, incluyendo los empleos destruidos como los no creados por el encarecimiento salarial.
El cálculo se ha realizado bajo el supuesto de que el Ejecutivo apruebe un alza del SMI de 19 euros este año, hasta 969 euros al mes en 14 pagas, y de 31 euros para 2022, hasta los 1.000 euros en 14 pagas, en línea de las horquillas que se manejan dentro de las recomendaciones que propuso el comité de expertos del Ministerio de Trabajo. Estas subidas equivaldrían a un SMI de 1.130,50 y 1.166,67 al mes en 12 pagas, con un aumento del SMI desde 2016 de un 52,6%, apunta el estudio.
Mayor impacto en hostelería, comercio y los jóvenes
De los entre 60.000 y 130.000 empleos que se perderían como consecuencia de la subida, el estudio estima que más de la mitad de esta destrucción de empleo podría concentrarse en los sectores de hostelería y comercio, los más dañados con la actual crisis de la COVD-19.
Y es que el análisis advierte de que un incremento de esta cuantía incidiría de manera «muy lesiva» en sectores especialmente perjudicados por la actual crisis, como la hostelería y el comercio, que han destruido varios cientos de miles de empleos y tienen en riesgo decenas de miles adicionales (tanto por ERTE aún en vigor como fuera de ellos), con especial incidencia en las pymes.
Además, las consecuencias de este incremento incidirán especialmente en los jóvenes y en los trabajadores con menor cualificación, para los que será más difícil encontrar empleo o conservar el que tienen. Cepyme recuerda que la subida del SMI se plantea en un momento muy complicado para la economía española, con una recuperación incipiente y todavía no consolidada en la mayoría de los sectores y en una situación «extremadamente crítica» para muchas empresas, especialmente pymes.
Añade que, tal y como se recoge en el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, la variación del SMI es competencia del Gobierno previa consulta con agentes sociales y que se deberán tenerse en cuenta factores como la evolución de la situación económica y del empleo, la productividad y la evolución del IPC que se sitúa en el 3,3% pero «se compara con 2020, un año fallido desde el punto de vista económico, con paralización de la actividad y caídas de los precios continuadas durante varios meses”.
Este año el SMI podría superar el 65% del salario medio en 9 CCAA
Además, apunta que el incremento del SMI del 2% para este año (969 euros en 14 pagas, 1.130,50 euros al mes) supondría una proporción superior al 65% del salario medio en al menos 9 comunidades autónomas e incluso superaría el 60% en 12 de las 17 comunidades y estaría por encima del 73% en dos de ellas (Extremadura, 73,4%, y Canarias, 78,4%).
El 60% del salario medio es el nivel que el Gobierno, y también los agentes sociales, pretenden que alcance el SMI al término de la legislatura, en el año 2023, en línea con la recomendación de la Carta Social Europea.
El Ejecutivo mantiene su intención de elevar el SMI en una horquilla de entre 12 y 19 euros este año, en línea con la propuesta del comité de expertos, que para conseguir el objetivo del 60% del salario medio neto en el año 2023 que se ha marcado el Gobierno partiendo del SMI actualmente vigente, planteaba subirlo entre un 6,4% y un 10,4%, lo que supone un alza de entre 61 euros y 99 euros en el periodo, hasta incrementarlo a una horquilla de entre 1.011 euros y 1.049 euros como máximo en 2023.
Escrivá admite un impacto «pequeño»
Recientemente el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, admitió que el alza del SMI a niveles “razonables y sensatos” puede tener un impacto “pequeño y relativamente moderado” en el empleo, al poder afectar en algunos sectores y geografías aunque de manera “limitada”.
Además, cabe recordar que el informe del organismo supervisor estima que la subida del SMI de 2019 redujo entre 6 y 11 puntos porcentuales el empleo entre los beneficiarios del SMI, lo que podría haber supuesto la pérdida de entre 70.000 y 170.000 empleos, si bien hablaba de que afectó (en positivo) al 10% de trabajadores, en torno a 1,6 millones de beneficiados y contribuyó en términos de “equidad”.
La publicación del informe despertó de nuevo los recelos y las críticas de Unidas Podemos, a pesar de que la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sostuvo que el informe no hablaba de “destrucción de empleo” y celebró que sí hablase en cambio por primera vez de equidad.
España, el séptimo país europeos con mayor SMI
El informe también refleja que el SMI actual en España, corregido por paridad de poder adquisitivo, sitúa a España en séptimo lugar en la UE, por detrás de Luxemburgo (1.619,17 euros), Alemania (1.464,73), Países Bajos (1.460,66), Bélgica (1.411,29), Francia (1.362,87) e Irlanda (1.267). La elevación prevista en septiembre 2021 superaría los 1.200 euros mensuales.
Y aún más, la subida del SMI a 969 euros al mes situará a España en primer lugar en términos del peso del SMI respecto al salario medio mensual, al alcanzar el 59,4%, seguido por Eslovenia (53,6%) y Portugal (52,8%). En Alemania representa el 40,7%).
Tras la subida a 969 euros en 14 pagas que podría ver la luz para el últimos trimestre del año, España sería el tercer país europeo con mayor aumento del SMI desde 2016, multiplicando por 5 y por 10 los aumentos promedio de Alemania o Francia.