La subida de la luz coge a las empresas sin los deberes hechos: la otra causa del parón industrial
A partir de unos 500.000 euros de gasto energético, ya merece la pena valorar tener ciertas herramientas más sofisticadas en la contratación de energía
La crisis energética que vive Europa, donde España es una víctima más como los países del entorno, se ha visto acelerada por la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, pero solo es la continuación de un mercado que ya estaba tensionado en 2021. Ante ese escenario, las empresas con altos consumos energéticos deberían haber tomado medidas, pero las estrategias cortoplacistas se abrieron camino, y simplemente esperaron a que la situación mejorase. Algo que no ha sucedido; y las consecuencias se pagan ahora.
Ante esta tesitura, el socio director de Advanced Energy Consulting, Jordi Martínez, se plantea una cuestión muy directa: «¿cómo puede ser una empresa de un tamaño considerable, y unos gastos energéticos importantes, no tenga una estrategia de gestión del riesgo en materia de adquisición de energía?«. Las respuestas son múltiple y variadas, pero todo apunta a la falta de planificación por parte de las empresas y las industrias.
En este sentido, Jordi Martínez aclara que «a partir de unos 500.000 euros de gasto energético, ya merece la pena valorar tener ciertas herramientas más sofisticadas en la contratación de energía; se pueden estar perdiendo oportunidades de ahorro si no se planifica bien».
Otro factor a tener en cuenta a la hora de calibrar los gastos, y muchas empresas no lo han hecho, es poder repercutir o no los costes de la energía al precio del producto final de venta. Si la demanda es muy ajustada, y los precios son clave para el cliente, no se puede jugar con ese margen y, por lo tanto, se debe asumir el impacto. Un motivo que ha llevado a muchas compañías, sobre todo de la gran industria, a ejecutar cierres temporales o parciales.
¿No se vio venir esta crisis?
«Una gran empresa tiene instrumentos de cobertura para poder comprar energía a dos años vista. El hecho de no haber tenido planificados los costes del año siguiente es lo que ha llevado a todo esto». Así de rotundo se expresa el socio de Advanced Energy Consulting a la hora de explicar por qué el impacto ha sido tan fuerte entre las empresas con grandes consumos de electricidad.
«El cortoplacismo se ha impuesto en las empresas«. Es una de las mejores explicaciones para entender la situación, pero no la única. Jordi Martínez comenta que «sí que hay una pequeña excusa para la gran industria, sobre todo los que son consumidores de gas, que no pueden anticiparse tanto al mercado, y como debe traerse de mercados externos, no siempre es sencillo. A veces es más complicado buscar gas en ciertos volúmenes».
Por todo esto, una de las claves es que esta crisis energética va a poner unos cimientos más sólidos en lo que significa la gestión del riesgo y cómo las empresas se adaptan a ello. Aunque eso no es contradictorio para que se tomen medidas urgentes. «Necesitamos un elemento paliativo para este 2022, y esa es la palabra clave. Los PPA ya están agotados, no hay energía de esa característica en estos momentos, porque los proyectos financieros ya están cerrados», asevera Jordi Martínez. Por lo tanto, aunque se busquen medidas a futuro, también se necesita reforzar las actuaciones que impacten en los precios ya mismo.
Una estabilidad de futuro
Por otra parte, al margen de las medidas urgentes, «el Gobierno debe dedicarse a implementar unas reglas del juego estables. Y luego cada una debe saber qué hacer». Sobre esta línea, los inversores necesitan ideas sobre la mesa. «Las reglas deben estar claras. El Ministerio titubea y a veces no lanza mensajes claros. Lo que era una pequeña crisis se ha convertido en algo más grave, pero hay algo subyacente más grande: el cambio climático y la transición energética. No se puedan dar palos de ciegos o mandar mensajes erróneos a los inversores».
Bajo estas perspectivas, el balance es que se deben tomar medidas urgentes, pero las empresas deben asumir que habrá una inestabilidad de precios durante los próximos meses. Por eso, siempre que puedan deben anticiparse al mercado y gestionar sus contratos a futuro, porque siempre puede haber una crisis que nadie espera.