El nuevo SMI del Gobierno se ceba con la España vaciada y sus pymes: 80% del sueldo medio
El alza del SMI ahoga a provincias interiores como Zamora, Ávila, Badajoz, Salamanca y León, donde prácticamente alcanza el salario medio de estos territorios
La nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del Gobierno es una victoria para la campaña electoral de las izquierdas y una derrota para la empresa española, especialmente para su segmento más vulnerable: las pymes y el tejido económico de la España vaciada.
Pese a la escenificación de la búsqueda de un acuerdo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaron minutos después de su reunión con los sindicatos que el SMI se iba a actualizar para 2023 hasta los 1.080 euros (en 14 pagas), una subida del 8% frente a 2022, pero una subida del 47% frente a 2018, cuando Pedro Sánchez llegó al poder.
El SMI más caro de Europa
Este vertiginoso ascenso convierte el SMI español en el más caro de Europa, entendido como el más alto en relación al sueldo promedio de estos países. Según cálculos de Cepyme, la patronal española de las pymes, alcanzaría ahora el 60% del sueldo promedio de 2022 (1.787 euros). La cifra no tiene parangón en otras economías europeas.
La situación es, según los mismos informes, todavía más sangrante para las provincias de la España interior, que en las últimas elecciones se ha venido llamando con fines electorales como la España vacía o vaciada. En estos territorios, el nuevo SMI de 1.080 no supone el 60% de los sueldos medios; supera incluso el 80% del promedio de los salarios.
El nuevo salario mínimo supone, naturalmente, un sobreesfuerzo para el tejido económico de estos territorios, cuyas empresas van a tener que incrementar sus costes laborales en un ejercicio con perspectivas económicas muy complicadas, en una proporción muy superior a las empresas de Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla.
El nuevo SMI supone ya tres cuartas partes del sueldo promedio en seis provincias españolas: Zamora, Ávila, Badajoz, León, Salamanca y Alicante. Todas ellas, menos la última, pertenecen a la llamada España vaciada.
La presión que ejerce el SMI sobre los salarios de las empresas de esta España vacía es todavía mayor si nos fijamos en el tamaño de las empresas. El 60% que representa el SMI sobre los sueldos se incrementa en hasta 10 puntos si centramos el foco en las pequeñas empresas (menos de 50 empleados), hasta el 70%; el 57% en las medianas empresas, y el 52% en las grandes empresas. Por lo tanto, si eligiéramos el segmento de pequeñas empresas en las provincias de la España vaciada, la presión sobre los salarios superaría ampliamente el 90%.
La negativa a un SMI diferenciado
Estos cálculos tienen especial relevancia porque el Gobierno se ha negado en distintas ocasiones a aplicar subidas al SMI en distinto grado teniendo en cuenta las rentas y salarios de cada comunidad autónoma. Los niveles de ingresos son diferentes según el lugar donde se viva, en gran medida porque el coste de la vida es muy diferente. Esto explica en buena medida por qué el sueldo medio de una provincia como Zamora es la mitad que en la Comunidad de Madrid.
Esta ha sido una reivindicación tradicional de algunas patronales españolas: un SMI diferenciado por CCAA. La patronal CEOE finalmente no acudió a la cita del Gobierno este martes para pactar la nueva subida del SMI.