¿Se prepara España para un largo invierno hasta 2018?
Los expertos advierten de que la recuperación económica será lenta y costosa
Los ingenieros tienen una asignatura que los gobernantes en España también deberían estudiar. De hecho, la Unión Europea debería contar con gruesos manuales para leer con atención sus indicaciones. Se trata de una materia obligada: la resistencia de materiales.
Ese material es ahora muy frágil. Es la población española, que sigue sufriendo una pavorosa crisis, con tasas de paro por encima del 25%. Y su resistencia es cada vez menor. El Gobierno de Mariano Rajoy alienta a los españoles con la posibilidad de comenzar a crecer en 2014, pero los ajustes en la economía se mantendrán. El invierno, como ha mostrado las previsiones del FMI, será largo, y sólo comenzará a salir el sol, muy lentamente, a partir del 2018.
¿Resignación o cambios en Europa?
El catedrático de Política Económica de la UB, Antón Costas, insiste en ese símil de la resistencia de los materiales, para lamentar la falta de perspectiva de las autoridades europeas, que siguen, a su juicio, sin ofrecer una visión unitaria de la crisis. Costas no ve nada en el horizonte, ni una respuesta más ambiciosa por parte del Banco Central Europeo ni un plan que pueda estimular la demanda por parte de Alemania, aunque fuera después de las elecciones que prepara con mimo la canciller Angela Merkel en otoño de este año.
Costas representa la posición crítica de los economistas españoles contra Alemania, o contra las posiciones más favorables a los planes de austeridad de la Comisión Europea.
Previsiones duras del FMI
Porque, ¿qué ha dicho el FMI? Su directora, Christine Lagarde, ha asegurado que España podría crecer en 2014 si no es forzada a más ajustes, como señalaba en una larga entrevista en Expansión. Pero esos crecimientos serían mínimos, y no crearían los puestos de trabajo necesarios para darle un nuevo vuelco al país.
Podría crecer un 0,7% en 2014, sin apenas generar empleo. Las previsiones del organismo fijan un descenso paulatino del paro, lento, que seguiría por encima del 20% todavía en 2018, con un 22,9%.
Cambio en el modelo productivo
Lo que está cambiando es la estructura del modelo productivo, algo positivo, pero el proceso, necesariamente, será lento. Las exportaciones aumentarán a un ritmo por encima del 4% en los próximos cinco años, y ello es tremendamente positivo, pero no se trasladará en un cambio significativo en las condiciones de la sociedad española.
Las previsiones sobre la reducción del déficit son peores. El FMI calcula que el ajuste fiscal será complicado, y que en 2013 será del 6,6%. Se incrementará al 6,9% en 2014, y seguirá por encima del 6% hasta 2017, lejos, por tanto, del 3% que sigue marcando la Comisión Europea, aunque pueda ofrecer un mayor plazo para alcanzarlo.
Sólo en 2018, con una previsión del 5,6% de déficit, el FMI considera que se podría iniciar un mayor control del déficit, y, por tanto, iniciar una senda de crecimiento más sólido. Serían ya unos tímidos rayos de sol tras el largo invierno.
Apoyo a las tesis alemanas
No puede ser de otra forma, considera el catedrático de Economía Aplicada de la UAB, Josep Oliver, un economista progresista, que ha sido tildado en los últimos años como defensor de las tesis de Alemania, objeto, por tanto, de todos los ataques provenientes de un cierto consenso académico que denuncia el austericidio de Bruselas.
Oliver recuerda que España está inmersa en un proceso de desendeudamiento, público y, principalmente, privado; en un proceso de devaluación interna; de recuperación de la competitividad; de intenso cambio tecnológico; y de globalización con la entrada en los mercados de los países emergentes, por lo que la recuperación “será dura y lenta”.
El papel del BCE
¿Resignación, por tanto, y a apretar los dientes? Costas sigue pensando que las políticas adoptadas están siendo un error. “Los bancos centrales están actuando, todos, el de Japón, el de Inglaterra, la Reserva Federal, todos menos el BCE”, asegura, incidiendo en que el gran problema que el Gobierno español no calibra es esa resistencia de los materiales, esa resistencia de los españoles que podría acabar en una crisis social de grandes dimensiones.
Y lamenta que en la Unión Europea, en estos momentos, no haya “ningún interés general, sólo intereses nacionales”.
El paro tan alto, nunca más
Oliver, en cambio, se pronuncia mostrando una cierta indignación. “Nunca más, nunca España debe pasar otra vez por lo mismo, y es que el paro ya ha alcanzado estas cotas, por encima del 20%, en tres ocasiones, en 1985, en 1995 y a partir de 2010”.
Es decir, Oliver sostiene que Alemania no podrá ayudar, no se podrá comprometer a una mutualización de la deuda soberana europea si no obtiene garantías de que los países con problemas mejoran su productividad, si no solucionan sus desequilibrios internos, y para Oliver ha llegado la hora, aunque sea a través de un proceso lento y duro.
¿Cuál es el problema, en el que Costas y Oliver coinciden plenamente, y tiene que ver con esa resistencia de los materiales que todo buen ingeniero domina?
Mejor reparto del ajuste
Es el reparto solidario de ese ajuste el que puede evitar “un accidente”, como asegura Costas. Oliver también se refiere a ello. Y recuerda que hay responsables, y que los gobiernos no han estado a la altura. Afirma que entre julio del 2011 y septiembre del 2012 la indefinición de los gobiernos, con unas elecciones generales de por medio, provocó una fuga de capitales, por los temores de una salida del euro, que originó una segunda recesión y la pérdida de más de un millón de empleos.
A la indefinición, hay que añadir la falta de coraje para abordar reformas en la fiscalidad. Oliver se refiere a las SICAV, a la menor tributación de las rentas del capital, a las desgravaciones en el impuesto de sociedades o a la supresión de las herencias, un error monumental, por ejemplo, de Artur Mas en Catalunya, mientras se recorta en becas comedor.
Valentía de los gobiernos
Y en el origen de la crisis, sin necesidad de gritar contra Alemania, Oliver incide en la acumulación de desequilibrios entre 2002 y 2008, con dos parejas de baile, la de Aznar-Rato, y la de Zapatero-Solbes, sin olvidar a los órganos rectores del Banco de España.
El invierno, por tanto, se presenta largo. Aunque podría ser más llevadero. Si el Gobierno “fuera valiente”, según Oliver, explicaría que el largo ajuste es inevitable y necesario para cambiar, por una vez, la estructura productiva de España. Rajoy tendrá una nueva oportunidad el próximo día 26, con un nuevo anuncio de medidas que deberán servir para obtener un plazo más flexible para reducir el déficit.
¿Riqueza alemana?
Esas carencias de España las conocen los alemanes, que han reaccionado con perplejidad ante un estudio del BCE que indicaba que la riqueza de los hogares españoles es mayor que la de otros países de la UE, incluyendo Alemania, en gran medida porque son propietarios de sus casas.
Un largo artículo en Der Spiegel, con el título de La mentira de la pobreza, que hace referencia a ese estudio, complica más las cosas si los españoles esperan que Merkel aborde todas las reformas pendientes para llevar a Europa hacia la unidad política y fiscal.