¿Se beneficiará España de la bajada de tipos del BCE?
Los expertos reclaman medidas alternativas para que el crédito llegue realmente a las empresas
“No puedes ir por ahí repartiendo dinero desde un helicóptero”. La frase del presidente del BCE, Mario Draghi, formulada este jueves en Bratislava, tras decidir bajar los tipos de interés del dinero del 0,75% al 0,5%, recuerda a aquellas preguntas de los viejos profesores de Economía Política en las facultades de Económicas y de Ciencias Políticas:
¿Qué pasaría si un helicóptero llegara a una ciudad y bombardeara con billetes? Y los alumnos acababan respondiendo que sería un gran torpedo para combatir contra un país: generaría inflación, y llevaría a la ruina a su sociedad.
Perfecto, porque ese es el peligro que el BCE quiere seguir combatiendo. Y de ahí su timidez y su renuncia para ejercer como un gran banco central que se debería encargar de que el avión pueda mantener su velocidad de crucero, cuando el sector privado de una economía está gripado, que es, exactamente, lo que le ocurre a los países del sur de Europa, y, principalmente, a España.
Tímido, pero en contra de Merkel
Pese a ello, pese a ese freno de mano, Draghi ha posibilitado mantener las esperanzas. Ese medio punto en el precio del dinero es un paso importante, después de que la propia canciller alemana, Angela Merkel, hubiera afirmado que para su país era mucho mejor subir los tipos que bajarlos.
Pero es “insuficiente”. Así lo entiende el catedrático de Economía Aplicada de la UB, Antón Costas, que pide “medidas no convencionales” por parte del BCE. Esas medidas suplementarias supondrían ejercer, sin reparos, como prestamista de última instancia, que es, precisamente, lo que está haciendo la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Japón, y el Banco de Inglaterra.
Inundar, por tanto, de liquidez los mercados, con una derivada, sí: un incremento de la inflación que, de hecho, sería positivo para que las deudas soberanas se puedan ir pagando, porque irían perdiendo valor a lo largo de los años.
Liquidez ilimitada para los bancos
La medida es positiva, porque Draghi ha dejado claro que seguirá actuando y facilitando liquidez ilimitada a los bancos, al menos durante un año más. Pero no ha tomado decisiones para que esa liquidez acabe en manos de las empresas, las pequeñas y medianas empresas que no tienen circulante y que languidecen.
Rafael Sambola, profesor de finanzas de la escuela de negocios Eada, asegura que los bancos “no quieren asumir ningún riesgo” y que la reducción de tipos apenas la notarán las empresas. “Lo que está ocurriendo es que todos tratan ahora de desendeudarse y los sectores productivos se resienten, hasta un punto que puede ser dramático”.
El ahorro de Alemania
Sambola recuerda un dato terrorífico para el interés de las empresas españolas o italianas. Y es que el propio Klaus Regling, presidente del mecanismo de rescate europeo, ha dicho que Alemania se ha ahorrado entre 8.000 y 10.000 millones de euros gracias al menor interés que pagan por los créditos. Formar parte de un club con esas diferencias comienza a ser imposible para el tejido empresarial español o italiano.
También se muestra pesimista el catedrático de Ecomomía de la UPF, Guillem López Casasnovas. Asegura que los mecanismos de transmisión “no funcionan”. Mantiene que en España ni los tipos de interés ni la liquidez están ayudando a reanimar el crédito. Y que todos están aprovechando las circunstancias para eliminar deuda.
En esas circunstancias, López Casasnovas pide “otras alternativas que sobrepasan lo que puede hacer el BCE en estos momentos”. Como Costas, el economista, consejero del Banco de España, reclama al BCE que actúe como la Reserva Federal de Estados Unidos, que, entre sus cometidos, está el de fomentar el crecimiento económico.
El síntoma de la prima de riesgo
Algo más optimista se pronuncia Alejandro Varela, analista de Renta 4, al destacar cómo han cambiado las condiciones de la deuda española. La prima de riesgo por debajo de los 300 puntos respecto al bono alemán a diez años. La rentabilidad del bono español a diez años al 4%.
Ahora bien, esas mejoras no repercuten todavía en la economía productiva. “No lo hacen, es cierto, pero es un primer paso, hay que pasar por esa mejora de las condiciones de la deuda para mejorar la economía de la pequeña empresa, aunque el proceso será lento”.
Varela incide en que el gran problema de España, el tamaño del sector público, “sigue sin abordarse”. E insiste en que el sector privado “ha hecho el ajuste”, pero no el sector público.
Todos eliminan deuda
En una línea similar se pronuncia José Antonio Cortés, responsable del fondo de pensiones de GVC Gaesco, quien recuerda que en las atribuciones del BCE no está garantizar el flujo de crédito a las empresas. Asegura que esa liquidez de la que los bancos se pueden beneficiar seguirá sirviendo para “desapalancar” a las entidades.
Todo el mundo, por tanto, quiere eliminar deuda, pero las economías mas castigadas no podrán crecer, o crecerán con porcentajes muy débiles.
Pero ese cometido, por ahora, no es responsabilidad del BCE, aunque los expertos consultados consideran que sí debería serlo.
En caso contrario, la atonía, o, directamente, la recesión puede durar muchos años.