Sánchez pide a Díaz y Calviño «vocación de consenso» en la reforma laboral

El presidente del Gobierno ha pedido "vocación de consenso" para la reforma laboral y ha dejado claro que se hará con el diálogo social, incluyendo a CEOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Foto: EFE.

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Calmar los ánimos en el seno del Ejecutivo y consensuar la reforma laboral son los objetivos que está tratando de lograr el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la crisis de Gobierno desatada el pasado viernes por las negociaciones de la norma laboral.

«Todo el Gobierno está comprometido en abordar la modernización de la legislación laboral», ha aseverado Sánchez pese a las desavenencias, con el fin de «estirpar» la precariedad laboral, impulsar la competitividad y reestablecer el reequilibrio en la negociación entre los empresarios y los trabajadores.

Y en este punto ha remarcado que una legislación de este tipo, con vocación de perdurar en el tiempo, «se hará en España como en Europa, con diálogo social y vocación de consenso», tras una décima de haber «sufrido muchísimas contrarreformas», en alusión a la reforma laboral del PP de 2012 y de pensiones de 2013 que «quebraron el diálogo social».

Esconde la crisis de Gobierno ante el comisario europeo

Así lo ha señalado en la clausura del seminario ‘Monitoring the recovery: beyond GDP’, en presencia de la vicepresidenta primera Nadia Calviño y del comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, relevante teniendo en cuenta que la reforma laboral es uno de los compromisos adquiridos por el Gobierno para recibir los fondos europeos en el marco del Plan de Recuperación.

Sánchez ha evitado pronunciarse de forma explícita sobre la crisis del Gobierno se desató a raíz de que el viernes Unidas Podemos convocase de forma urgente la comisión de seguimiento de la coalición por las supuestas «injerencias» de Calviño en las negociaciones de la reforma laboral que España tiene que aprobar antes de final de año.

Sin embargo, con sus palabras ha tratado de calmar la tensión entre las dos partes de la coalición y mostrar ante el mandatario europeo una imagen de «vocación de consenso» y unidad en el Gobierno en torno a la reforma laboral, lejos de la crisis actual, aprovechando para criticar las reformas anteriores del PP. Precisamente Sánchez y Gentiloni mantienen una reunión en la que previsiblemente se abordará este asunto.

Este mismo lunes desde Galicia la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, ha admitido que el Ejecutivo se encuentra “en un momento delicado« y ha pedido al ala socialista del Gobierno que se aclare con la derogación de la reforma laboral.

Indicadores más allá del PIB: el problema de la desigualdad

En su intervención, Sánchez ha indicado que el PIB es una variable fundamental para medir el desarrollo económico pero no tiene la capacidad de reflejar aspectos esenciales como la sostenibilidad ambiental, los bienes y servicios no comercializados y otros factores que determinan el bienestar de un país.

Anteriormente la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, había abogado por actualizar las herramientas analíticas y desarrollar indicadores más allá del PIB para que se pueda valorar «adecuadamente» el crecimiento potencial de los países y adoptar las «mejores decisiones» de política económica.

Calviño ha instado a incorporar en los indicadores cambios estructurales como los derivados de la digitalización o la transición ecológica, así como la desigualdad y revisar el papel del sector público y el efecto multiplicador de la inversión en servicios públicos esenciales, como sanidad y educación.

El presidente del Gobierno ha incidido especialmente en la desigualdad, y ha dado datos como el aumento de la diferencia entre los barrios ricos y pobres entre 2013 y 2018, ya que la renta en los primeros creció un 27% y en los segundos un 11%.

Además, entre 2013 y 2019 el PIB per cápita subió un 20,67%, hasta 26.426 euros, pero la tasa de pobreza aun así aumentó del 20,4% al 20,7%. Por ello, ha defendido que la modernización de las instituciones para garantizar la «máxima creación de oportunidades y el reparto más justo de los frutos del crecimiento debe hacerse con el mayor consenso».

En el foro también han participado el premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, el comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, así como la economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart, y la clausura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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