Los críticos de las renovables acusan a las empresas de trocear proyectos para saltarse la supervisión del Ministerio
La contestación social contra las renovables va en aumento, algo que no es positivo para el sector, que además empieza a recibir críticas por llevar a cabo ciertas argucias
De un tiempo a esta parte, el sector energético bromea sobre un nuevo permiso que deben sacar adelante en los proyectos renovables. Además de los clásicos medioambientales, administrativos y de obra, ahora existe un ‘permiso social‘. Es una suerte de aprobación de los vecinos y agentes sociales de las zonas donde se pretenden levantar parques eólicos o fotovoltaicos. Pese a la chanza, la problemática va en aumento.
Y es que, cada vez más, no hay foro público o congreso sectorial donde no se dedique bastante tiempo a hablar sobre la contestación social hacia las renovables. Un grave problema puesto que el potencial desarrollo renovable de España apenas está empezando. Por ello, los críticos cada vez son más. Asimismo, las denuncias sobre algunas prácticas también están suponiendo un problema para las empresas.
Algunas empresas y promotores renovables están -presuntamente- troceando proyectos, en cuanto a la capacidad que quieren instalar, para que los permisos dependan de las autoridades locales, y no del Ministerio para la Transición Ecológica, que se encarga de los estudios de aquellos parques eólicos o fotovoltacios que tienen más de 50 MW de potencia.
Los ejemplos por la geografía españolas son abundantes, y en algunos casos ya se han hecho denuncias públicas al respecto. Aunque todavía no hay conclusiones claras, ni respuestas en firme por parte de las empresas de por qué suceden estas situaciones.
Contestación contra las renovables
Un caso que está teniendo un fuerte rechazo se encuentra en Almería. En concreto, en Lucainena de las Torres, donde las plataformas vecinales aseguran que no han hecho caso a sus alegaciones y propuestas alternativas y denuncian que las líneas eléctricas cruzarán una ‘Vía Verde’ y van a invadir valles vírgenes. Mantienen que el proyecto solo beneficiará a la empresa multinacional en manos de fondos de inversión X-Elio. Los diversos proyectos son de menos de 50 MW.
Y la situación recorre toda España. Hace apenas un mes más de un centenar de personas y tres plataformas se reunieron en Luceni (Zaragoza) para manifestar su disconformidad con la implantación masiva de centrales eólicas y fotovoltaicas en sus territorios del alto Ebro, en Aragón.
Las movilizaciones se desarrollaron simultáneamente en los municipios aragoneses de Tolva -Ribagorza- y Luceni -Ribera Alta del Ebro-, además de en el Carrizal (Gran Canaria), Ferrol (A Coruña), Igualada (Barcelona), Les Coves de Vinromà (Castelló), Lleida, Lucainena de las Torres (Almería), Málaga, Motril (Granada), Quintana de Martín Galíndez (Burgos), Sumacàrcer (València), Tarragona y Tremp (Lleida).
Denunciaban que «el modelo actual de transición energética, el que impulsan las multinacionales energéticas y nos imponen nuestros gobiernos, no es sostenible ni eficiente y provocará la destrucción de miles de hectáreas de bosques y cultivos».
Así, junto a las quejas compartidas por la implantación de renovables, la denuncia sobre las argucias que se utilizan para no dar la cara ante el Ministerio para la Transición Ecológica van en aumento.
Vecinos de Setenil (Cádiz) también han mostrado su rechazo a cinco proyectos de parques fotovoltaicos y eólicos que se pretenden ubicar en zonas de su término municipal, en una localidad que ostenta la declaración de ‘Pueblo Más Bonito de España’.
Habitantes del pueblo y organizaciones de distinta naturaleza denuncian que todos los proyectos tienen menos de 50 MW de potencia para no tener que ajustarse, dice esta plataforma local, a un proceso ambiental más complejo.
«En estos momentos se están tramitando cinco fotovoltaicas de una misma empresa que ha dividido la potencia en cinco plantas, de menos de 50 MW, para eludir controles ambientales más estrictos», explicaban desde una de las plataformas de defensa de la localidad gaditana.
La situación no es nueva para nadie. De hecho, en Castilla y León ha tenido que intervenir la propia Junta. Esta pasada primavera, ante las quejas sobre proyectos que hay en la comarca del Bierzo, el Gobierno regional se comprometió a tener en cuenta los proyectos troceados de macroparques de energías renovables antes de darles el visto bueno.
«Si los técnicos entienden que varios proyectos forman parte de la misma unidad, como tal se trataría», aseguraba el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo. Aunque las complicaciones administrativas que tienen los propios proyectos para su valoración hacen difícil esta tarea dentro la propia gestión energética.