Las renovables piden al Gobierno un plan más ambicioso para atraer inversión
La implementación de renovables en España va a buen ritmo, pero el Gobierno debería ser más ambicioso
La actual crisis energética que vive Europa, y que España está sufriendo también de manera significativa, ha vuelto a centrar todas las miradas en la necesidad de ampliar la huella renovable para perder la dependencia de los combustibles fósiles. Para ello no se debe perder la ambición proyectada, y tampoco escatimar en facilidades para que las empresas sigan invirtiendo como lo han hecho hasta ahora.
En concreto, en España es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) donde se recogen esas ambiciones hasta el año 2030. No obstante, el equipo liderado por la ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, se guarda la capacidad de reformular esas aspiraciones cada dos años. Algo que confirmó la secretaria de Estado de Energía hace unos días al asegurar que dicho plan tendrá una revisión de cara a 2023.
Por ejemplo, se quiere llegar hasta un 74% de generación con energía renovable; o un incremento hasta de un 42% de renovables sobre el uso final de la energía. ¿Pero realmente se puede ser más ambicioso en estos planes con la actual coyuntura económica?
El presidente a la patronal renovable APPA, José María González, asegura a ECONOMÍA DIGITAL que «el plan ya es ambicioso de por sí. Estamos viendo como cada vez se pueden integrar de manera más eficiente las renovables al sistema». En este sentido, asegura que se «se puede ser más ambicioso, porque a los hechos nos remitimos».
De esta manera, las renovables trasladan al Gobierno esa necesidad de no dejar de ser ambicioso, aunque advierte José María González de que «hay que poner las palancas y las políticas para esa aceleración«. En este sentido, para que las renovables sean capaces de ajustarse a una hoja de ruta más ambiciosa tienen que tener un marco legislativo estable, ayudas por parte de la administración, y eso traerá consigo la inversión privada por parte de las empresas, que al final es la ‘X’ de la ecuación renovable.
Impulso tras el parón
Lo curioso en esta ambición renovable, y pese a que los hechos invitan a enfrentarse con optimismo a esa revisión del PNIEC, el presidente de APPA recuerda que en estos dos últimos años se está por debajo de la senda de crecimiento del plan proyectado por el Gobierno.
«Pero aun así, la mayoría de la potencia que está llegando no está sujeta a subasta«. Este dato que ofrece José María González es clave, porque todavía faltan por engancharse al sistema los MW subastados en concursos públicos. Así, asegura que «a poco que se activen la políticas concretas, y las autorizaciones avancen, todo irá a su nivel de planificación».
Sobre todo urge por una cuestión evidente. «Si nos vamos a los hechos de la crisis, está dejando palpable que las renovables son la única solución para garantizar nuestra dependencia energética y aumentar nuestra competitividad». En este sentido, el presidente de la patronal de las renovables españolas también asume que la guerra ha creado una incertidumbre que no beneficia a nadie.
Pese a todo, José María González es optimista porque ha visto a la Comisión Europea lanzando mensajes muy concretos de apoyo a las renovables, y esto, hablando de inversión, es clave.