¿Qué son los coronabonos que debate la UE?
España y otros países pelean por dar vida a los eurobonos, rebautizados por el Covid-19, para que financiar la crisis cueste lo mismo a todos los países
La crisis sanitaria generada por coronavirus vuelve a poner a prueba la integración y solidaridad de la Unión Europea. Una década después de la crisis financiera, que arrancó en Estados Unidos en 2008, y que tuvo su especial virulencia en la zona euro 2011-2012 con la crisis de la deuda europea, la pandemia del coronavirus vuelve a reabrirse el debate sobre la conveniencia de adoptar los eurobonos.
El planteamiento es utilizar los conocidos como eurobonos para lograr captar recursos con los que afrontar la epidemia -de ahí que se hayan rebautizado a coronabonos-. Una deuda que serviría de fuente de financiación conjunta para todos los países de la zona euro, respaldada en conjunto, y con el mismo coste.
España y otros ocho países (Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Bélgica, Portugal, Grecia y Eslovenia) enviaron una carta el miércoles al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, instándole a adoptar los coronabonos ante la gravedad de la situación sanitaria y justo antes de la reunión del jueves. En el otro lado de la balanza estarían países como Holanda o Alemania. La primera economía europea ya se posicionó en el pasado en contra de los eurobonos y ahora no se inclina hacia la idea de utilizar un sucedáneo incluso en esta crisis. De hecho, rechaza esta iniciativa, a la que califica de, un «falso debate sobre motivos ideológicos», en palabras del ministro de Finanzas alemán, Peter Altmaier.
El Eurogrupo, por el momento, se ha posicionado a favor de estudiar cómo los estados pueden acceder a fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) durante la pandemia; pero pasando de alto por los coronabonos. Esta segunda alternativa no solo la defienden los gobiernos, sino también instituciones como el Banco de España.
Los empresarios también está haciendo un frente común con el Ejecutivo en esta petición. Este miércoles, en un comunicado, el Círculo de Empresarios reconocía que las medidas necesarias para hacer frente a la crisis requerían de un apoyo económico complejo para algunas cuentas nacionales y pedían un paso más de Bruselas. «Las excepcionales circunstancias en que nos encontramos deberían llevarnos a mutualizar, aunque sea de manera excepcional a través de una emisión de coronabonos, como cada vez más voces autorizadas solicitan», señalaban.
¿Qué aportarían los coronabonos/eurobonos?
Con el sistema actual, los distintos países que integran la zona euro comparten una moneda, pero se financian de manera individual. Este modelo provoca que cada uno obtenga recursos a un coste diferente, creando importantes divergencias entre países, que se miden con la «prima de riesgo».
La prima de riesgo es la diferencia de intereses entre el bono alemán -que es la economía más grande de la zona euro- y el resto y se mide forma individual. En teoría, el mercado exige más intereses a los países con un riesgo teórico más elevado sobre el de Alemania; y menos a los que tuvieran una situación mejor.
La crisis del coronavirus ha vuelto a disparar las primas de riesgo de países como España o Italia, elevando su coste de financiación, y, por tanto, provocando que financiar la alerta sanitaria sea más caro para ellos. Con los coronabonos, ese coste se repartiría, porque el garante de la deuda sería toda la zona euro. La propuesta de España y otros países es realizar una emisión conjunta para afrontar esta crisis, dejando este endeudamiento fuera de las cuentas nacionales.
Teóricamente, esas emisiones deberían equilibrar el riesgo entre países de la zona euro: Alemania lo aumentaría, pero España o Italia relajarlo. Y la posibilidad de tener que asumir un sobrecoste no cuadra con los interesese de los germanos.
¿Por qué es distinto al MEDE?
Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) es un mecanismo que se creó durante la crisis financiera. Este fondo emite deuda respaldada por zona euro -lo que en teoría ya reparte el riesgo y alivia intereses-, pero se consideran fondos «especiales» para necesidades financieras puntuales individuales de cada país.
Cada país que se acoge, aunque obtiene financiación más barata que la que lograría individualmente, queda estigmatizado de cara a los inversores (parece que es incapaz de captar financiación por su cuenta). Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y a España que recurrieron al MEDE durante la crisis de la deuda europea de 2012, perdieron, además, libertad a la hora de manejar sus cuentas públicas durante los años siguientes. De hecho, España no salió hasta el año pasado del procedimiento por déficit excesivo, recuperando flexibilidad para ajustar las cuentas públicas.
Dado que la crisis sanitaria que vive Europa es muy distinta a la crisis financiera previa, la vicepresidenta Nadia Calviño parece que se inclina más por los coronabonos -que no incrementan el endeudamiento real de la economía española-, que por la utilización del MEDE. Los coronabonos no provocarían que la cifra de la deuda española se disparara. Esto mantendría más atados los costes de financiación, y daría más capacidad de reacción presupuestaria una vez se controle la epidemia.
Recurrir, o no, al MEDE, aumentaría las divergencias entre los países de la zona euro, de nuevo penalizando a los países del Sur y podría volver a cuestionar si el proyecto del euro es real. Solamente de cara al mercado, en una situación sanitaria como la que vivimos, que unos países tengan que utilizar fondos de emergencia y que otros no -como Alemania que ya ha señalado que realizará una macroecomisión de deuda en solitario- se aleja del modelo de nación de naciones que el proyecto europeo estaría tratando de crear.
¿Qué esgrimen los detractores de los coronabonos?
Alemania siempre ha defendido que los eurobonos (ahora coronabonos) desincentivan a los estados con más propensión al gasto -entre los que nos incluye- a alejarse de los objetivos de déficit y endeudamiento. El gobierno alemán, por primera vez en muchos años, acaba de renunciar a su objetivo de déficit cero y ha optado por elevar su endeudamiento para emitir bonos con la que financiar esta crisis.
Con una deuda del 60% del PIB -el nivel al que tuvieron que ajustarse todos los países para lanzar la moneda común-, Alemania se encuentra en una situación de partida mucho mejor que España o Italia, con deudas por encima del 90% y del 130%, respectivamente para afrontar esta crisis.
Sin una herramienta de financiación común, las diferencias entre países se mantendrán y dejan en manos del Banco Central Europeo (BCE) el poder corregir castigos excesivos en la prima de riesgo. Las dos últimas generaciones de banqueros centrales –Mario Draghi y Christine Lagarde– han tenido que improvisar con sus programas de compra de deuda para tratar de evitar fuertes diferencias entre los costes de financiación de los países.
¿Cuál es el posicionamiento de la Unión Europea?
La Unión Europea en 2017 ya señaló que para culminar la integración de Europa había que dar el paso de crear un Tesoro, un Presupuesto común y eurobonos. No obstante, tres años después de aquella declaración, el proyecto sigue aparcado, al igual que otras herramientas para progresar en el proceso de integración europea, como la creación de un fondo de garantía de depósitos bancarios común.
Las consecuencias negativas para ciertas economías de la unión monetaria -los estados no pueden devaluar sus monedas- se ha relacionado con el incremento de los populismos y con el auge de los movimientos de extrema derecha en diferentes países europeos, que incluso, como Italia, han llegado a plantear la posibilidad de salir del euro.
El inmovilismo de Europa, o la falta de solidaridad al no compartir el coste común de la crisis, podría acelerar estos sentimientos, si se interpreta que la Unión Europea no ha estado a la altura de las circunstancias durante la pandemia.