¿Qué pasa con las cuentas bancarias y los ahorros tras un divorcio?
Acabar una relación matrimonial puede implicar problemas en la gestión de los bienes hasta entonces compartidos. Así es cómo hay que actuar en cada caso
Poner fin a una relación afectiva es duro. A menudo los buenos deseos y los matrimonios acaban disolviéndose ante un juez. En España en 2015, según los datos del Consejo General del Poder Judicial, se registraron más de 123.330 demandas de divorcio, un 2,4% menos respecto a las observadas en 2014.
Ante estas situaciones, que ya suelen ser complicadas de por sí, hay que tomar decisiones difíciles como dividir y repartir los bienes, las cuentas, los ahorros y las deudas. No es un proceso sencillo, pues todo depende de cada pareja, pero cabe tener en claro qué se debe hacer con las cuentas en caso de divorcio.
¿A quién le pertenece el dinero?
Abrir una cuenta bancaria con la pareja es una práctica habitual, incluso en el caso de tener separación de bienes ya que es una buena herramienta para domiciliar los recibos y pagar los gastos comunes del hogar. Ahora bien, ¿qué ocurre en caso de divorcio? Se pueden encontrarnos varios supuestos:
Parejas casadas con separación de bienes: el dinero de las cuentas bancarias conjuntas, en principio, es de ambos miembros de la pareja y el de las cuentas individuales sería solo del titular.
Parejas casadas en régimen de bienes gananciales: todas las cuentas bancarias cuyo titular fuera uno o ambos cónyuges se considerarían propiedad de los dos, salvo que se demuestre que alguna cantidad es un bien privativo de uno de los miembros del matrimonio.
Sin embargo, esto son solo dos supuestos. Hay veces que una de las dos partes decide sacar dinero de la cuenta bancaria o directamente bloquearla. Aunque por lógica esta situación acabará por resolverse en un juicio, puede alargar mucho el proceso de repartición de los fondos.
El reparto de bienes
En el convenio regulador se hará constar cómo quedará repartido el uso de los bienes que se tienen en común y debe además indicarse si se procede a su liquidación.
El reparto de bienes dependerá en gran parte del régimen económico del matrimonio. Este reparto se detalla, junto con otras condiciones como la custodia de los hijos y otros acuerdos, en un contrato denominado convenio regulador.
Disolución amistosa
Cuando la separación es de mutuo acuerdo y ambos cónyuges actúan de buena fe, no suelen existir problemas en el reparto del dinero de las cuentas bancarias. Esto se produce con una disolución de forma amistosa en la que los titulares se llevan el dinero a otra entidad o abren una nueva posición en el banco en el que ya estaban y cierran la otra cuenta bancaria.
Ahora bien si es un divorcio contencioso, en el que alguno de los cónyuges decide retirar dinero del banco, el tribunal puede emitir una orden temporal para limitar la capacidad de cada cónyuge en el uso de las cuentas bancarias y que solo pueda utilizar el dinero para los gastos ordinarios. La entidad está obligada a facilitar a la justicia detalles sobre los movimientos y el saldo de las cuentas con el fin de agilizar la distribución de los fondos.