El 80% de la producción de baterías para eléctricos en España, en riesgo por falta de financiación

La exclusión de la gigafactoría de Envision del Perte y la poca inversión asegurada en producción para la futura Basquevolt podrían retrasar su puesta en marcha

FIGUERUELAS (ZARAGOZA), 07/09/2022.- Trabajadores en la planta de baterías para los vehículos eléctricos que Stellantis produce en su factoría de Figueruelas (Zaragoza). EFE/Javier Cebollada

Trabajadores en la planta de baterías para los vehículos eléctricos que Stellantis produce en su factoría de Figueruelas (Zaragoza)

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La automoción de toda Europa lleva meses lanzando un grito al cielo: faltan ayudas para atraer inversión. El sector se ha comprometido a acercar la cadena de valor para dejar de depender del mercado exterior, por lo que la vista está puesta en la construcción de fábricas de baterías, el componente vital de los coches eléctricos en pleno proceso de electrificación de la industria. Por ahora, hay alrededor de 50 proyectos confirmados en el continente para alzar estas plantas, pero la falta de financiación pone en riesgo su capacidad productiva antes de 2030, cuando muchos fabricantes ya dedicaran la mayoría de sus líneas a los eléctricos. Dos de las fábricas afectadas son españolas.

Según un análisis elaborado por Transport and Environment (T&E), el lobby europeo para la movilidad sostenible; el 79% de la producción de baterías de iones de litio prevista en España antes de 2030 corre el peligro de “retrasarse, reducirse o cancelarse” por falta de inversión. Se trata de buena parte de las pilas que tendrían que producir las fábricas que la china Envision ha proyectado en el municipio cacereño de Navalmoral de la Mata junto con Acciona Energia, así como la puesta en marcha del centro de Basquevolt, en Vitoria.

El informe considera que la entrada en funcionamiento del centro extremeño este en «riesgo medio» por no haber recibido ni un euro procedente del Perte del coche eléctrico y conectado. El proyecto fue excluido de la línea de ayudas del Ministerio de Industria por “no cumplir los requisitos exigidos de la convocatoria”. Envision ha reiterado en todo momento que la construcción de la fábrica, que supone una inversión de 2.500 millones de euros y generará 3.000 empleos directos, sigue en pie y espera optar a recibir subvenciones y créditos al cero por ciento en la segunda convocatoria.

Por su parte, el centro vitoriano ha recibido una subvención de 19 millones de euros por parte del Gobierno vasco, que representa el 50% de su inversión. Sin embargo, el objetivo de esta cantidad es el desarrollo de proyectos de investigación industrial, el paso previo a la producción, con el objetivo de mejorar su coste operativo. Para T&E, esta financiación “parece insuficiente para la escala de producción necesaria para el proyecto”. Basquevolt se presentó al Perte VEC dentro del proyecto tractor de Mercedes y espera empezar una primera línea de producción dentro de cuatro años tras invertir 700 millones.

Por último, el lobby de la electromovilidad considera que proyectos aun sin localización, como el de Inobat en Valladolid, corren un riesgo todavía mayor. Hasta ahora, se ha constituido la sociedad InoBat Ibérica S.L y ha localizado la sede social en la provincia leonesa.

El 70% en riesgo en Europa

Más allá de España, el documento considera que están en peligro más de dos tercios de la capacidad de fabricación de baterías de iones de litio prevista para Europa. Las 50 gigafactorías proyectadas permitirán producir 18 millones de coches, pero el 68% corren un riesgo “alto o medio de interrumpirse o perderse” por escasez de financiación, permisos o ubicación. Sin esta expansión, no se podría satisfacer la demanda de pilas para la producción de eléctricos proyectada en 2030 y Europa seguiría dependiendo de otros mercados.

Alemania, Hungría, España, Italia y el Reino Unido son los países que más pueden perder si los fabricantes de baterías cambian de planes, según el informe. La planta Tesla Giga Berlín es la que “corre mayor riesgo de sufrir retrasos en Europa” después de que el mangante Elon Musk anunciara que centrará la fabricación de celdas de baterías en EE. UU. para aprovechar los incentivos de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), un paquete de más de 369.000 millones de dólares en subsidios e incentivos fiscales para acelerar la transformación energética impulsado por el presidente estadounidense, Joe Biden.

La deslocalización de inversiones

De hecho, esta misma semana saltaban los rumores de que Volkswagen estaría estudiando apartar sus planes de construir una factoría en el este de Europa para centrarse en sus planes en Norteamérica, donde aspira a construir otro centro con 10.000 millones de euros procedentes del la IRA. De ser así, sería un varapalo a la inversión europea en baterías para eléctricos, ya de por sí reducida. Según BloombergNEF, la cuota mundial de Europa en nuevas inversiones para la producción de baterías de iones de litio cayó del 41 % en 2021 a un escaso 2 % en 2022, mientras que la inversión en EE. UU. y China siguió creciendo.

«La fabricación de baterías en la UE se encuentra en una situación tremendamente delicada entre Estados Unidos y China. Europa debe actuar o arriesgarse a perderlo todo”, asegura en el estudio Carlos Rico, responsable de electrificación de coches de T&E España. “Se necesita urgentemente una política industrial ecológica centrada en las baterías, con apoyo en toda la UE para aumentar su producción, con el fin de reaccionar ante las subvenciones estadounidenses y los años de dominio de China”, concluye.

La Comisión Europea anunció hace poco que facilitaría a los gobiernos de la comunidad la posibilidad de ofrecer subsidios, entre beneficios fiscales y ayudas directas. Por ahora, se desconoce el monto en juego, pero aseguró que, de momento, los estados miembros ya pueden utilizar los fondos disponibles, como los de recuperación.

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