Los mejores trucos para viajar gratis en primera clase
Aunque los billetes en primera clase sean carísimos, hay formas de poder viajar en la categoría más exclusiva pagando muy poco. O nada
Viajar en un avión en primera clase es sentirse parte de otro mundo. Mientras que los vuelos en turista son cada vez más parecidos a ir en el autobús del barrio en hora pico, sentarse y dormir durante horas en la categoría más exclusiva es una experiencia única.
Claro que los costes están, nunca mejor dicho, por las nubes: un billete en primera puede duplicar o cuadriplicar lo que cuesta un pasaje en económica.
Y es una categoría en retroceso: muchas aerolíneas prefieren potenciar la business o dar mejores servicios en la económica premium, mientras que la primera se limita a un puñado cada vez más pequeño de compañías aéreas.
Pero hay algunas que ofrecen una experiencia envidiable, como suites privadas (algunas con ducha, como en los A380 de Emirates), comidas a la carta preparadas por laureados chefs, amenities como para poner una tienda, etcétera.
Y ese sueño de volar a todo lujo puede parecer lejano, pero hay algunos trucos para poder tener la oportunidad de viajar en primera pagando muy poco. O incluso gratis, si hay algo de suerte.
Hace un par de años la revista Condé Nast Traveler había publicado los consejos de una azafata de Virgin llamada Blanca, y que da varias pistas para viajar en primera con una inversión mínima. O ninguna.
La tarjeta de fidelización
Una clave casi obligatoria es ser miembro de los clubes de fidelización de las compañías aéreas. Suscribirse es gratis, y para cualquier cambio de categoría siempre tendrán ventajas sobre el resto de los pasajeros.
Para poder aprovechar las oportunidades de subir a primera es casi obligatorio tener la tarjeta de fidelización de la aerolínea
Hay tarjetas y tarjetas: cuanto más se vuele y más millas o puntos se acumulen, se puede ir ascendiendo de categoría. Cuando se tiene una elevada cantidad de puntos se puede hacer el upgrade, o sea el pase a una categoría superior, pagando una diferencia de dinero mucho menor que las tarifas habituales.
Pero si hay muchos más puntos y se tiene la suerte que no han caducado, es posible que el pase a primera se haga sin costes adicionales. Eso sí, cabe conocer muy bien la política de recompensas de cada compañía.
Atención a las alertas
Un momento en el que hay que estar alerta es cuando se está por embarcar en el avión. Es posible que la aerolínea tenga plazas libres en primera y ofrezca a sus pasajeros que tengan tarjeta de fidelidad la posibilidad de pasar a business o primera abonando un pequeño extra.
Quejarse, pero con educación
Si el vuelo se retrasó o hay sobreventa en turista uno puede quejarse al personal de la aerolínea; y hacerles saber que quedarse en tierra puede ocasionar un perjuicio económico.
Para compensar a aquellas personas a las que se les está afectando en ocasiones el personal de la aerolínea ofrece pasar de categoría para que se les pase el enfado; pero siempre y cuando uno se dirija al personal con educación.
Un truco es ir siempre bien vestido, porque es muy difícil que una persona en chándal y chanclas pase a primera
Es una apuesta arriesgada, porque cualquier muestra de grosería o de levantar la voz puede implicar quedarse sin volar o ser detenido por el personal de seguridad.
Problemas físicos
No se trata de autolesionarse, pero si un pasajero tiene problemas de movilidad y tiene que hacer malabares en la clase económica, es posible que el personal tenga piedad y le ofrezca pasarse a primera.
Facturar último
Si se han vendido asientos de más, antes que tener que pagar compensaciones por overbooking las aerolíneas prefieren reubicar a aquellos pasajeros que tienen la tarjeta de afiliado. Pero eso se sabe cuándo se está a punto de cerrar la facturación, así que la paciencia tiene premio.
Vestirse bien
Para cualquiera de estas circunstancias es esencial ir bien vestido. Muchos pasajeros, tentando a la suerte, suelen viajar con camisas, pantalones o vestidos en buen estado y de marca, zapatos elegantes.
Una persona bien vestida tiene muchas más posibilidades de pasar a primera que otra vestida con chándal de colores y chanclas.