El PP se queda casi sin apoyos en su defensa por la energía nuclear

La energía nuclear se mantiene como una tecnología esencial en el mix energético, un argumento que sostendrá el PP en sus propuestas

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. EFE/ Zipi

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El Partido Popular mantiene su férrea defensa de la energía nuclear. Motivos no le faltan. Al margen del extraño 2022, que ha disparado el uso de gas, la nuclear se mantiene como segunda tecnología para generar electricidad con un 20% de la producción. En todo caso, el partido azul parece estar cada vez más solo en este ámbito energético.

Tal y como adelantó en primicia ECONOMÍA DIGITAL, los planes del Partido Popular pasan por alargar la vida útil de las centrales nucleares más allá del actual calendario programado de cierres. Empieza en 2027 y concluye, finalmente, en 2035. A partir de esta fecha, y según los planes actuales pactados entre Gobierno y empresas, no habrá reactores funcionando en España.

Ante este panorama, el PP tiene sus propios planteamientos. Cree que el contexto geopolítico ha demostrado que la energía nuclear puede ser una herramienta perfecta para la deseada independencia energética. No obstante, los apoyos que está recibiendo el partido de Alberto Núñez Feijóo no son alentadores.

La oposición más frontal viene desde el propio Gobierno. En este sentido, ambas formaciones tienen visiones completamente distintas. El Ministerio para la Transición Ecológica ha tomado la decisión de acallar por completo la energía nuclear. Todo ello, pese a ese 20% de generación eléctrica que produce, y sin la cual sería insostenible la crisis de precios.

Pero el Ejecutivo deja ciega la energía nuclear en cualquier tipo de foro o congreso. Y eso produce un efecto arrastre. Las organizaciones energéticas, más allá de las patronales renovables que lógicamente tienen su propio interés, también guardan silencio. A lo largo de 2022 no han surgido voces que devuelvan a la energía nuclear lo que esta otorga al sistema.

Las empresas, poco convencidas

Las últimas en sumarse a esas voces reticentes con la energía nuclear son las propias empresas productoras. A finales de año, tal y como publicó ECONOMÍA DIGITAL, los principales actores del sector manifestaron que querían una suerte de retribución fija por el MWh producido como han tenido las renovables durante años si hay alguna intención de alargar la vida útil, debido a la complejidad de su negocio a la hora de generar energía.

Así lo exponían desde la patronal renovable. Asumen que las centrales nucleares deberían tener una retribución fija para seguir siendo rentables. En este sentido, desde la organización argumentan que, de momento, nadie ha tratado con ellos este tema.

Si a esta situación se suma la cuestión impositiva, que ha sido un caballo de batalla para las empresas, parece que Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP tienen poca predisposición. Llegado el momento tendrán que negociar, no les queda más remedio, pero dentro de sus planes estratégicos apenas hay cabida para estas tecnologías.

Los escasos apoyos

El apoyo más sonado a lo largo del año ha llegado desde Ciudadanos. La formación naranja planteó el pasado otoño a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, la aprobación de tres nuevos Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) para impulsar la energía nuclear, la energía hidroeléctrica y el turismo.

C’s  justifica el Perte nuclear en ofrecer «una base de generación eléctrica mínima estable que pueda actuar como energía de respaldo de las renovables», ya que este papel lo ha desempeñado el gas, una fuente de energía emisora de gases de efecto invernadero y que provoca dependencia exterior. El problema es que el actual partido de Inés Arrimadas tiene la fuerza que tiene en estos momentos, que será mucho menos dentro de unos meses.

En materia de energía nuclear también se ha manifestado Vox. Aunque se trata, básicamente, de planteamientos de confrontación con el propio desarrollo renovable en algunas ocasiones. O, directamente, de confrontación con el actual Gobierno. Por lo tanto, se trata de un aliado un tanto volátil.

Raúl Masa

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