El Plan de Seguridad Energética descubre la grave crisis de la industria española con el gas

El Gobierno se felicita por la reducción en el consumo de gas, pero la realidad para el sector industrial es otra

La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, junto a Arturo Gonzalo (Enagás). EFE/Javier Etxezarreta.

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La economía española vive su gran contradicción en torno al consumo energético y, en concreto, al de gas. Desde Europa llegó el consejo de reducir. El Gobierno español se puso manos a la obra. Los resultados son buenos. Quizá demasiado. Y es que, en realidad, el descenso en el consumo español se debe a la presión de precios, algo que refleja severos problemas empresariales

Un mes después de la implantación del ‘Plan Más Seguridad Energética’, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha querido hacer un análisis sobre los resultados obtenidos.  

El Gobierno se congratula porque, efectivamente, se están produciendo rebajas en el consumo, tanto de electricidad como de gas. En concreto, España ha reducido su demanda de gas natural un 15% desde el pasado mes de agosto, en comparación con el nivel de consumo del mismo período en los últimos cinco años; considerando el saldo importador del quinquenio, la reducción de la demanda interna alcanza el 19% en este 2022. La demanda eléctrica, por su parte, ha disminuido un 5,7%. 

Esta situación, que desde hace semanas el Gobierno anuncia como un logro, en realidad se trata de un grave problema que sufre la industria desde hace meses con el precio del gas

La reducción tan importante en el consumo de gas se debe a los precios del mercado, que en estos momentos y pese a todos los esfuerzos públicos, todavía se sitúan en rangos superiores a los 150 €/MWh en el mercado mayorista. Y cabe recordar que más del 75% de las empresas industriales tienen indexados sus contratos al mercado diario. 

Por estos motivos, muchas compañías que hacen uso intensivo del gas para su funcionamiento han tenido que parar. Además, a esta reducción del consumo del gas se ha sumado el parón que han llevado a cabo muchas empresas cogeneradoras. Una industria que también hace uso intensivo y que, lógicamente, se deja notar en las cifras. 

Los objetivos del plan 

Por lo que respecta a las demás magnitudes del ‘plan’, desde el inicio del mes de agosto el Gobierno ha venido adoptando medidas para cumplir sus compromisos europeos y el pasado 11 de octubre el Consejo de Ministros aprobó el Plan +SE, con tres objetivos principales: aumentar la protección de los consumidores, reducir el consumo energético y reforzar la solidaridad con el resto de la UE, incrementando las exportaciones de gas.  

Gracias a ello -ha explicado la ministra-, todos los hogares con calefacción de gas, ya sea individual o comunitaria, cuentan con tarifas reguladas reducidas –las TUR–, que dejan la factura final un 50% más baja de lo que sería sin ellas, y el 40% de los hogares con niveles de renta más bajos tienen acceso a descuentos en las facturas de electricidad que oscilan entre el 40% y el 80%, gracias al refuerzo del bono social. 

Por lo que respecta a los compromisos de nuestro país, España está actuando solidariamente -argumentan desde el Gobierno- con el resto de la UE, facilitando que se cubra la demanda de energía de Francia y de Portugal, principalmente. Así, el 44% de la generación eléctrica con centrales de gas de los últimos meses se está exportando a Francia, con una parte muy relevante de su parque nuclear inoperativo, y a Portugal, cuya generación hidroeléctrica está limitada por la sequía. 

El sistema energético español, sólido y estable, con una amplia gama de tecnologías y proveedores, garantiza el suministro de todos los consumidores durante este invierno, a pesar del complejo entorno internacional. 

Adicionalmente, España está aumentando su solidaridad y en los próximos meses se pondrán en marcha otras de las medidas previstas en el ‘Plan +SE’, como la activación de la planta de regasificación de El Musel y el puente naval España-Italia. Además, en la próxima cumbre Euromediterránea de Alicante se conocerán los detalles del futuro H2med, el hidroducto submarino que unirá Barcelona y Marsella.

Raúl Masa

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