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Estas son las enfermedades que dan derecho a pensión por incapacidad permanente
La incapacidad no se otorga simplemente por la enfermedad en sí misma, sino por cómo esa enfermedad o lesión limita a la persona en su capacidad para trabajar
Las enfermedades de incapacidad permanente son aquellas condiciones médicas que causan una incapacidad duradera o permanente en una persona, lo que impide que pueda trabajar de manera normal o realizar actividades cotidianas de forma completa. Estas enfermedades pueden ser físicas, mentales o una combinación de ambas.
Además, la incapacidad permanente puede ser parcial o total, dependiendo del grado en que afecta la capacidad de la persona para llevar a cabo sus funciones habituales. En muchos países, como es el caso de España, existen sistemas de seguridad social que proporcionan beneficios a las personas que sufren de incapacidad permanente, para ayudarles a cubrir sus necesidades básicas y médicas.
¿Puede trabajar una persona con una enfermedad de incapacidad permanente?
En España, una persona con una enfermedad que le cause incapacidad permanente puede trabajar en determinadas circunstancias. La Ley General de Seguridad Social reconoce diferentes grados de incapacidad permanente: parcial, total, absoluta y gran invalidez. Dependiendo del grado de incapacidad y de las limitaciones que impone la enfermedad, la persona puede tener restricciones para ciertos tipos de trabajo o requerir adaptaciones en el entorno laboral.
En muchos casos, las personas con estas dolencias pueden trabajar en empleos que se ajusten a sus capacidades y limitaciones, y pueden recibir ayudas o prestaciones específicas según su situación. Para ello, es necesario un informe médico que acredita dicha enfermedad.
Cuáles son las enfermedades de incapacidad permanente
En España, no hay una lista oficial de enfermedades que automáticamente causen incapacidad permanente en cualquiera de sus grados. Sin embargo, hay ciertas enfermedades que comúnmente se reconocen como causas de incapacidad laboral y que pueden llevar al reconocimiento de un grado de incapacidad.
Es importante entender que la incapacidad no se otorga simplemente por la enfermedad en sí misma, sino por cómo esa enfermedad o lesión limita a la persona en su capacidad para trabajar, es decir, una misma enfermedad puede ser incapacitante para una persona, pero no para otra.
Algunas de las más comunes son:
- Alzheimer
- Aneurisma
- Artritis Reumatoide
- Artritis Psoriásica
- Artrosis
- Cáncer
- Cardiopatías
- Colitis ulcerosa
- Depresión
- Demencia
- Desprendimiento de la retina
- Enfermedades hepáticas
- Enfermedad de Crohn
- EPOC
- Esclerosis Múltiple
- Espondilitis anquilosante
- Espondilosis degenerativa
- Esquizofrenia
- Estenosis foraminal
- Fibromialgia
- Fibrilación auricular
- Glaucoma
- Hernia discal
- Hipertensión pulmonar
- Ictus
- Insuficiencia renal crónica
- Infarto agudo de miocardio
- Lesión medular
- Lumbalgia
- Lupus
- Migrañas
- Neuropatía
- Parkinson
- Pancreatitis
- Patologías de pies y manos
- Síndrome de Ménière
- Síndrome de Raynaud
- Síndrome de Sjögren
- Síndrome de Tourette
- Síndrome del túnel carpiano
- Síndrome subacromial
- Trasplante de riñón
- Trastorno bipolar
- Trastorno de ansiedad
- Trastorno de estrés postraumático