Peligra el suministro de leche, fruta y otros alimentos por la huelga de transporte

Varias asociaciones ya avisan que se han tenido que ver obligadas a detener su actividad por el miedo a los piquetes y la imposibilidad de que lleguen los materias primas

Plataforma de Defensa del Transporte EFE/ Jesús Diges

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El sector de la distribución demostró durante el coronavirus que es capaz de resistir una pandemia mundial y garantizó el suministro de alimentos a toda la red de supermercados de España. A pesar de la falta de algún producto como el aceite de girasol, las estanterías de los grandes establecimientos se han mantenido llenas en las primeras semanas de la invasión de Ucrania. Sin embargo, ahora una huelga de transportistas amenaza con mostrar los límites de la cadena y dejar sin productos como la leche, la fruta u otros alimentos.

El paro no está secundado por ninguna de las grandes patronales, pero sí lo siguen tanto los autónomos como buena parte de las pymes del sector. Además está planteado como indefinido, por lo que parte de la industria alimentaria ya se teme el impacto de la protesta en la producción. Las primeras en anunciar que suspendían la actividad, las empresas lácteas. La fruta, la verdura y el sector cárnico podrían ser los próximos.

La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) advirtió este miércoles en un comunicado que la industria suspenderá su actividad debido al impacto de los piquetes en el transporte por carretera. «La industria láctea española se ve abocada a suspender su actividad trasformadora como consecuencia de la huelga de transportes que se viene desarrollando en los tres últimos días», lamentó.

Según la patronal, las plantas productoras han visto a comienzos de esta semana como dejaban de llegar «productos necesarios para la elaboración de lácteos». No solo eso: también hay problemas para enviar los artículos terminados a los supermercados. «Se ha anulado la capacidad de envasado, de almacenamiento y gestión de un alimento altamente perecedero», añadió.

De este modo, la paralización de las carreteras implicará que las empresas afiliadas a Fenil —Lactalis, Pascual, Nestlé y Central Lechera Asturiana, entre otras– ya no irán el jueves a recoger leche a las granjas.

La huelga no amenaza solo a la leche

La huelga de transportistas se cebará con el sector de los productos perecederos, con plazos de entrega mucho más justos que el resto de la cadena alimentaria. Así lo advirtió también la Asociación de Empresarios Mayoristas de Frutas y Hortalizas de Barcelona (Agem), que aglutina a 150 empresas del sector hortofrutícula de Mercabarna. Aunque no hay un desabastecimiento generalizado todavía, este miércoles ya se comenzó a notar la caída de la actividad.

La organización avisó de que los efectos de la huelga «redujeron considerablemente» la entrada de camiones cargados de frutas y verduras al centro de distribución catalán. Especialmente impactados se vieron los transportistas procedentes del sur de España, donde se concentra buena parte de la agricultura del país, que procede de AlmeríaGranadaHuelva y Málaga.

El sector en bloque salió a pedir la intermediación del Gobierno para garantizar la cadena de suministro. En un comunicado conjunto, las asociaciones empresariales que representan a toda la cadena (Aces, Aecoc, Anged, Asedas y Fiab) exigieron al Ejecutivo «que adopte con urgencia las medidas necesarias para garantizar la libre circulación de mercancías» ante la efectividad de los piquetes a la hora de detener el transporte por carretera.

«La situación es cada vez más beligerante, con bloqueos en puertos, lonjas, mercados mayoristas y centros logísticos, por lo que se están empezando a ocasionar importantes problemas para las empresas del sector», lamentan las grandes patronales de la industria de la distribución.

Así, lo que debía ser un paro secundado solo por cuatro transportistas –no cuenta con el apoyo del Comité Nacional del Transporte por Carretera ni de los sindicatos mayoritarios– ha terminado por hacer saltar las alarmas en el sector.

PP y PSOE, enfrentados por la gravedad de la huelga

La huelga ya se convirtió en una arma arrojadiza entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, el Partido Popular. El ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguró que solamente se había producido «disrupciones puntuales» en productos frescos como el pescado, las frutas y las hortalizas. «Seguimos de cerca la situación», garantizó.

No obstante, el presidente de la Xunta y futuro líder popular, Alberto Núñez Feijóo, denunció que la protesta ha provocado el «colapso» del sector, con «toneladas de pescado» retenidas en las lonjas. Por ello, pidió al Ejecutivo socialista que alcance un acuerdo «de forma inmediata».

Carles Huguet

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