Patronal y sindicatos temen un ‘reset’ de la reforma laboral tras 7 meses de trabajo
Desde la patronal celebran que Calviño y Escrivá conozcan de primera mano los trabajos, mientras que los sindicatos se muestran escépticos con la nueva metodología
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto patas arriba la negociación de la reforma laboral. La inclusión de los ministros del área socialista Nadia Calviño y José Luis Escrivá supone un espaldarazo a las tesis más conservadoras de la negociación. Pero tiene un efecto añadido, tal y como temen la patronal y los sindicatos: que todo el trabajo realizado en los últimos siete meses quede en agua de borrajas y la nueva ‘interlocución’ del Gobierno quiera comenzar la negociación desde cero. Un ‘reset’ que no solo obligaría a revisar ciertos puntos de consenso, sino que estrecharía mucho el calendario de acuerdo para presentar un documento en tiempo y forma.
Y es que tanto CEOE, Cepyme, CCOO y UGT llevan reuniéndose con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para negociar la reforma laboral desde el pasado 17 de marzo. Y, según ha podido saber Economía Digital, patronal y sindicatos exigen ahora trabajar respecto al último borrador de la reforma o que no se «desande» de lo ya conseguido en estos siete meses. A pesar de que el nuevo formato sea necesario para lograr un acuerdo con la patronal de cara a Bruselas, los agentes sociales no quieren comenzar desde cero.
Tranquilidad en la patronal
Los empresarios se muestran tranquilos con los cambios avanzados por Presidencia del Gobierno. Tal y como contó en exclusiva Economía Digital, CEOE llegó a amenazar al Gobierno con reventar la reforma si ésta salía sin su apoyo. Yolanda Díaz así lo dejó entrever al no llegar a acuerdos en las últimas reuniones y al poner como tope límite el próximo 15 de noviembre para su aprobación.
Los empresarios se sienten «aliviados» de que Calviño y Escrivá conozcan de primera mano las negociaciones y confían en poder llegar a un acuerdo «más pronto que tarde», aseguran a este medio.
Desde la patronal apuntan que «trabajar en las mesas es mejor que airear los problemas». El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, asegura que «si se quiere alcanzar acuerdos y avanzar, es mejor que se trabaje en las mesas que airear los problemas».
Fuentes de CEOE y de Cepyme ya desvelaron a Economía Digital la «dureza» de las negociaciones con Díaz, a la que calificaron de «intransigente». «En una negociación no se impone, sino que se trata de que las dos partes cedan en sus planteamientos y se acuerde una propuesta común», continuaron.
Escepticismo sindical: exigirán la reforma aunque no se sume CEOE
Frente a la cierta satisfacción de la patronal tras las incorporaciones de los departamentos de Calviño y Escrivá, en el lado sindical coinciden en el escepticismo por el nuevo rumbo de la reforma laboral al temer que los puntos debatidos a lo largo de los últimos 7 meses puedan tener que abordarse desde el principio.
“Llevamos meses trabajando y todos los avances logrados en la mesa deben perdurar, entendemos que no se partirá desde el inicio pero la presencia de nuevos interlocutores (Economía y Seguridad Social) nos inquieta por su oposición a derogar la reforma laboral del PP”, apuntan a Economía Digital en fuentes sindicales.
Las organizaciones sindicales van a defender en la nueva y “decisiva” fase de la reforma laboral que haya voluntad de acuerdo y se trate de conseguir un acuerdo tripartito, pero de no sumarse CEOE al acuerdo exigirán que el Ejecutivo “tire para adelante”, tal y como señaló este miércoles el secretario general de CCOO, Unai Sordo.
Desde UGT y CCOO muestran inquietud por saber si las propuestas del Gobierno siguen siendo las mismas que hasta el acuerdo del PSOE y Unidas Podemos de este miércoles, y se mantienen al margen en cierta medida de la organización interna del Gobierno, pero siguen demandando los puntos en los que se había avanzado.
Los escollos de la negociación
Aunque la vicepresidenta Calviño afirmó el pasado jueves en el Congreso Confederal de CCOO que hasta ahora solo se habían producido “contactos preliminares”, lo cierto es que las negociaciones entre los agentes sociales y Trabajo comenzaron hace siete meses, pero previamente se habían registrado avances importantes en la etapa de la exministra Magdalena Valerio, e incluso comenzaron con la exministra del PP Fátima Báñez, con quien se abordaron posibles retoques.
A lo largo de estos meses las desavenencias de CEOE han encontrado cierto respaldo, incluso público de la vicepresidenta Calviño frente a los planteamientos del Ministerio de Trabajo, más en línea con los postulados defendidos por los sindicatos. El choque con la patronal también se evidenció con motivo de la subida del Salario Mínimo, que los empresarios pedían que se trasladase a 2022.
Trabajo ha planteado en este tiempo establecer limitaciones a las subcontrataciones, uno de los puntos que genera más rechazo en la CEOE, así como fijar la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa en varios puntos, como para fijar sueldos y horarios, según el borrador al que ha tenido acceso Economía Digital.
Igualmente, Trabajo recupera la ‘ultractividad’ que suprimió la reforma laboral de 2012. Así, en los casos en los que no se acuerde entre las partes un acuerdo sobre el convenio colectivo una vez transcurra un año desde la denuncia del convenio, éste mantendrá su vigencia.
Pero el último detonante que provocó una “bronca” en la mesa de diálogo social e hizo que CEOE se plantase fue la propuesta de temporalidad, tildada en un comunicado conjunto en julio por las patronales CEOE y Cepyme de “inaceptable, regresiva e ideológica”. El Gobierno propuso limitar los contratos de duración determinada a 6 meses y a un 15% de la plantilla.
En la patronal abogan por aplazar estos asuntos que podrían afectar a las empresas y por ende a la creación de empleo y centrarse en atender las peticiones de Bruselas en materia de políticas activas de empleo, un punto sobre el que sí hay en buena media consenso en el diálogo social y el Ministerio ya ha aprobado su reforma en consenso con los agentes sociales. También piden atajar la dualidad del mercado laboral y los altos niveles de desempleo juvenil, que ronda el 35%.
Además de derogar la reforma laboral de 2012, exigen limitar la temporalidad a seis meses y a motivos organizativos o productivos, reestablecer la ultractividad de los convenios y la prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa, así como abordar el tema de la subcontratación para evitar los abusos laborales.
Demandan acotar la causalidad de los contratos temporales, así como buscar fórmulas para que al empresario no le salga “barato” contratar de manera fraudulenta, y que la nueva regulación de los ERTE, en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores, incorpore los “avances” de representación sindical que han dado “buenos resultados” en el periodo Covid, así como recuperar la autorización administrativa previa si se va a dotar de un presupuesto que ayude, vía exoneración de cotizaciones, la adopción de medidas de flexibilidad interna.
Bolaños y Pérez Rey desencallaron el acuerdo
Tras una semana tensa de desencuentros entre los dos partidos que conforman el Gobierno de coalición, el acuerdo llegó este martes por la noche, según ha podido saber Economía Digital.
Los artífices son el ministro de Presidencia, José Félix Bolaños, inmerso en la mayoría de negociaciones de calado que mantiene estos momentos el Ejecutivo, y, por la parte de Unidas Podemos, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ‘número dos’ de Yolanda Díaz, ya que ésta se encontraba de viaje.
Tras dos reuniones fallidas entre el PSOE y Unidas Podemos, la primera el lunes por la tarde, la segunda el martes por la mañana, Presidencia asumió directamente las conversaciones.
Según fuentes conocedoras, Pérez Rey abordó las discrepancias con Bolaños mientras, a su vez, informaba a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y a la ministra de Igualdad, Irene Montero, para mantener informado al partido. Las dos formaciones que conforman el Gobierno vendieron este miércoles el acuerdo como un triunfo.
Los socialistas por haber impuesto a sus ministros en la coordinación y el cónclave con patronal y sindicatos en cuestión; mientras que los morados se regodean de sentar el próximo día 2 de noviembre a los socialistas para discutir con Pedro Sánchez de testigo los contenidos de la reforma laboral.
Cinco ministerios marcan los límites de la reforma
En este contexto, el nuevo planteamiento negociador de la coalición echó a andar el mismo martes por la tarde, ya que el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, convocó a sus homólogos de otros cuatro ministerios (Asuntos Económicos, Hacienda, Seguridad Social y Educación) para celebrar la primera reunión conforme a la nueva metodología pactada por PSOE y Unidas Podemos.
Fuentes gubernamentales explican a Economía Digital que la primera reunión de la nueva era de la reforma laboral ha servido para determinar los contenidos que se abordarán en la próxima reunión de la mesa técnica de la reforma del próximo miércoles, y buscar esa única voz en el conjunto del Gobierno que han venido demandando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
En concreto, además de Joaquín Pérez Rey, que consensuó con Félix Bolaños la nueva metodología negociadora, han acudido a la cita el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés (Ministerio de Asuntos Económicos); la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, María José Gualda (Hacienda); el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo (Seguridad Social), y la secretaria general de Formación Profesional, Clara Sanz (Educación y Formación Profesional).
La nueva «metodología» para la negociación
Conforme al acuerdo suscrito entre el PSOE y Unidas Podemos, se fija una primera reunión el próximo 2 de noviembre, a las dos vicepresidentas y a los ministerios de Hacienda, Seguridad Social y Educación “para fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social, en los términos del acuerdo de Gobierno de coalición”.
Así, todos los martes a las 17:00 horas, antes del encuentro con los agentes sociales de los miércoles, se celebrará la reunión en el que participarán los secretarios de Estado de Empleo, de Economía y de Seguridad Social y Pensiones (es decir, uno por Díaz, otro por Calviño y otro por Escrivá), y representantes de otros departamentos si los temas a tratar lo requieren.
Asimismo, las reuniones técnicas que se celebran todos los miércoles y en la que participaban hasta ahora sindicatos, empresarios y el Ministerio de Trabajo, se incorporan dos directores generales, uno de la vicepresidencia económica que dirige Nadia Calviño, y otro del Ministerio de Seguridad Social dirigido por José Luis Escrivá.
Este mismo miércoles, previo al acuerdo, se celebró la última reunión técnica con la única presencia del Ministerio de Trabajo del lado gubernamental para negociar con patronal y sindicatos, que fuentes del diálogo social confirman que fue “bien” pese al revuelo originado y se debatieron las propuestas sobre la mesa, tras siete meses de trabajo.
En cualquier caso, el acuerdo de PSOE y Unidas Podemos establece que según los temas tratados, podrán incorporarse representantes de otros ministerios afectados. Eso sí, la mesa seguirá encabezada por el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, que depende de Yolanda Díaz y que lidera las negociaciones desde el comienzo, el pasado mes de marzo.
Así, Sánchez otorga a Díaz el ‘premio de consolación’ permitiéndole ser la cara visible en las reuniones con los sindicatos y la patronal; mientras que el contenido será estructurado también por los ministerios de Calviño y Escrivá.
A la reunión de los martes por la tarde y de la mesa técnica de los miércoles por la mañana, se suma otro encuentro, con los mismos integrantes, los miércoles por la tarde, después de hablar con sindicatos y empresarios, para analizar lo debatido y preparar la siguiente reunión: es decir, habrá reuniones de coordinación intergubernamental antes y después de la mesa de negociación.