Paramés: «Comprar bien y barato es una decisión sensata”

El ´Warref Buffet español' defiende la corriente del 'value investing' en el momento actual, caracterizado por la desaceleración económica

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Francisco García Paramés, uno de los máximos exponentes de la inversión de valor –value investing, en inglés- en España, ha defendido esta mañana que esta corriente es válida independientemente de la situación económica del momento. «Nosotros hacemos value, que es comprar cosas buenas muy baratas.

¿Comprar muy barato las cosas depende del ciclo? Comprar bien es una decisión sensata en cualquier momento y en cualquier lugar, te acompañe o no el ciclo», ha aseverado el gestor en Patrimonia, el foro exclusivo de gestión integral del patrimonio familiar, organizado por la revista Inversión en colaboración con el diario ABC.

De esta manera, Paramés -uno de los gestores más populares de España, apodado el Warren Buffet español– ha defendido su posicionamiento inversor en un momento caracterizado por la ralentización de la economía.

El 80 por ciento de las inversiones en bolsa de Cobas AM son en compañías familiares

De hecho, el gestor de Cobas AM ha explicado que tiene el 20 por ciento de su cartera en sectores cíclicos que ha logrado comprar con descuentos del 50 por ciento respecto a sus máximos gracias, precisamente, a estas peores perspectivas de la economía global.

Pero, más allá de la estrategia de Cobas AM, la intervención de este gestor ha estado centrada en su experiencia con la empresa familiar, tanto en la gestora de la que es propietario como en su anterior andadura de más de veinte años en la firma Bestinver, propiedad de la familia Entrecanales.

«Toda mi vida he trabajado en empresas familiares salvo seis meses, desde que empecé en El Corte Inglés. Además, el 98 por ciento de los clientes que más valoramos tanto en mi anterior empresa como en la actual son empresas familiares o personas inversoras con ahorros. Son los mejores clientes sin ninguna duda», ha defendido Paramés, que ha destacado algunas de las virtudes de este tipo de clientes respecto a los institucionales, como la apuesta clara por el largo plazo o la confianza que depositan en las decisiones de los gestores, entre otras cosas. 

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Paramés: «Las familias toman decisiones mucho más correctas y sensatas que las instituciones». Fuente: Inversión

«En una telefónica, por poner un ejemplo, los ejecutivos toman decisiones que pueden ser de largo plazo o no. Al poco tiempo, podrán ser relevados o no. Pero en una empresa familiar, las decisiones se toman de cara al largo plazo en el 98 por ciento de los casos. Se pueden equivocar y, de hecho, ha habido casos como el de Pescanova. Pero yo me siento más cómodo durmiendo por las noches con empresas familiares», explicó.

Paramés también relató que su gestora tuvo «un año nefasto» en 2018 pero no vivió grandes salidas de dinero precisamente porque «el grueso de las inversiones» son de familias. «Las familias toman decisiones mucho más correctas y sensatas que las instituciones», insistió.

Por ello, el 80 por ciento de las inversiones en bolsa de Cobas AM son en compañías familiares, según Paramés, quien explicó que el mayor reto como inversor en este sentido es determinar si el negocio sigue siendo atractivo cuando pasa a ser gestionado por la segunda, tercera o cuarta generación de la familia.

A este respecto, José Ramón Sanz, presidente de la Fundación Numa -dedicada a formar a empresarios familiares- defendió que, contrariamente a la creencia popular, la mayor parte de las empresas familiares consigue superar el «colosal» reto de la continuidad. 

Una estrategia global

Si bien, esa continuidad no tiene por qué adoptar la misma forma que la empresa originaria sino que, en ocasiones, la actividad empresarial va modificándose. «Una familia a lo largo de las generaciones adapta de forma dinámica su portfolio de negocios a lo largo del tiempo para crear riqueza para la familia y la sociedad.

Así, una familia empresaria dirige 6 empresas, funda 5, fusiona o compra 2, escinde 1 y cambia de sector 2 veces, de media, a lo largo de 60 años», relató Sanz. De hecho, «las familias que se enfocan únicamente en la empresa fundacional, no siempre tienen recorrido», defendió.

Pero para lograr la continuidad de la empresa familiar, tenga la forma que tenga, es preciso consensuar un modelo adoptado por todos los miembros, según Sanz. Entre otros aspectos, es necesario pactar un marco de cooperación, una estrategia global, unas reglas del juego y un código de comportamiento personal, empresarial y social.

«Hay que gestionar la familia. Todas las empresas cuidan a sus accionistas y, en nuestro caso, hay que cuidar a la familia», defendió Sanz.

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