La Covid dispara el absentismo laboral al 7,1%
La pandemia disparó la tasa de absentismo laboral en España al máximo histórico del 7,1% en 2020, con un coste de 36.900 millones de euros, el equivalente al 3,3% del PIB
La pandemia de la Covid-19 desatada en marzo de 2020 ha impactado de lleno en aspectos como el teletrabajo y la salud laboral, y todo ello ha influido en disparar la tasa de absentismo laboral en España hasta un nuevo máximo histórico del 7,1% en el año 2020, o lo que es lo mismo, el año pasado se perdieron casi 1.700 millones de horas de trabajo.
Así se desprende del Informe Adecco sobre ‘Empresas saludable y gestión del absentismo», que, no obstante, admite la imposibilidad de cuantificar de forma precisa a cuánto asciende el Covid ante el contexto atípico producido por la Covid-19, si bien derivó en un aumento de las horas de trabajo perdidas por Incapacidad Temporal (enfermedad común o accidente no laboral).
También se contemplan otros conceptos, como permisos por necesidad de cuidar a familiares enfermos u horas perdidas en el lugar de trabajo, como falta de suministros, según ha explicado en rueda de prensa el director de The Adecco Group, Francisco Javier Blasco. A ello se suma la brusca caída de las horas pactadas efectivas por el incremento de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Cotas históricas de horas perdidas y un coste del 3,3% del PIB
En cualquier caso y pese al sesgo al alza de los datos, la tasa de absentismo laboral ya había alcanzado en 2019 el 5,5% en España, el dato más elevado de los últimos 20 años, si bien la irrupción de la Covid-19 disparó la tasa de absentismo laboral al 6,3% en el primer trimestre de 2020 y al 8,9% en el segundo, con una media del 7,1% en el ejercicio, es decir, 1,6 puntos porcentuales más y un nuevo máximo histórico.
Esto supone que la pérdida total de horas laborales llegó a casi 1.700 millones, frente a los 1.460 millones, lo mismo que decir que 937.000 asalariados no trabajaron en todo el año, lo que supone un nuevo máximo de la serie histórica, pues el año anterior habían sido unos 814.400 asalariados en ese símil.
Blasco ha apuntado que, considerando el coste medio de cada hora de trabajo, esa cantidad de millones de horas no trabajadas puede traducirse en un coste bruto para el conjunto de la economía de 36.900 millones de euros en 2020, el equivalente al 3,3% del PIB, si bien dicho dato puede estar «un poco hinchado» dado que el año pasado el PIB se contrajo un 11% por la crisis.
15 jornadas laborales menos en un año
Otro dato que revela el informe es que la jornada anual pactada se mantiene estable desde el año 2014, ligeramente por debajo de las 1.800 horas, si bien en 2020 la jornada media por trabajador y mes se incrementó levemente, hasta 1.800,9 horas.
Para el conjunto de sectores de la industria, la construcción y los servicios las horas pactadas pasaron de 1.920 horas de trabajo y año en 2000 a cerca de 1.800 horas desde 2014 hasta la actualidad, con una reducción del 6,4%, el equivalente a 15 jornadas menos de trabajo al cabo de un año.
Los factores que determinan esta tendencia se explican por aspectos sociales, como una mayor valoración del tiempo de ocio, una creciente preferencia por conciliar las responsabilidades profesionales con la vida personal.
País Vasco, Canarias y Baleares, las CCAA con más absentismo
El análisis territorial del informe refleja que un total de once comunidades autónomas registraron el año pasado su mayor tasa de absentismo desde el año 2000, y éstas fueron Andalucía, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La mancha, Cataluña, Extremadura, la Comunidad de Madrid y Navarra.
La mayor tasa de absentismo laboral (excluye horas perdidas por razones técnicas o económicas (ERTE)) correspondió una vez más al País Vasco, con un 9% pese a haberla reducido. Le siguieron Canarias (7,8%), Baleares (7,7%), Cataluña (7,6%) y Asturias (7,2%), en todos los casos por encima de la media nacional (7,1%). Las tasas más bajas se dieron en Castilla-La Mancha (4,8%), Andalucía (4,9%) y Extremadura (4,9%).
Los mayores aumentos se dieron en Baleares (+5,1 puntos), Canarias (+1,8 puntos) y Cataluña (+1,5 puntos), y los más moderados en Castilla-La Mancha y Navarra, con una décima más en ambos casos, si bien cuatro regiones lograron reducir su proporción de horas perdidas por absentismo: Aragón y Murcia (tres décimas cada una), País Vasco y Galicia (dos décimas).
Más empresas se apuntan al teletrabajo
La nueva edición del informe mide también el efecto de la pandemia a través de una encuesta sobre aspectos como el teletrabajo y la salud laboral. En lo referido al trabajo a distancia, las expectativas de las empresas en su intención de mantener o implementar el teletrabajo tras el fin de la pandemia han mejorado.
En concreto, entre las que quieren implantarlo sube del 19,6% al 23% y aquellas compañías que no prevén ningún uso de esta opción de flexibilidad bajan del 30% al 21%, lo que da muestras de que se trata de una opción que ha llegado para quedarse en el mercado laboral español.
De hecho, el 63% de las empresas consultadas tiene una percepción positiva o muy positiva de la productividad en el teletrabajo y solo un 9% lo aprecia como algo negativo. Para las organizaciones, al menos para un 44%, dos días de teletrabajo a la semana sería lo ideal en el futuro.
Eso sí, ven como aspectos mejorables la gestión del tiempo de trabajo (68%) y los sistemas de medición de rendimiento y productividad (57%), dos de las facetas que más preocupan, junto al registro horario y desconexión digital (56%) y la ciberseguridad (44%).
Mayor percepción de presentismo: sube al 16%
Otro de las consecuencias de la pandemia es el aumento del llamado presentismo -estar presente en el puesto de trabajo pero dedicando parte de la jornada laboral a otras tareas que no son propias de ese puesto-, ya que aumenta la percepción sobre él hasta el 16% de las empresas que lo detectan, cuando hace dos años era el 10%.
Adecco explica que la hibridación presencial-remoto en la organización del trabajo también se refleja en la fenomenología de las ausencias, ya que la dedicación a tareas domésticas sin recuperación del tiempo de trabajo es una de las principales causas del ‘tecno-presentismo’, así como el uso de Internet, mail o redes sociales para fines personales.
Por último, el 55% de los encuestados identifica los problemas mentales y cognitivos (estrés y tecnoestrés, ansiedad o burnout) como la segunda causa percibida como factor de riesgo e incapacidad en la post pandemia, tras los problemas de posturas y trastornos músculo-esqueléticos que siguen a la cabeza (63%).