Orcel mantiene su pugna con el Santander por su fichaje frustrado
La aceptación de UBS del pago del bonus jubilaría al banquero de inversión del sector, que es algo que no desea
La aceptación de UBS de hacerse cargo del bonus perdido de Andrea Orcel por fichar por el Banco Santander, es una hoja de doble filo para el antiguo banquero. De acuerdo con elConfidencial, la intención de Orcel sería mantenerse en activo, en el sector de banca, por lo que aceptar el pago del bonus que le reconoce UBS, por cerca de 52 millones, le obligaría a jubilarse de forma anticipada. Por ello, preferiría mantener su demanda contra el Santander, al que le pediría más de 100 millones. El visto bueno de UBS, sin embargo, podría interferir en las condiciones de la demanda interpuesta por el ejecutivo contra la entidad española.
Orcel esperó a que el banco presidido por Ana Botín cerrara varios de los asuntos pendientes que le quedaban tras la compra del Popular -cierre de los términos del ERE y el acuerdo con Allianz– y en su pugna por recuperar la propiedad de su Ciudad Financiera, para anunciar su demanda por 100 millones contra el banco; por rechazar incorporarle como consejero delegado.
Tal como recoge Expansión, el acuerdo de contratación de Orcel incluiría un sueldo de unos 10 de millones; una retribución inmediata de 17 millones y, para compensar el bonus perdido, un complemento de 35 millones en acciones de Santander. A cambio, Orcel incluso renunciaría a ser consejero delegado de UBS.
De acuerdo con la publicación financiera, esta información provendría de la demanda presentada por los abogados de Orcel, el bufete De Carlos Remón. Desde el bufete no han respondido a la demanda de información de EconomíaDigital para confirmar esta información.
El Santander, Orcel y el problema del ruido mediático
Hasta el momento, Orcel había mantenido un perfil mediático bajo, pero, tras la admisión a trámite de la demanda a finales de junio, estaría dando un cambio. El ex banquero de inversión lleva cerca de un año de inactividad, pendiente de la resolución de un conflicto que cada vez parece que puede alargarse más en el tiempo.
Estar fuera del mercado no es positivo para Orcel, pero tampoco para el banco presidido por Ana Botín porque incrementa las posibilidades de que se le pueda reconocer una mayor responsabilidad económica con la que indemnizar al que hubiera sido su consejero delegado.