Doce países frenan en Bruselas la ‘excepción Ibérica’ de Pedro Sánchez
El presidente vendió como un éxito casi seguro la 'excepción Ibérica', pero de momento solo ha encontrado rechazo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, contaba con gran énfasis cómo había conseguido en la última Cumbre Europea arrancar un acuerdo histórico junto a Portugal por el cual se reconocía una ‘excepción Ibérica’. El objetivo era la creación de un tope para el gas. De esta manera se evitaría que los precios del mercado mayorista se vieran afectados al alza. Tres semanas después, las negociaciones están abiertas y, además, hay una docena de países que no terminan de ver claro los planes del Ejecutivo español.
En concreto, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes conocedoras de la situación, doce Estados miembro se han opuesto abiertamente al plan inicial del Gobierno español en los términos planteados. Los países que encabezan este rechazo son Alemania y Holanda, que desde hace meses tienen intereses contrarios a las regiones del sur de Europa.
Cabe recordar que, pese la venta victoriosa por parte del presidente del Gobierno, se trataba de un documento previo que responde a las líneas que había trabajado con antelación el Ejecutivo, como introducir un sistema de doble casación, una en frontera para que las exportaciones de electricidad sean retribuidas al precio que correspondería en ausencia de un mecanismo de ajuste; y una segunda casación, donde se introduce el ajuste y el pago por encima del coste del gas es asignado automáticamente en ese margen que queda de tecnologías mucho más baratas hasta el precio que ha sido retribuido el gas a primera instancia. Todo ello con un precio máximo del gas de 30 €/MWh.
Pues sobre ese planteamiento inicial, hasta una docena de países habrían ofrecido su negativa inicial. Alegan, según ha podido conocer este medio, que habilitar las medidas iniciales que proponía España sería crear un precedente peligroso en la Unión Europea sobre la intervención de los mercados eléctricos.
Negociación abierta y compleja
Junto con la oposición de un nutrido grupo de países a los planes iniciales que vendió Pedro Sánchez ante la opinión pública, Bruselas además ha encontrado otros problemas, en este caso de índole técnica. En concreto, la Comisión Europea ha hecho constar en esta fase de negociación que la doble casación de precios para tener dos mercados mayoristas, con el fin de no vender a Francia una electricidad más barata, tendría una alta complejidad técnica que no es fácil de resolver.
De igual modo, los servicios jurídicos de Bruselas están teniendo bastantes problemas para encontrar el encaje legal a la propuesta inicial realizada por España. Por estos motivos, ha sido la propia ministra para la transición Ecológica, Teresa Ribera, la que este jueves ha querido recordar que las negociaciones se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban. Y que el plan inicial que enviaron España y Portugal puede ver con sustanciales modificaciones.
Voces discrepantes
Con el anuncio del Gobierno nos encontramos una paradoja y una mala noticia, según explica a ECONOMÍA DIGITAL la eurodiputada por Ciudadanos, Susana Solís. «La paradoja es que cuando la guerra en Ucrania nos ha demostrado lo dependientes que somos energéticamente y lo mucho que necesitamos mejorar la interconexión entre los socios de la UE, Sánchez quiere hacerse fuerte en la “isla energética”. Hacerse fuerte en el aislamiento con el resto de países».
En este sentido, la política del partido naranja, asegura que «la mala noticia es que esta posición nos debilita, ya que las medidas anunciadas, que todavía necesitan el visto bueno de la Comisión, no servirán para mejorar nuestra posición a largo plazo y ya han levantado suspicacias en nuestros socios europeos».
En este sentido, habla de que «tenemos marcadas unas reglas del juego iguales para todos, y en vez de trabajar en conjunto para mejorar nuestra posición y liderar una comunidad energética fuerte, apostamos por seguir en nuestra cueva».
Aunque algo que destaca Susana Solís, y que es otro problema, es que «el plan del Gobierno deja muchas dudas y, de ponerse en marcha, no hay muchas certezas de cómo puede verse afectado el mercado de la energía. Cómo se van a crear dos mercados para no desvirtuar la interconexión con Francia, cómo se va a compensar este tope máximo del gas. Se ha vendido como un éxito político las conclusiones del último Consejo, pero leyendo los documentos oficiales y comparándolas con las declaraciones de Sánchez solo encontramos una cosa: propaganda«.
Unos tiempos apurados
En cuanto a las fechas que se manejan para conocer la respuesta de la Comisión, este mismo jueves la también vicepresidenta Ribera ha recordado que están trabajando para que «a principios de mayo» pueda estar «aprobado y aplicado ya» el acuerdo alcanzado por los Gobiernos español y portugués en el seno del Consejo Europeo para que haya una ‘excepción ibérica’ al precio de la energía.
Sea como sea, la respuesta urge para el Gobierno español. «Nuestra intención, nuestra expectativa, nuestra convicción es que, porque además así lo entiende también la Comisión Europea, a principios de mayo podamos tener esto aprobado y aplicado ya en nuestro país y en Portugal», ha expresado la vicepresidenta.