Ómicron, la inflación y la crisis de suministro ponen en riesgo nuevos estímulos del BCE
Cada vez es mayor el consenso en el consejo del BCE de que hay pocos beneficios adicionales de aumentar el flujo mensual de compras de activos para impulsar la inflación
La aparición de la variante ómicron y el aumento de precios ponen en peligro posibles nuevos estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE). El organismo que preside Christine Lagarde tiene dudas sobre la rapidez con la que caerá la inflación si sigue subiendo en Europa debido a las complicaciones para poner fin a la emergencia sanitaria, lo que agrava la crisis de desabastecimiento.
«Está claro que Ómicron mantendrá la inflación por más tiempo porque la interrupción de las cadenas de suministro durará más«, aseguró un miembro del consejo de gobierno del BCE en declaraciones recogidas por Financial Times. “La pandemia ha cambiado la estructura de la economía, con más trabajo a domicilio, un precio más alto del carbono y un alejamiento de la globalización”, agregó.
Según este dirigente, a medio plazo, la inflación podría ser más alta que el objetivo fijado por el BCE. “Y entonces tendríamos que actuar”, explica. Por ello, los dirigentes del banco tienen dudas, y dos acontecimientos recientes las han acentuado:
En primer lugar, en noviembre la inflación de la eurozona subió el 4,9%, muy por encima del objetivo del 2%, lo que supuso un récord desde la creación del euro hace dos décadas. A esto le siguió la aparición de una nueva variante del coronavirus, que amenaza con prolongar la pandemia y con ella los cuellos de botella de la cadena de suministro que han hecho subir los precios.
En segundo lugar, a finales de la semana pasada, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que aceleraría el fin de su programa de compra de bonos para enfrentar la inflación, presionando al BCE para que controle sus propios planes de compra de activos.
El BCE puede retrasar la compra de bonos
Está previsto que el organismo anuncie en su reunión de este jueves una detención en las nuevas compras de bonos en marzo en el marco del programa de emergencia de 1,85 billones de euros. Pero los responsables políticos del BCE también podrían retrasar la decisión sobre cuántos bonos adiciones comprarían en 2022 hasta principios del próximo año.
“Me sentiría muy incómodo comprometiéndome con algo más allá del final del segundo trimestre del próximo año”, apuntó otro miembro del consejo al diario británico. «Los mercados simplemente tendrán que vivir con eso”, añadió.
«Cada vez es mayor el consenso en el consejo del BCE de que hay pocos beneficios adicionales de aumentar el flujo mensual de compras de activos en
Si el BCE continuara con la compra de bonos a gran escala en 2022, se convertiría en un valor atípico significativo en comparación con otros bancos centrales que planeaban detener pronto las compras de activos, incluidos la Fed y el Banco de Inglaterra (el Banco de Canadá ya lo ha hecho).
Por ello, cada vez es mayor el consenso en el consejo del BCE de que hay pocos beneficios adicionales de aumentar el flujo mensual de compras de activos en términos de impulsar la inflación, según dos de sus miembros. «No tiene sentido expandir el programa de compra de activos después de marzo», dijo uno.
Los analistas consultados por el citado medio creen que el BCE podría comprometerse con compras de bonos adicionales adicional después de marzo. Pero dijeron que su decisión se complicó por el hecho de que era casi seguro que elevaría su pronóstico de inflación para 2022 a muy por encima del 2% la próxima semana, lo que dificulta la justificación del compromiso de seguir comprando grandes cantidades de bonos.