Obligados a compartir piso: los jóvenes destinarían el 79% de su sueldo a pagar el alquiler si quieren vivir solos

El porcentaje desciende al 25% del salario para las personas entre los 16 y 29 años que alquilen una casa compartida con personas sin relación de parentesco

El sector living lidera la inversión inmobiliaria.

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El precio de los alquileres y los salarios de los jóvenes de entre 16 y 29 años impiden que vivan solos en España. Esta es la principal conclusión del último Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de España con datos relativos al segundo semestre de 2021.

Según el estudio, a finales de 2021 el precio medio del alquiler de una vivienda ascendía a 848 euros, mientras que una persona joven solo puede asumir una cuota de 320 euros sin caer en el sobreendeudamiento. «La precaria recuperación del empleo no ha permitido aún un incremento de los sueldos de las personas jóvenes trabajadoras que permita reducir la brecha entre los altos precios de la oferta de vivienda y la poca renta disponible de quienes la demandan», explica el informe. Todo ello sin tener en cuenta los efectos de las elevadas tasas de inflación de 2022, que han encarecido el coste de la vida a unos ritmos no vistos desde hacía tres décadas.

Si una persona joven quiere alquilar en solitario debe destinar, de media, el 79,2% de su sueldo, mientras que compartiendo vivienda esa cantidad desciende notablemente, hasta el 25%. Ante esta situación, la única alternativa que les queda a los jóvenes es compartir piso hasta más allá de los 30 años.

«Dada la diferencia sustancial de esfuerzo económico que supone una y otra forma de emancipación, no es de extrañar que el 34,5% de las personas jóvenes emancipadas lo hagan compartiendo piso con otras con las que no tienen relación de parentesco», afirma el estudio.

Una joven usando el móvil. Pixabay.

Ninguna región tiene alquileres asumibles para alquilar en solitario

El porcentaje de salario destinado a la vivienda no debe superar el 30% y así lo exigen muchas inmobiliarias, lo cual supone una barrera a la emancipación. No obstante, la situación varía por regiones.

Según el observatorio, las Islas Baleares, Cataluña, Canarias, la Comunidad de Madrid y Euskadi son las regiones españolas en las que el alquiler está por encima de la media (79,2 %), mientras la Región de Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha son las regiones en las que alquilar es más barato. 

En concreto, en Baleares alquilar una vivienda en solitario le costaría a una persona joven el 95,7% de su salario, mientras que en Madrid sería el 86% y en Extremadura y en Castilla-La Mancha un 48,6% y un 47,9%, respectivamente. Pese a las diferencias, ninguna región está por debajo del 30% del salario de un joven, en la que menos se paga por un alquiler se sitúa 17,9 puntos por encima.

El estudio también refleja que las mujeres se independizan más que los hombres, un 18,5% frente al 12,5% de los varones, aunque ellas viven, en mayor medida, con más personas en la misma vivienda. Además, mientras el 26,7 % de los hombres emancipados lo hacen en hogares unipersonales, solo el 13,8 % de las mujeres se pueden permitir ese mismo hecho. 

Las cuotas de las hipotecas son más baratas

Ante este escenario, el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Antonio Báez, señala a Efe que las cuotas mensuales de una hipoteca son más baratas que un alquiler. Según los datos de la entidad, mientras alquilar un piso en España supone mensualmente un 79,2 % del salario para un joven, una hipoteca es algo menor, y de media cuesta un 51,1 %. 

De hecho, mientras diez comunidades están por encima del 60 % en el alquiler, en el caso de las hipotecas es mucho menor, y solo tres de ellas (Baleares, Madrid y Euskadi) están por encima del 60 %, aunque solo Castilla-la Mancha está por debajo del 30 % (con un 29,4 %), con lo cual en todas menos en La Mancha los jóvenes también tienen que sobreendeudarse para comprar

El gran problema de la compra de una vivienda es la entrada, para la cual un joven tendría que destinar, de media, 3,8 veces su salario neto anual. Para Báez, esto es un «impedimento» para el que se deben «aplicar medidas» porque, «por mucho que después la hipoteca sea más barata, con esa gran barrera se torna imposible comprar un piso»

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