Calviño quita importancia a la subida del IPC y la vincula a la recuperación
La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos cree que la inflación es una situación transitoria “que no conlleva una pérdida de competitividad estructural a medio plazo"
Las subidas generalizadas de precios, desde el de la electricidad hasta el de los alimentos, se ceban con los españoles. Los desorbitados costes de la luz dispararon el Índice de Precios de Consumo (IPC) un 3,3% en agosto, la mayor tasa en nueve años. Sin embargo, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, le ha quitado importancia.
Este crecimiento no supone una sorpresa para la número dos del Gobierno, especialmente después de los meses duros de pandemia de coronavirus y con la recuperación económica en marcha. “Es una situación transitoria que no conlleva una pérdida de competitividad estructural a medio plazo», ha asegurado.
“Es una situación transitoria que no conlleva una pérdida de competitividad estructural a medio plazo»
En una entrevista publicada este domingo en el diario La Stampa, Calviño pide que la inflación no sea la principal preocupación. “Después de tantos años en los que la tendencia de los precios se ha mantenido por debajo de los objetivos del Banco Central Europeo (BCE), sería completamente prematuro comenzar a considerar que un poco de inflación es un problema», ha asegurado.
Por otro lado, la vicepresidenta española también se ha mostrado a favor de que la Unión Europea revise las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento «porque no eran adecuadas a la situación incluso antes de la pandemia», y asegura que los Veintisiete deben aprovechar «esta excepcional situación transitoria para poder mejorarlas y alinearlas más con la realidad».
«Debemos preguntarnos para qué sirven las normas y cuáles son los objetivos dentro de los límites de los tratados. Hacer las reglas más simples, más efectivas y más adecuadas a las necesidades. Pensando en el largo plazo, porque estamos creando una enorme deuda que no debe convertirse en un lastre para las generaciones futuras», ha subrayado.
Calviño evita hablar del techo permitido para la deuda pública
Sin embargo, no ha querido entrar en detalles sobre cuál debería ser el techo permitido para la deuda pública en relación al producto interior bruto (PIB), actualmente fijado en el 60%.
Calviño considera fundamental que el nuevo fondo de la Unión contra el paro, conocido como SURE, se convierta en permanente porque ha sido «un éxito, desde el punto de vista de la estabilidad económica y también desde el punto de vista político».
No obstante, sobre el programa Next Generation EU (NGEU) cree que lo primordial ahora es que los países implementen sus planes de recuperación y después ya se verá «qué hacer en el futuro».
Finalmente, ha mantenido las previsiones de crecimiento para la economía española en alrededor del 6,5% en 2021 y del 7% en 2022, ha celebrado que «los datos de actividad económica y turismo de este verano son muy alentadores» y que el país haya registrado «el recorte de desempleo más fuerte de la historia», pero ha matizado que eso no quita que se deban seguir aplicando «las reformas e inversiones necesarias para que el crecimiento sea estable y fuerte en los próximos años».