Calviño alerta ahora de que la escalada de la luz puede frenar la recuperación
La vicepresidenta reconoce el impacto de la crisis energética en la economía, después de que todos los analistas hayan enfriado sus previsiones
El Gobierno ya habla abiertamente de que la crisis energética puede condicionar la recuperación después de la crisis económica del coronavirus. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha verbalizado por primera vez sus temores de que la escalada histórica de los precios de la luz tengan un impacto directo sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
La ministra socialista ha incidido en que el encarecimiento de la electricidad y la actual crisis mundial de suministros provocado por los colapsos del transporte marítimo pueden ralentizar a España. «Puedan suponer un freno a la recuperación», ha afirmado durante un discurso en la Universidad Autónoma de Madrid.
Calviño se ha alineado así con las principales organizaciones económicas que han enfriado sus previsiones de crecimiento para España en el tramo final del año. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco de España o BBVA Research han coincidido en la última semana en que la reactivación de la economía será menos rápida de lo previsto.
Sus palabras se producen justo en el día en el que la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) ha actualizado sus previsiones. Los analistas estiman ahora que la economía española crecerá este año un 5,1%, lo que supone 1,2 puntos por debajo de lo previsto. Su estimación es mucho más pesimista que el 6,5% que calculó el Gobierno en su última revisión.
«Nos hemos dado cuenta, como consecuencia de la pandemia, que la globalización supone también un aumento de la vulnerabilidad porque dependemos más los unos de los otros», ha lamentado Calviño.
Calviño apela al factor europeo para hacer frente a la crisis energética
Ante esta situación, la vicepresidenta ha remarcado la importancia de adoptar medidas conjuntas en el seno de la Unión Europea para paliar los elementos externos. Por el momento, Bruselas ha aplazado hasta diciembre algunas de las medidas propuestas por España como la creación de una reserva estratégica de gas para negociar conjuntamente con los proveedores.
«No puede ser que hablemos cada uno por nuestro lado cuando tenemos en frente a los grandes suministradores de gas internacionales, como Rusia o Argelia», ha subrayado.
El otro caballo de batalla pasa por la propuesta que el Gobierno ha llevado a Bruselas para poder desligarse del sistema europeo de fijación de precios, algo que no ven con buenos ojos once de las principales potencias del bloque, entre ellas Alemania.