Montero desliza una bajada de la previsión de crecimiento al 2% para 2023

La ministra de Hacienda recuerda que "en la anterior crisis económica hubo que cambiar muchos indicadores de cálculo porque no habían aventurado algunas situaciones que luego se produjeron"

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en una foto de archivo. EFE / JuanJo Martín.

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La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dejado entrever una rebaja en la previsión del crecimiento del PIB para 2023 respecto a la estimación aprobada por el Consejo de Ministros en julio. Durante una entrevista en La Sexta este jueves, la ministra ha afirmado que el crecimiento del año que viere será «en torno al 2%», lo cual se situaría siete décimas por debajo de la previsión del 2,7% del cuadro macroeconómico, en el cual se basarán los próximos presupuestos.

De hecho, el Gobierno actualizará sus previsiones con la presentación del proyecto presupuestario de 2023, prevista para finales de septiembre o principios de octubre, para incorporar los cambios producidos desde julio, entre ellos los mayores problemas de suministro de gas ruso y el endurecimiento de la política monetaria.

El Gobierno descarta una recesión

Montero ha defendido que «no hay ningún dato que nos permita aventurar que se vaya a producir ninguna recesión económica» en España y que los indicadores económicos «hablan de un crecimiento robusto» de la economía española «en torno al 4% este año» (la previsión del escenario macroeconómico es del 4,3%). Cifra que, según la ministra, «cuadriplica la media de la OCDE y que está por encima de países como Italia, Alemania o Francia».

No obstante, la ministra se cura en salud y recuerda que «en la anterior crisis económica hubo que cambiar muchos indicadores de cálculo porque no habían aventurado algunas situaciones que luego se produjeron». Por lo que ha defendido que el Gobierno está «siempre muy alerta, muy atentos, a cualquier situación que se plantee» y apela a que los organismos internacionales «tienen un papel muy importante que jugar en este sentido».

También ha añadido su preocupación por la economía alemana, que al ser más dependiente del gas ruso «puede tener alguna dificultad que puede contagiar a la Unión Europea«.

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