Más de 200.000 empresas cerraron tras la primera oleada de contagios en España
La pandemia se llevó por delante el negocio de 323.000 trabajadores autónomos antes de que acabase el verano, según el INE
La crisis económica del coronavirus ha provocado un golpe sin precedentes en el tejido productivo español, que ha pagado las consecuencias de la paralización dramática de la actividad durante meses. El resultado es la destrucción de más de 207.000 empresas, que se vieron obligadas a echar la persiana definitivamente tras la primera oleada de contagios.
Una estadística experimental del Instituto Nacional de Estadística (INE) ha reflejado el impacto que tuvo la pandemia durante los tres primeros trimestres del 2020. El mayor golpe se lo llevaron las pequeñas empresas que contaban con cinco o menos trabajadores en su plantilla. Un 21,5% de ellas se quedó por el camino antes del final del verano.
Los datos contrastan con los efectos que ha tenido la Covid-19 entre las grandes compañías que han podido absorber mejor la caída económica del consumo. Apenas un 2% de las empresas españolas con más de un centenar de empleados ha tenido que cerrar sus puertas tras la primera fase de brotes que sacudió a España.
El colectivo de los trabajadores autónomos ha sido junto a las pymes el que peor parado ha salido de la crisis económica y sanitaria que se ha prolongado durante el 2020. Un total de 323.00 empleados por cuenta propia abandonaron su negocio antes del 1 de octubre, como consecuencia de la pandemia.
Los ERTE han frenado la sangría de destrucción de empleo
A pesar del fuerte impacto que provocó la pandemia de coronavirus, la puesta en marcha de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ha impedido que el golpe haya sido todavía mayor. Todavía hay 738.000 ciudadanos amparados bajo este mecanismo excepcional. Un balance que se ha aumentado en más de 35.000 trabajadores tras la tercera oleada de contagios.
A finales de marzo, un 22,7% de las empresas españolas tenía a algún trabajador en ERTE. Era el momento en el que se decretó el primer estado de alarma y se acordó un confinamiento domiciliario que terminaría prolongándose durante casi tres meses. En ese momento, 140.000 organizaciones perdieron a todos sus empleados, aunque un 26,3% los fue recuperando a lo largo del verano.
El impacto positivo de los ERTE se puede apreciar en la diferencia en los porcentajes de supervivencia. Mientras que el 98,7% de los empresarios que recurrieron a esta herramienta logró salir a flote, solo el 94,6% de los que optaron por no acogerse al mecanismo logro sobrevivir a la crisis económica.
La hostelería se lleva el peor golpe
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) también reflejan que la hostelería ha sido el sector más golpeado por la crisis económica de la Covid-19 que ha desencadenado fuertes restricciones en bares y restaurantes durante más de 10 meses. Un tercio de los ERTE que siguen en marcha (248.000 trabajadores) pertenecen a esta actividad económica.
La patronal calcula que los empresarios hosteleros cerraron el 2020 con unas pérdidas que superan los 70.000 millones de euros en su facturación. Estiman que más de 85.000 bares y restaurantes han echado la persiana de forma definitiva como consecuencia de los cambios que ha provocado la Covid-19 en sus negocio.
La hostelería fue el único sector que presentó en 2020 más concursos de acreedores que en el año anterior. Se han notificado 438 procedimientos de empresarios incapaces de hacer frente a sus deudas. Es un incremento del 35,6%.