Madrid sale el triple de perjudicado que Cataluña con el caducado modelo de financiación de Zapatero
Los datos de Hacienda arrojan la escandalosa conclusión de que las comunidades más ricas son las que más aportan; con la anatémica excepción de las forales País Vasco y Navarra
Los datos de liquidación del modelo de financiación autonómica publicados por el Ministerio de Hacienda arrojan una escandalosa conclusión: que las comunidades autónomas más ricas suelen ser las que aportan más a la solidaridad interterritorial. Hay una excepción, pero es un anatema en España: País Vasco y Navarra, pese a ser comunidades con una riqueza muy por encima de la media, tienen superávit fiscal con respecto al resto de España gracias a su sesgado modelo de concierto (o convenio) económico.
Pero ahora, con la carta a los Reyes de los partidos independentistas para la investidura de Pedro Sánchez, resurge el debate respecto a las comunidades de régimen común, después de que este sábado la Generalitat de Cataluña, gobernada por ERC, publicara sus propias estimaciones sobre el resultado del modelo en 2021.
En el comunicado, aducía que Cataluña era la tercera autonomía con mayores ingresos fiscales, pero retrocedía hasta la 10 posición (de 15) de recursos por habitante una vez aplicado el modelo. Un modelo, que lleva caducado 10 años, ni uno de ellos sin un clamor consensuado sobre el mal diseño del mismo. Hay que recordar que el sistema de financiación fue acordado bilateralmente por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la Generalitat catalana, entonces presidida por José Montilla y con Antoni Castells como flamante consejero económico.
Madrid, más perjudicado que Cataluña
La Generalitat de Cataluña sostiene que cada catalán pierde, después de la aplicación del reparto territorial de los impuestos, 305 euros frente a lo que ingresarían en un modelo sin solidaridad. Pero la realidad es que la Comunidad de Madrid tiene un balance mucho peor. En concreto, el perjuicio para los habitantes madrileños es tres veces mayor, con una pérdida de 935 euros por contribuyente. Pero el Gobierno catalán se queja, por lo menos, tres veces más que el madrileño respecto a la necesidad de reformar el sistema.
Cálculos de la Generalitat de Cataluña sobre la liquidación del modelo de financiación en 2021.E
Madrid es la comunidad autónoma con una mayor capacidad fiscal por ciudadano, es decir, la recaudación fiscal en el territorio por contribuyente, con 3.769 euros. La segunda es Baleares, con 3.248 euros, y la tercera es Cataluña (3.153 euros). Una vez aplicada el reparto de la cesta común, los recursos financieros (recursos propios, entregas a cuenta y aplicación de fondos de convergencia) para cada habitante decaen hasta los 2.834 euros en el madrileño, y a 2.848 euros para Cataluña. Es decir, que los madrileños ‘pierden’ 935 euros, por 305 euros en Cataluña. Pero, además, aunque la aportación fiscal de los madrileños es un 20% superior a la de catalanes, una vez aplicado el sistema, lo que ‘se les devuelve’ es algo inferior (unos 15 euros).
Estos datos, tantos lo de Madrid como los de Cataluña, están perfectamente alineados en la normalidad, puesto que son dos de las comunidades más ricas en España y su aportación al conjunto del sistema es mayor. Desde hace 10 años, existe un consenso amplio de que el modelo de financiación orquestado por Zapatero tiene principalmente tres damnificados: Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.
Los datos del Ministerio de Hacienda, publicados un día antes y sobre los que la Generalitat ha trabajado, arrojan cifras muy similares. En el cuadro siguiente se muestra la financiación por habitante ajustado (con criterios de dispersión territorial, edad de la población…) y se mantienen las mismas proporciones. Estas cifras no incluyen la aplicación de distintos fondos de convergencia específicos para ayudar a la igualación económica de las comunidades.
Cataluña, ¿por debajo de la media?
El Gobierno catalán esgrime la injusticia de que pese a ser de las más ricas, una vez distribuidos los recursos, tenga ingresos por debajo de la media. En sus cálculos, tiene un índice de 97 puntos sobre 100 (similar a Madrid). Sin embargo, las cifras de Hacienda (antes de aplicación de los fondos) asume que la financiación final para Cataluña se sigue encontrando por encima de la media nacional: 2.769 euros, cinco euros más que el total de régimen común.
Pero el mejor argumento para desvirtuar esta argumentación se encuentra en los cálculos del think tank de la banca Fedea, cuyos análisis sobre finanzas públicos son los más sólidos. En sus cálculos se demuestra que el índice de financiación de Cataluña, desde 2017, se encuentra por encima de la media, alcanzando en 2020 hasta 101,8 puntos (siendo 100 la media). Madrid también tiene una financiación per cápita superior a la media. De nuevo, son Andalucía, Murcia y Valencia, la regiones verdaderamente afectadas por el sistema de reparto de los ingresos públicos.
Desde Cataluña se esgrime que sufren un perjuicio mayor que Madrid en el modelo, en base a informes de la Autoridad Fiscal (Airef) que esgrimen que la «población ajustada» en la región mesetaria estaría mal calculada. No ocurriría si el modelo hubiera sido reformado en tiempo y forma, algo que no hizo ni Mariano Rajoy ni Sánchez. En buena medida por el propio órdago de Cataluña, que boicoteó cualquier debate sobre su actualización (durante años se negaron a asistir al Consejo de Política Fiscal y Financiera).
La situación actual vuelve a poner en solfa la financiación de las regiones. ERC ha defendido que una investidura de Sánchez debería acarrear el compromiso de eliminar el déficit fiscal en Cataluña, cuyo gobierno cifra en la friolera 20.000 millones de euros al año, en base a cálculos muy sesgados de distribución territorial.
País Vasco y Navarra: el auténtico agravio fiscal en España
Pese al auge de las reclamaciones insolidarias para poner coto a las aportaciones de las comunidades ricas en España y con la vista puesta a la investidura, nadie parece señalar la auténtica injusticia en el reparto fiscal: los modelos forales de País Vasco y Navarra, que no aportan ni un solo euro a la solidaridad interterritorial en España gracias a sus trabajados modelos de concierto y convenio económicos, respectivamente, que no solo elimina cualquier contribución, sino que termina favoreciendo fiscalmente a País Vasco y Navarra. Es decir, dos de las comunidades más ricas de España, gracias a su concierto, terminan recibiendo más dinero de los contribuyentes más pobres: en concreto, 3.400 millones de euros en 2014, último ejercicio fiscalizado hasta que se decidió dejar de hacer los cálculos para evitar ‘molestias’.
Un desequilibrio intempestivo que podría ser corregido responsablemente por cualquier gobierno aunque ningún presidente se haya atrevido a ello. En buena medida por las continuas amenazas del PNV, que advierten de la ruptura de la paz social si «se toca» el cupo vasco. Pero tampoco se ha oído de Bildu, socio preferente de Sánchez en la defensa de las políticas de izquierdas y la lucha contra las injusticias sociales, una sola crítica al cupo vasco, el mejor ejemplo en España de un privilegio que hace que los ricos se ahorren contribuir al Estado de Bienestar para los más pobres. Porque claro, los ricos son, en este caso, vascos y navarros.