Madrid se afianza como la región más competitiva; Cataluña se queda fuera del ‘top 3’
Las islas fueron las regiones con un mayor desplome de competitividad, al tiempo que Madrid lidera la competitividad fiscal en España y Cataluña se estanca en última posición por su elevado número de impuestos propios
La Comunidad de Madrid se afianza de nuevo como la comunidad autónoma con mayor competitividad de España en el año 2020, marcado por la pandemia, junto a Navarra y País Vasco, mientras que Cataluña sigue fuera del ‘top 3’ y es una de las regiones que presenta una de las mayores caídas de competitividad.
Así se desprende del ‘Informe de la Competitividad Regional en España 2021’, editado y publicado por el Consejo General de Economistas (CGE), que refleja que la crisis de la Covid-19 disminuyó la competitividad media de las CCAA un 2,3% en 2020, un importante retroceso pero inferior al desplome del 10,8% del PIB.
El director técnico del informe, José Carlos Sánchez de la Vega, ha destacado que la disminución media de la competitividad no ha sido tan significativa como la registrada en la crisis financiera de 2008, si bien ha disminuido en 10 de las 17 CCAA, aunque sin grandes variaciones en las posiciones.
Madrid, Navarra y País Vasco siguen encabezando el ránking, seguidas de Cataluña y La Rioja. En la parte media figuran Aragón (puesto 6), Castilla y León (7), Cantabria (8), Galicia (9) y Asturias (10). En el furgón de cola, con nivel bajo de competitividad, se sitúan Comunidad Valenciana (11), Murcia (12), Castilla-La Mancha(13) y Baleares (14). Extremadura, Andalucía y Canarias continúan ocupando los tres últimos lugares del ranking.
Cataluña cae en competitividad
El Índice de Competitividad Regional (ICREG) se elabora a partir de 53 variables o indicadores estructurados en torno a siete ejes competitivos que permiten identificar las fortalezas y debilidades competitivas: entorno económico, capital humano, mercado de trabajo, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación.
En detalle, los ejes 1 (entorno económico) y 6 (eficiencia empresarial) son los que se comportan de manera más desfavorable, mientras que el eje 7 (Innovación) y el eje 4 (entorno institucional) son los únicos que mejoran, haciéndolo de forma intensa y generalizada.
A nivel general se observa un “fuerte descenso” en Baleares y Canarias, con gran incidencia de las restricciones de la Covid, y un “descenso” en Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja. Con todo, los economistas han indicado que las tres regiones con un mayor número de ejes en los que se detecta un “fuerte descenso” son Canarias, Islas Baleares y Cataluña.
En el caso concreto de Cataluña, la región ha registrado descensos generalizados menos en el entorno institucional e innovación. Las caídas son fuertes en los indicadores relativos a la economía y el empleo, como el mercado de trabajo, el entorno económico, el capital humano y la eficiencia empresarial.
No obstante, mejora la tasa de ahorro y la temporalidad, en línea con lo sucedido en todas las CCAA, se mantiene en infraestructura aunque cede en tráfico aéreo, Cae en cambio en número de empresas exportadores regulares, en dinamismo empresarial, se deteriora la productividad y crecen los costes laborales unitarios.
Entre las regiones que más mejoran, se produce un aumento de competitividad en Asturias por la tasa de ahorro, la menor tasa de paro de larga duración, la formación de adultos, el déficit o el gasto en I+D+i indicadores que en buena medida también han impulsado la competitividad en Castilla y León y Castilla-La Mancha, la región que más ha mejorado su competitividad.
Competitividad fiscal: Madrid encabeza y Cataluña es última
En la evolución de la competitividad influye también en el eje del entorno institucional el esfuerzo fiscal. El índice de competitividad fiscal mantiene como región líder a la Comunidad de Madrid, seguida de las tres provincias vascas (Vizcaya, Álava y Guipúzcoa). En el quinto puesto permanece Canarias y al sexto lugar sube Castilla y León desde el puesto 13 del año pasado, al tiempo que Andalucía sube al séptimo, desde el 11 anterior.
Por el contrario, permanecen como las regiones menos competitivas fiscalmente Extremadura y Asturias, y sobre todo Aragón, Comunidad Valenciana y Cataluña. El secretario general adjunto de Foment del Treball Nacional y vocal del Consejo Consultivo del ICREG, Salvador Guillermo, ha indicado algunos de los motivos.
Entre los factores influyen las reducciones y bonificaciones en el impuesto del Patrimonio, y de Sucesiones y Donaciones, que casi exoneran de pago a estas figuras, en determinados casos como el de la Comunidad de Madrid y regiones del PP como Andalucía ahora.
Repercute también la creación de impuestos propios, y por ello Cataluña figura última, ya que es la comunidad con una media de tipos más altos en todos los impuestos y la que más tributos propios presenta, con un total de 19, frente a la supresión de todos los tributos propios anunciada por Isabel Díaz Ayuso en la región madrileña.
Tanto Sánchez de la Vega como Guillermo han apuntado que la pretendida armonización de impuestos a la riqueza (Patrimonio, Sucesiones y Donaciones) que prevé el Gobierno sería «poco significativa» en corto plazo en materia de competitividad al ir ligado a pocas variables, como el esfuerzo fiscal, pero a medio y largo plazo puede llevar a una mayor o menor a tracción que provocase movimientos indirectos y ello incidir en el índice.
CCAA mejor posicionadas y peor para la recuperación
En cualquier caso, Sánchez de la Vega ha pedido tomar los datos con «cautela» ante la caída histórica de PIB en 2020 y la ausencia de datos de Contabilidad Regional que se publicarán el próximo 17 de diciembre. La caída media del 2,3% de la competitividad regional obedece sobre todo al retroceso en el entorno institucional o la eficiencia empresarial, sobre todo en el dinamismo empresarial (flujo de empresas), la productividad y los costes laborales unitarios.
En este punto, ha explicado que con el índice de competitividad regional se mide la capacidad de atracción de capital, conocimiento e incluso mano de obra, pero el cierre y las restricciones de actividades por la Covid no está directamente contemplado, aunque sí de forma indirecta por su repercusión en el PIB.
Sobre la menor caída de la productividad respecto al PIB (-10,8%) ha explicado que es algo «inusual» en épocas de crisis, en las que suele aumentar la productividad debido a que la caída de la ocupación es más intensa que la del PIB, pero en esta ocasión los ERTE han posibilitado que eso no suceda y, por consiguiente, ha cedido la productividad.
De cara la recuperación, ha indicado que la diferente situación de partida de las regiones españolas puede dificultar la consecución de los objetivos perseguidos y entraña «riesgos en el proceso de recuperación». Así, los bajos niveles de productividad, los déficits de capital humano, la desigualdad social o la insuficiente digitalización pueden lastrar la recuperación de determinados territorios y dificultar la consecución de los objetivos perseguidos”.
Según Sánchez de la Vega, los resultados sitúan a Canarias, Extremadura, Andalucía e Islas Baleares en el grupo de CCAA que presentan una mayor exposición al riesgo para afrontar la recuperación, así como los retos ligados a ella. En el segundo nivel, de exposición media, se incluyen, por orden, las CCAA de Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha.
Finalmente, las regiones que están en mejor disposición para alcanzar una recuperación sólida, inclusiva, verde y digital serían: Aragón, Asturias, Cantabria, La Rioja, Cataluña, Navarra, País Vasco y Comunidad de Madrid.