Luis del Rivero: un púgil con muchos asaltos y pocos combates ganados
Los intentos de controlar BBVA, Eiffage o Repsol se cuentan entre los fracasos más sonados del que fuera presidente de Sacyr
Hubo un tiempo, a principios del pasado siglo, en el que “en Madrid, a las siete de la tarde, o dabas una conferencia o te la daban”, según frase de Eugenio d’Ors. Y otro, a comienzos del siglo XXI, en que lanzabas una opa o te la lanzaban. Así nació la cultura del pelotazo, del enriquecimiento rápido. La que puso en primera línea mediática a un grupo de empresarios semidesconocidos, que hicieron riqueza y fama al amparo de una ambición desmedida, unas operaciones financieras temerarias y unas líneas de crédito que parecían no tener nunca fin.
Si hoy preguntáramos qué fue de Sociedad Anónima de Caminos y Regadíos sería prácticamente imposible encontrar una sola respuesta. Si solamente nos quedáramos con las siglas (SACYR) la cosa igual cambiaría. La historia de Luis del Rivero comienza ahí, en el año 1986, cuando con otros tres ingenieros de Caminos, Canales y Puertos abandona Ferrovial para iniciar su particular aventura. En 1991 opta por la denominación Sacyr y en 2003, por Sacyr Vallehermoso, tras fusionarse con la inmobiliaria.
Tuvo hasta su icono: la Torre Sacyr, uno de los cuatro rascacielos que se construyeron al norte de la capital, en los antiguos terrenos donde se ubicó la Ciudad Deportiva del Real Madrid, equipo del que Luis del Rivero es forofo y del que fue directivo. Se acabó en 2009, cuando todavía era presidente del grupo. Desde 2015 es propiedad de Merlin Properties, empresa a la que se vendió Testa, la patrimonial del grupo, en junio de 2015, ya con Manuel Manrique en la presidencia.
Vuelve al foco mediático
Quién le iba a decir Luis del Rivero que, 33 años después, y con lo que ha representado, volviera a ser noticia en los medios económicos, retirado a la fuerza desde octubre de 2011, con 70 años, disfrutando de su colección de coches de lujo y de una fortuna personal que algunos calculan en más de 800 millones de euros, después de haber alcanzado el número 407 de la lista de multimillonarios de Forbes.
Luis del Rivero ha vuelto al primer plano de la actualidad (si es que alguna vez se ha ido de foco) por seguir intentando acabar una de sus muchas obras inconclusas. La inició en 2004, pero sigue sin alcanzar su objetivo: hacerse con el control de BBVA.
Este verano, aprovechando el mar revuelto provocado por las relaciones comerciales del banco con el ex comisario José Manuel Villarejo, ha vuelto a “diseñar” otra de sus muchas operaciones frustradas, otra vez con las familias vascas del banco, que salieron precipitadamente de los puestos directivos y de los órganos de Gobierno de la entidad cuando FG descubrió las cuentas secretas de las islas del Canal.
En su intento de hacerse con el control de BBVA aparecen nombres como los de Miguel Sebastián, ex director de Estudios del banco y en 2004 responsable de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Solbes o Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, a quien se atribuye el fracaso de la operación. A pesar de no tener el viento a su favor, Del Rivero logró sacar 148 millones de euros de plusvalías de esa aventura.
El fracaso Eiffage
Pero el asalto al banco vasco no es más que una de las alocadas operaciones de principios de siglo. En marzo de 2006, cuando en España no quedaba casi nada por comprar en el sector inmobiliario o constructor, Luis del Rivero decide dar el salto a Francia y empieza a comprar en el mercado acciones de Eiffage, uno de los mayores grupos de construcción e infraestructuras de Europa.
Mientras Del Rivero negaba que fuera una operación hostil, en Francia nadie veía con buenos ojos al “socio” español. En 2007, Sacyr llegó a alcanzar el 33,32% del capital y ser el primer accionista. El presidente del grupo francés, Jean François Roverato, desvela una posible concertación de accionistas y suprime los derechos de voto de Sacyr y su entrada en el consejo. Del Rivero responde con una opa sobre el 100% de las acciones. A partir de ahí las acciones se desencadenan. La Justicia francesa acusa de Sacyr de “difundir informaciones falsas y engañosas”. Hasta una empresa de detectives, Kroll (conocida por su actividad con Mario Conde) entra en escena.
Al final, el regulador francés (AMF) obliga a Sacyr a presentar una opa en metálico a un precio mayor (6.000 millones de euros más) e invita a Luis del Rivero a irse y vender. En noviembre de 2008 la constructora española anuncia la venta de su paquete accionarial a inversores locales. Esta vez, en la operación se salda sin plusvalía alguna.
El enfrentamiento con Brufau
Pero si hay algo que trajo en jaque al mundo económico y político español y europeo fue el, enfrentamiento con Antonio Brufau. En octubre de 2006, Sacyr se hace con el 9,23% de Repsol por 2.855 millones de euros. Luis del Rivero habla del “carácter estable” de la inversión dentro de una “estrategia de diversificación”. Se convierte así en el segundo accionista de la petrolera, por detrás de La Caixa. Pero consigue hasta el 20% de las acciones (6.000 millones) y ahí comienzan sus desavenencias con Brufau, al que trata de quitar el poder, como reconoció ante representantes de diferentes bancos de inversión.
Se quejaba de su forma de gestionar la compañía, pero, sobre todo, de la reducción de dividendos. Luis del Rivero había asegurado que la entrada en la compañía iba a proporcionar un 60% de los beneficios al grupo constructor. Dicen que en una reunión llegó a llamar a Brufau como “su empleado”. Llegó a hablar con Isidro Fainé para derrocarlo sindicando sus acciones. Lo hizo, esta vez de verdad, con Pemex en 2011.
Crisis y retirada
Pero la crisis de 2008 acaba con su ambición. Las acciones de Sacyr bajan de 46,73 euros (su máximo) a 6 euros en 2009. Una compañía que vale 2.000 millones en Bolsa no puede mantener una deuda de casi 20.000 millones. Busca compradores en Rusia (Rosneff, Lukoil, Gazprom) y en toda Europa (Eni, Shell, Total). Al final, su sucesor, Manuel Manrique pacta en diciembre de 2011 con la propia Repsol el final del conflicto. La petrolera recompra el 10% del capital un día antes de que los bancos acreedores, a los que Sacyr debe 4.900 millones de principal ejecuten las garantías del crédito y fuecen su quiebra..
En su obra maestra, la ampliación del Canal de Panamá, adjudicada en julio de 2009 por 3.100 millones, tras presentar la oferta menos costosa (la mitad que la de ACS, Acciona y Ferrovial) y 1.000 millones por debajo de la de Bechtel (EE UU), dicen que Luis del Rivero acusó a Hillary Clinton de ordenar una investigación sobre posibles ayudas del Estado español para pagar la fianza y asegurarse el contrato. No pudo inaugurarla como presidente de Sacyr. Genio y figura hasta su salida en octubre de 2011.