Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. Foto EFE
Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, ha anulado cualquier posibilidad de que pueda ir en el equipo económico del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo. Pese a que el nombre del exministro de economía era uno de los que el mercado metía en las quinielas, de Guindos ha anulado cualquier posibilidad este jueves en su ponencia en los cursos organizados por la APIE en Santander, en la que también ha figurado Carlos Solchaga.
Preguntado por la prensa, el que fuera ministro de Economía en el Gobierno de Mariano Rajoy ha expresado que «me quedan menos de tres años en el Banco Central Europeo y espero cumplir con mi mandato«. De esta manera, el economista español placa la posibilidad de que pueda incorporarse al equipo económico de Feijóo.
Después de que Pedro Sánchez, actual presidente del Ejecutivo estatal, adelantase las elecciones generales, uno de los principales interrogantes es cuál será el equipo económico del PP. En esas, expertos, economistas y consumidores han metido varios nombre en la terna, y de Guindos era uno de ellos. En lo que hubiera sido un retorno a la política, el ex-ministro ha dejado claro que está centrado en terminar su mandato en el regulador europeo, dónde, por otro lado, aun tiene trabajo por delante.
Para Luis de Guindos, la inflación es «el mal absoluto»
El contexto macroeconómico del Viejo Continente sigue siendo desafiante. Los niveles del IPC de la eurozona se mantiene por encima del 6%, lejos del 2% perseguido por el BCE. Como ha hecho en anteriores ocasiones, el vicepresidente de la institución ha remarcado que el objetivo es rebajar el índice de precios hasta una zona lo suficientemente restrictiva. «Nuestra obligación es estabilizar los precios, con prudencia, pero teniendo en cuenta la estabilidad financiera», ha explicado Luis de Guindos.
«Si hay algo que afecta a la calidad de los europeos es la inflación, con la pérdida de capacidad adquisitiva»
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE
El economista español se ha referido a la inflación como el «mal absoluto», puesto que, como ha comentado de Guindos, «si hay algo que afecta a la calidad de los europeos es la inflación, con la pérdida de capacidad adquisitiva». Además de ello, el experto ha aseverado que, pese a los descensos del IPC, aun hay camino por recorrer, sobre todo con la inflación subyacente, a la que ha tildado de «pegajosa».
Defiende la política económica europea
Por otro lado, el vicepresidente ha defendido la gestión que el BCE está haciendo sobre los tipos de interés. En el mismo evento, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, ha catalogado como «insensata» la subida de las tasas de interés que el regulador ha aplicado en el último año. «Los estreses financieros en Europa están en niveles mejores que los de antes de marzo. Europa, el estrés financiero, lo ha superado. Por tanto, la política monetaria no está generando problemas de estabilidad financiera, que era una de las principales críticas», ha remarcado Luis de Guindos.
Cabe destacar que la institución monetaria con sede en Frankfurt ha firmado el ciclo de subidas de tipos de interés más rápido de la historia. Hoy por hoy, las tasas se mantienen sobre el 4%, y todo apunta a que el BCE volverá a elevar los tipos en las próximas reuniones monetarias.
Luis de Guindos, como Christine Lagarde, mantiene la idea de sostener el crecimiento de los precios con el endurecimiento monetario, aunque ha destacado que el objetivo es mantener la escalada de los precios, pero sin poner en riesgo «la estabilidad financiera».
Todo apunta a que el BCE pondrá los tipos de interés sobre el 4,25%
En lo referido a las perspectivas de futuro sobre la evolución de las tasas de interés, el vicepresidente del BCE ha comentado que «nosotros vamos a utilizar los datos, iremos reunión a reunión. Los datos son nuestras proyecciones, y la reducción del IPC subyacente y, sobre todo, como afectan las medidas a la actividad económica».
Todo apunta a que las tasas de interés crecerán, como poco, hasta el 4,25%. Pese a ello, no es descartable un cambio de rumbo de la política monetaria si el contexto macroeconómico se recrudece.
