Los precios bajan por sexto mes y hunden más a España en la deflación
El IPC adelantado de septiembre se sitúa en el -0,4% y cumple medio año en tasas negativas
Los precios en España siguen hundidos y en septiembre, por sexto mes consecutivo, bajaron con respecto al mismo periodo del año pasado. Según los datos adelantados este martes por el INE, el IPC anual se situó en el -0,4% y ahondó en la deflación en la que ha caído España como consecuencia de la crisis del coronavirus.
El INE apenas ofrece datos por productos y servicios con el IPC adelantado, pues todavía no ha terminado el mes. Pero sí señala como clave la bajada de los precios de los carburantes, que hace un año subían. El IPC armonizado, que es el mismo para todos los países de la Unión Europea, fue dos décimas inferior, del -0,6%.
La evolución mensual de los precios, en cambio, fue algo positiva, si bien en ella intervienen factores estacionales. El IPC avanzó dos décimas con respecto a agosto (0,2%), mientras que el IPCA se mantuvo idéntico al del mes anterior.
Lo que explica este ligero avance, según el INE, es la subida de los precios de la electricidad y que la bajada de los paquetes turísticos fue inferior a la que se produjo entre septiembre y agosto de 2019. La inusual temporada vacacional hizo que las empresas del sector no pudieran subir tanto los precios en los meses de más actividad, por lo que el fin del verano no los bajaron tanto.
La deflación, consecuencia de la caída económica
La llegada de la pandemia de coronavirus en marzo sumió a España en una grave crisis sanitaria pero también económica. Como consecuencia del parón de la actividad que provocó el estado de alarma, entre marzo y junio, y el confinamiento, la economía española ha caído en recesión en la primera mitad del año. En el segundo trimestre, el PIB bajó un 17,8% con respecto al primero y un 21,5% interanual. Son los peores datos de toda la serie histórica del INE.
En todas las recesiones, sobre todo si hablamos, como es el caso, de una de alcance mundial, uno de los productos que suele abaratarse más rápidamente son los carburantes. El freno de la actividad repercute inmediatamente en una menor demanda de petróleo, lo que baja su cotización. Su impacto en los precios es muy grande, pues la dependencia de los carburantes para el transporte y el funcionamiento de la industria es muy alta.
En esta crisis sí hemos visto como algunos productos subían, como los alimentos, por su mayor demanda inicial y porque las empresas fabricantes y distribuidoras también incrementaron costes por las medidas de prevención contra la Covid-19. Este fenómeno ha frenado un descenso de los precios que, de otra forma, habría podido ser muy superior.