Los fabricantes asumen que la escasez de microchips se prolongará hasta final de año
Las plantas abiertas este mes de agosto vuelven a sufrir la falta de semiconductores: tanto Opel Figueruelas como Seat Martorell se ven obligadas a desconvocar turnos
Si 2020 fue el año de la Covid-19, 2021 es definitivamente el ejercicio de la escasez de semiconductores en la industria del automóvil. La falta de microchips obligó a las principales compañías a recortar sus expectativas de producción. Tras meses de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) y cierres puntuales, el sector ya asume que los paros se mantendrán al menos hasta final de año.
Todas las plantas del país se vieron afectadas por la falta de microchips. Los últimos ejemplos, este mismo mes de agosto. Tanto el centro de Opel en Figueruelas (Zaragoza) como el de Seat en Martorell (Barcelona) tuvieron que cancelar turnos para no generar un cuello de botella en sus instalaciones. Y la cadena de suministros no parece que se vaya a normalizar rápidamente.
Ya lo auguró el consejero delegado de Renault, Luca De Meo, este mismo verano. “Tenemos muy poca visibilidad porque hay mucha volatilidad, pero creemos que para la segunda mitad de 2021 será menos dolorosa porque estaremos mejor organizados”, explicó el directivo.Leer más: Así afecta la escasez de semiconductores: con aumentos de precios desde electrodomésticos a móviles
En Volkswagen AG no son tan optimistas, pero confían en que será en 2021 cuando se restablecerá un suministro “normal” de semiconductores. Junto con los avances de la campaña de vacunación, “se debería trasladar a un resultado mejor respecto a 2020”, explicaron desde Seat tras la presentación de resultados del primer trimestre.
La automovilística ya había avisado en enero: este año va a ser muy complicado cumplir con las previsiones de producción. La escasez de semiconductores provocó que la filial de Volkswagen presentase un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para parte de la plantilla durante el primer semestre. La afectación no fue puntual: las plantas españolas de Renault, Stellantis –la antigua PSA—y Ford también tuvieron que tomar medidas por la ausencia del mismo componente.
La falta de microchips: un fenómeno mundial
Debido al coronavirus, las fabricantes de semiconductores centraron la producción en las grandes tecnológicas ante el desplome del mercado automovilístico. Con la recuperación de las ventas, las compañías automotrices han visto que no cuentan con el suficiente número de chips para abastecer la demanda prevista.
El fenómeno es mundial: desde Japón (Honda y Mazda) hasta Estados Unidos (Ford y General Motors). Y en el segundo fabricante de Europa, la crisis no podía pasar por encima.
La fábrica de Stellantis en Vigo dejó de fabricar miles de coches
Las plantas de Stellantis en Vigo y Figueruelas (Zaragoza) tuvieron que parar durante varios días por la falta de este componente. Se dejaron de fabricar varios miles de vehículos. Lo mismo sucedió con el centro de Renault en Palencia, donde se elaboran el Mégane y el Kadjar y que se detuvo incluso durante tres semanas seguidas. En Ford tampoco se libraron de las consecuencias de la escasez.