Los expertos avisan: España necesita incentivar el ahorro
El analista David Cano considera que no se puede impulsar los planes de pensión sin mejorar el trato fiscal de los ahorradores
Las pensiones están en peligro. Los trabajadores de hoy deben pensar en la jubilación de mañana. La reducción de la población activa obligará a reducir las cuantías de las pensiones. Todas estas afirmaciones se han convertido en una letanía que los expertos suelen repetir en los últimos meses. Y que el Gobierno jalea. España ha acometido una reforma de la jubilación, y, a partir de 2027 –ya está en marcha, pero de forma progresiva– la edad de jubilación será a los 67 años.
David Cano, analista financiero, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi) ha publicado el libro, El ahorrador inteligente (Espasa), junto a Emilio Ontiveros. En la obra, los dos analistas exponen las ventajas e inconvenientes de los diferentes vehículos de inversión, con el objetivo de que los ciudadanos sepan dónde invertir, en función de la disponibilidad al riesgo y de las necesidades de cada uno.
El problema, apunta Cano, es que pese a todas las advertencias de los gobiernos y de los profesionales del ámbito financiero, el ahorrador en España está siendo castigado. “Si la economía española necesita ahorro, que es una de sus carencias, hay que incentivar el tratamiento fiscal del ahorro”, asegura.
No penalizar el rescate
Cano, en una entrevista con Economía Digital, considera que lo mejor que puede hacer un ciudadano, en estos momentos, que esté trabajando, es buscar cómo canalizar sus ahorros y que lo idóneo sería “buscar un plan de pensiones en función de lo que se necesite y de las prioridades de cada uno”. Es decir, se puede ser más conservador o más atrevido, y en el mercado existe una variedad de planes de pensiones.
El problema llega cuando se rescata ese fondo. “Es cierto que si se rescata de una vez, la penalización es muy alta, porque se pagan impuestos que durante años no se han pagado”, asegura. Aunque insiste en que hay otras fórmulas, como el rescate a través de una renta, que no tiene una fiscalidad tan alta. Pero, en cualquier caso, este analista entiende que la reforma fiscal que el Ejecutivo de Mariano Rajoy está ultimando “debería presentar medidas concretas y potentes que favorezcan el ahorro”.
La paga de jubilación y el último salario
En España, asegura Cano, “se sigue sin tener consciencia de que la vida se alarga y de que en la jubilación necesitaremos unos recursos que difícilmente se podrán cubrir con la paga de las jubilaciones del sistema público”. En comparación, en el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Francia, incluso en Italia, los planes de pensiones forman parte de la cultura financiera de la mayoría de ciudadanos. Pero existe un problema, que algunos economistas, como David Taguas, están reflejando.
Cano recuerda que la relación entre el último salario y el salario de una pensión pública en Alemania “puede ser de 2.500 euros a 500 euros”, mientras que en España esa relación es más estrecha, y puede ser de 1.500 euros a 1.000 euros. Eso conlleva dos cuestiones. La primera, que el sistema puede ser poco sostenible, en el caso español, y que desincentiva un plan de pensión, y, por tanto, el ahorro para el futuro.
David Taguas insiste en que sin ahorro no habrá capacidad de recuperación de la economía española. Lo defiende desde hace meses, con un éxito relativo. “Sin ahorro no habrá inversión y, por tanto, tampoco actividad ni empleo en el futuro”, asegura. Y, añade, en su libro Cuatro Bodas y un funeral (Deusto), que “En España la decisión de ahorrar se penaliza hasta extremos muy difícilmente justificables”.
Flexibilizar las comisiones
El Gobierno, a través de la directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, Flavia Rodríguez de Ponga, ha afirmado que buscará soluciones en su reforma fiscal para los planes de pensiones. Las ideas que se manejan es reducir las comisiones o flexibilizar el rescate, muy penalizado salvo en dos circunstancias: el desempleo de larga duración o una grave enfermedad.
David Cano se refiere a la industria financiera como si fuera un gran supermercado. A su juicio “las entidades no repetirán los errores de los últimos años”. En ese esquema, Cano entiende que los ahorradores o inversores podrán ahora elegir más productos “y comprobar si están a punto de caducar o no”. Pero para ello necesitan una mayor formación financiera “y preguntar, y preguntar qué se hace con su dinero para decidir mejor”.
390 millones de euros recuperados
En ese sentido, el analista de Afi considera que la proliferación de expertos y asesores es buena para el inversor, y que se verá si las entidades lo hacen bien, y conservan clientes con depósitos con poca rentabilidad, pero segura, o vuelven a las andadas con productos arriesgados, como ocurrió con las participaciones preferentes.
El problema, sin embargo, del que David Cano es consciente, es que muchos españoles han rescatado su plan de pensión ante un paro de larga duración o una enfermedad grave.
Casi 90.000 personas, aproximadamente unos 89.000 parados de larga duración, recurrieron en 2013 a sus planes de pensiones para poder superar la precaria situación económica. Y eso supuso la retirada de unos 390 millones de euros. La dimensión de la crisis se explica con esa cifra. Y es que en 2007 la cifra de los desempleados que rescataron sus planes fue sólo de 5.840 personas.